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A Blanca Cuesta no le gusta su nueva casa
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A Blanca Cuesta no le gusta su nueva casa

Desde hace un par de semanas, y tal y como adelantó Vanitatis.com (Ver noticia), Borja Thyssen y Blanca Cuesta viven en su nueva casa de Pedralbes.

Foto: A Blanca Cuesta no le gusta su nueva casa
A Blanca Cuesta no le gusta su nueva casa

Desde hace un par de semanas, y tal y como adelantó Vanitatis.com (Ver noticia), Borja Thyssen y Blanca Cuesta viven en su nueva casa de Pedralbes. Se trata de un casoplón de mil ochocientos metros cuadrados, más otros mil de parcela, que compro mamá baronesa por diez millones de euros para que su hijo y su nuera vivieran “cómodamente”.

La anterior vivienda, también en Barcelona y con menor espacio (sin llegar a ser “solución habitacional”, por supuesto), no era del agrado de los niños, y de ahí que Tita se estirara y adquiriera la mansión. Eso sí, puesta a su nombre para que no hubiera dudas al respecto.

 

El matrimonio B&B hubiera preferido seguir viviendo en Ibiza sin complicarse la existencia, pero la llegada al mundo de Sacha, y supongo que con vistas a su porvenir educativo, cambió el planteamiento vital de la pareja. Antes de verano tenían previsto instalarse en Madrid e, incluso, apalabraron una mansión. No resultó y volvieron a su idea inicial de vivir en Barcelona. Borja lo habló con mamá y mamá dijo que sí, que además lo costeaba ella en plan de “porque yo lo valgo”.

Después de todo este recorrido inmobiliario y con la casa puesta, resulta que Blanca no se siente cómoda en el nuevo hogar. Ha comentado a sus amistades que no es lo que ella quería, que no le gusta y así se lo ha dicho a su amantísimo marido. Por el momento, Borja está contento, pero seguramente acabará pensando igual que su chica. Ya lo dice el refrán: “Dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma opinión”.

Desde hace un par de semanas, y tal y como adelantó Vanitatis.com (Ver noticia), Borja Thyssen y Blanca Cuesta viven en su nueva casa de Pedralbes. Se trata de un casoplón de mil ochocientos metros cuadrados, más otros mil de parcela, que compro mamá baronesa por diez millones de euros para que su hijo y su nuera vivieran “cómodamente”.