Real Conservera Española, un siglo de conservas artesanas
Real Conservera Española elabora excelentes conservas, como sus berberechos al natural o las huevas de erizo de mar, entre otras
Vaya por delante que somos unos enamorados de los productos frescos, y más si se refiere a pescados y mariscos, donde entendemos que deben primar la frescura y las capturas recién recogidas como axioma de la buena gastronomía. Sin embargo, las conservas, las buenas conservas, tienen también su lugar y su momento, pudiendo constituir estas, sin ningún lugar a dudas, un producto extraordinario, de altísima calidad, ya que las conservas no son sino un método para guardar y preservar durante más tiempo las cualidades del pescado y marisco recién capturado.
Real Conservera Española lleva casi un siglo elaborando conservas del mismo modo a como lo hacían los abuelos de los actuales propietarios. Primero seleccionando el producto local, solo pescado y marisco de las Rías Gallegas, que adquieren a través de 38 compradores repartidos por las principales lonjas gallegas, que solo compran el mejor producto, en el mejor momento. Después, seleccionan, limpian y enlatan manualmente pieza a pieza, con un resultado redondo.
Frente a las conservas que se producen de forma industrial con producto de calidad media, hay algunas empresas como la Real Conservera Española, en Cambados, que se esmeran y empeñan en producir mariscos y pescados de altísima calidad. De hecho, el resultado son productos excelentes y únicos como el caviar de erizo de mar al natural, extraído manualmente, de intenso sabor a mar. Berberechos, redondos, uniformes, perfectos y limpios, solo de las rías gallegas. Huevas de merluza mezcladas con aceite de oliva, al que llaman caviar blanco de Celeiro. Y extraordinarios mejillones fritos en escabeche, entre otros.
Real Conservera Española es miembro del Circulo Fortuny junto a grandes marcas de la gastronomía y de alta gama de sectores de la moda, la joyería y la gastronomía.
Vaya por delante que somos unos enamorados de los productos frescos, y más si se refiere a pescados y mariscos, donde entendemos que deben primar la frescura y las capturas recién recogidas como axioma de la buena gastronomía. Sin embargo, las conservas, las buenas conservas, tienen también su lugar y su momento, pudiendo constituir estas, sin ningún lugar a dudas, un producto extraordinario, de altísima calidad, ya que las conservas no son sino un método para guardar y preservar durante más tiempo las cualidades del pescado y marisco recién capturado.