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Alicia Koplowitz y el duque de Huéscar no se esconden
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Alicia Koplowitz y el duque de Huéscar no se esconden

La discreción ha sido el timón en la relación de ida y vuelta de Alicia Koplowitz, marquesa de Bellavista, y el mayor de los Alba, Carlos,

Foto: Alicia Koplowitz y el duque de Huéscar no se esconden
Alicia Koplowitz y el duque de Huéscar no se esconden

La discreción ha sido el timón en la relación de ida y vuelta de Alicia Koplowitz, marquesa de Bellavista, y el mayor de los Alba, Carlos, duque de Huéscar. Desde que se conoce su relación y, para evitar sobresaltos, las reglas de oro de la pareja han sido cuidar al máximo las apariciones públicas y no hacer declaraciones a la prensa sobre temas que no tengan que ver con sus respectivas ocupaciones. No hay que olvidar que el duque de Huéscar vive dedicado en cuerpo y alma a la Fundación Casa de Alba, que trabaja a favor de la cultura. Por su parte, Alicia está volcada en la Fundación que lleva su nombre y que concede becas a estudiantes para que realicen investigaciones en el extranjero.

Aunque nunca han posado juntos públicamente, no ha sido difícil verles compartiendo románticos paseos por París, la ciudad del amor, donde la empresaria tiene un lujoso apartamento, o disfrutando de la gastronomía que ofrece la sierra norte madrileña, en concreto el restaurante de Salvador Gallego, quien fuese jefe de la cocina de la Casa de Alba durante cinco años. También los hermanos del duque de Huéscar han aprovechado el anonimato que ofrecía ‘El Cenador de Salvador’ para escaparse de los objetivos y darse un buen homenaje a base de ‘pirámide de foie al armagnac con manzana y pan de especias’ o una rica, rica, ‘góndola de cigala sobre panettone y tomate especiado’. Ya se sabe que los manuales sobre técnicas de la seducción recomiendan empezar por el estómago, y los de Liria siempre han sido de muy buen comer...

La última vez que se supo que Alicia Koplowitz y el duque de Huéscar compartieron -al menos- espacio físico fue en la boda del hijo del duque de Aliaga, Javier, el primer nieto de la Duquesa de Alba, que contrajo matrimonio hace ya un ‘tiempecito’ con Inés Domecq, la hija del conocido jinete, en el Convento de Santo Domingo de Jerez. Alicia optó por no acudir a la Iglesia pero en cambio sí que fue al convite, casi de incógnito.

Tras meses de especulaciones sobre una posible ruptura, ya que no se les veía juntos, la aparición de Alicia Koplowitz en la boda vino a traer renovada atención a una relación que, además de por la discreción, se ha caracterizado por sus continuadas interrupciones.

Con la llegada del verano parece que el temor a que les vean juntos ha desaparecido. Hace unos días acudieron por separado a una exclusiva terraza madrileña donde disfrutaron del buen tiempo de la capital además de un delicioso menú y una interesante conversación, a los ojos de los allí presentes, ya que no escatimaron en mostrarse tal cual, obviando miradas ajenas. La romántica velada confirma que están felices y que parecen no tener mucha prisa.

Lo suyo es como un amor de adolescentes -no comparten casa, llegan por separado…- pero, ¿quién sabe si las últimas apariciones vienen a confirmar que por fin vuelven a ser ‘novios’?

 


 

La discreción ha sido el timón en la relación de ida y vuelta de Alicia Koplowitz, marquesa de Bellavista, y el mayor de los Alba, Carlos, duque de Huéscar. Desde que se conoce su relación y, para evitar sobresaltos, las reglas de oro de la pareja han sido cuidar al máximo las apariciones públicas y no hacer declaraciones a la prensa sobre temas que no tengan que ver con sus respectivas ocupaciones. No hay que olvidar que el duque de Huéscar vive dedicado en cuerpo y alma a la Fundación Casa de Alba, que trabaja a favor de la cultura. Por su parte, Alicia está volcada en la Fundación que lleva su nombre y que concede becas a estudiantes para que realicen investigaciones en el extranjero.