Gonzalo Blasco Botín, el jinete de la familia, irrumpe en los negocios del clan

Hasta hace poco, el nombre de Gonzalo Blasco Botín era más conocido en los circuitos hípicos de concurso completo que en el mundo empresarial y financiero español. Pero el hecho de que su abuelo Jaime Botín cada vez deposite más confianza en él y esté favoreciendo su nombramiento progresivamente en distintas empresas y holdings familiares hace que su nombre comience a resonar en las finanzas españolas.

Un jinete sobradamente preparado

Gonzalo Blasco Botín es hijo de Marta Botín y del empresario Álvaro Blasco Villalonga. En la finca Los Navazuelos, situada en Majadahonda (Madrid), organiza campeonatos de concurso completo (compuestos de prueba de doma, salto y cross) nacionales e internacionales. Este año Marta recibió la medalla de oro de la Federación Hípica Española por su contribución a la disciplina de concurso completo en nuestro país. Por su parte, Gonzalo se ha proclamado campeón de España Absoluto en esta modalidad a lomos de su caballo Marlango de Pommes, aunque es un joven con una carrera prometedora en la hípica que ya había sido campeón de España de juveniles en la misma disciplina.

El jinete se licenció como Ingeniero Industrial por ICAI, con una mención especial a su trabajo de fin de carrera con el que logró una calificación de 9,5. Después cursó el Master International Management en el Instituto de Empresa. Ha trabajado en Bankinter como analista de inversión desde enero de 2016 a septiembre de 2019. Su tarea era analizar las inversiones de startups de tecnología y fondos de private equity, además de realizar un seguimiento y asistencia a consejos de administración de las participadas. En septiembre de 2019 se fue a Evo Bank, donde continúa trabajando actualmente según su perfil de LinkedIn en Innovación Disruptiva.

¿Cómo es él?

A sus 33 años, él mismo se describe en su perfil de la red social como “profesional motivado con experiencia en trabajo en equipo y conocimientos relacionados con la industria científica y tecnológica. Una alta eficiencia bajo presión y estrés, combinada con una actitud cooperativa, han contribuido a logros en equipo. Sólidas capacidades analíticas y de resolución de problemas, con la habilidad de infundir confianza rápidamente. Ser capaz de utilizar mi conocimiento y habilidades previas en mayor medida es mi objetivo”. Unas aptitudes que seguramente ha tenido en cuenta su familia a la hora de confiar en él.

Quienes le conocen dicen que es extremadamente discreto, no le gusta que se le pregunte por cuestiones relacionadas con la familia materna, amigo de sus amigos, pero algo desconfiado por ese motivo. También afirman que es muy trabajador tanto profesionalmente como en la parte deportiva, y que como jinete es “muy luchador, valiente y muy positivo, siempre con mentalidad de ganar”. También que “está muy unido a su madre, ya que disfrutan de la misma afición y comparten caballos, días en el campo y organización de concursos”.

Un último mes de nombramientos

En el último mes, Gonzalo Blasco Botín ha entrado como apoderado de cinco empresas de la familia, y en una de ellas además ha entrado en el Consejo de Administración. En concreto, ha pasado a ser apoderado de El Retamoso de la Mancha 2 S.L., dedicada a la explotación agrícola y ganadera, Los Pataches S.L., en la misma línea, y de Altimetro S.L., cuyo objeto es el alquiler de aviones. También lo es de Cartival S.A., la patrimonial con la que la familia de Jaime Botín controla participaciones en Bankinter y Línea Directa. De Aleph 2004 S.C.R., la sociedad de capital riesgo que ha lanzado esta rama de los Botín como brazo inversor de Cartival, Gonzalo es apoderado, secretario y consejero, según recoge el BOE publicado el 20 de diciembre.

Unos movimientos más que llamativos y que progresivamente están dotando a Gonzalo Blasco de cierto poder dentro de las empresas familiares. Vanitatis ha tratado de interpretar los mismos con la ayuda de fuentes expertas. Jaime Botín es de sobra conocido que no goza de buena salud, por lo que podría estar preparando un relevo generacional más allá de sus hijos. Aunque por el momento su hijo Alfonso Botín, como vicepresidente de Bankinter, es su máximo sucesor. Otras fuentes citan que podría tratarse de nuevas ilusiones del patriarca y su deseo a sus 87 años de desvincularse plenamente de cuestiones empresariales y financieras.

Una vida marcada por la tragedia

Jaime Botín es hermano del desaparecido banquero Emilio Botín. En 1960 fue consejero del Banco Santander. Cinco años más tarde fundó Bankinter, del que fue el primer consejero delegado. En 1986 fue vicepresidente del Banco Santander y presidente de Bankinter hasta 2002. En 2004 abandonó el banco, según explicó Eva Contreras en su biografía ‘Jaime Botín, ¿banquero por error?', porque quería disfrutar de la vida y le fastidiaban las innumerables reuniones del banco. Dejó el mundo financiero y estudió Filosofía, incluso escribió un capítulo del libro ‘Apología de lo inútil’ de 2009 y se dedicó a sus tres pasiones: navegar, el golf y la caza.

Dicen de él que siempre fue un hombre peculiar, que se levantaba de las reuniones para irse a jugar al golf o al teatro. Ha tenido algún problema con la justicia como su condena por intentar vender fuera de España en 2015 la obra de Picasso 'Cabeza de mujer joven' trasladándola en su barco. A veces estaba desaparecido navegando cerca de un mes. Algunos achacan ese ostracismo a la tragedia que vivió siendo joven. La casa en la que vivía en Santander junto a Belén Naveda se quemó, falleciendo en el incendio sus dos hijos pequeños, Belén y Jaime. Más tarde, el matrimonio perdía a otro de sus hijos por una grave enfermedad, siendo prácticamente un recién nacido.

Jaime y Belén tuvieron cinco hijos más: Marcelino, quien es un prestigioso arquitecto naval; Alfonso, que como decíamos antes, sigue los pasos de su progenitor; Gonzalo, que es abogado; Marta, dedicada a la cría de caballos y a la organización de concursos ecuestres; y Lucrecia, una cotizada productora cinematográfica. El matrimonio Botín Naveda se divorció y él volvió a casarse con Adela Bermúdez. Ahora disfruta de una vida basada en la filosofía y en sus aficiones, y en la que recibe el apoyo de sus hijos y ahora de su nieto Gonzalo para gestionar las sociedades familiares.