'Audrey en casa', las recetas de Audrey Hepburn

“Estaba en la cocina con mi amiga Alessia cuando se fijó en un carpeta polvorienta. La cogió de la estantería y se cayeron varias hojas escritas con una caligrafía densa, con recortes y notas”. Así cuenta Luca Dotti, el hijo de Audrey Hepburn, cómo surgió la idea de escribir un libro en el que se mostrara el lado más personal y privado de la vida de la actriz, contada a partir de una serie de recetas de sus platos preferidos, anécdotas, extractos de su correspondencia privada, todo ello escrito de su propio puño y letra. Así, a través de 50 recetas, su contexto y la ocasión en que las preparaba, Luca nos introduce en los gustos, la personalidad y la vida de Audrey.

Audrey fue una de las actrices más glamourosas de las que habitaron el planeta Hollywood, a pesar de lo cual prefirió retirarse muy pronto para disfrutar del placer que a ella le suponía cumplir sus auténticos sueños, que no eran aquellos que implicaban grandes lujos, ni grandes propiedades ni siquiera joyas, sino simplemente tener una casa con jardín. Lógicamente no tardó en cumplir su aspiración que hizo realidad cuando adquirió su casa de Suiza, La Paisible, “el lugar más bonito del mundo”, solía decir. Allí se ocupaba de su jardín, de sus flores y de la huerta que cuidaba personalmente para luego preparar algunas de sus recetas favoritas.

El libro de 'Audrey en casa' recorre los principales hitos de la vida de su protagonista y muestra las recetas que por una u otra causa marcaron cada una de estas etapas.

En el capítulo 'Cosas sencillas', la definición de la felicidad, muestra sus recetas más personales, aquellas que hacía en casa: Espagueti con tomate, 'mac and cheese', que no eran otra cosa que macarrones gratinados con queso, escalopes empanados, o su particular comida basura, los penne con ketchup y sus tentadores helados de vainilla, de los que no podía sustraerse cuando estaba con amigos y gente cercana.

Otras recetas icónicas de su cocina y de su vida fue la tarta de chocolate que preparaba como homenaje a la liberación holandesa tras la II Guerra Mundial porque le recordaba las chocolatinas que le regaló un soldado y que con el hambre que había pasado se le indigestaron. Con 17 años, medía 1,71 y apenas pesaba 40 kilos. El 'hutspot' era un guiso que se hacía tras la liberación y que incluía patatas, cebollas y zanahorias, los únicos productos que había en aquel entonces.

De su época más glamourosa en Hollywood nos cuentan cómo los desayunos, su comida favorita, incluían siempre dos huevos duros diarios y cuatro o cinco cafés. De esta época eran también sus populares macarrones con vodka que tantos otros actores que los probaron recordaban de forma especial. Una lubina a la turca que aprendió del padre de su hijo mientras vivían en Roma o los tomates rellenos que hacía tras su ruptura. Con el tiempo sus recetas se van simplificando, los platos se van quedando en la esencia, en lo importante, como aquello que más le importaba a Audrey, su legado de ayuda y cooperación con Unicef.

'Audrey en casa', de Luca Dotti
Editorial Libros Cúpula