Raquel del Rosario, agredida en Portugal

Para Fernando Alonso y Raquel del Rosario lo que parecían unas tranquilas vacaciones apartados del mundanal ruido para celebrar el fin de año se ha convertido en una pesadilla. La pareja había escogido la isla portuguesa de Porto Santo, situada a 40 kilómetros de Madeira, para pasar la Nochevieja alejados de los fotógrafos, antes de que Alonso tenga que regresar al trabajo, pero la prensa portuguesa se enteró de su estancia y se plantaron en la isla cámara en mano.

A estas alturas, a nadie se le escapa la poca simpatía que los medios de comunicación despiertan en la pareja, por lo que no resulta extraño que intentaran evitarlos a toda costa. Y aquí comenzó el problema, puesto que, según recogen diversos medios internacionales, la cantante de El sueño de Morfeo espetó a los fotógrafos que si veía una sola cámara en los días siguientes abandonarían la isla y dirían a todo el mundo que Porto Santo era un desastre.

Al parecer, siempre según la versión de la prensa portuguesa, esta respuesta no gustó demasiado, por lo que continuaron con el seguimiento. Todo iba según lo acostumbrado hasta que las tornas cambiaron y fue Raquel la que siguió a los fotógrafos que, tal y como cuenta la prensa portuguesa, se refugiaron en casa de una de las habitantes de la isla, que acabó por agredir a la esposa de Alonso propinándole una bofetada.

Aquí es donde difieren las versiones. Según los fotógrafos, la agresión se produjo al invadir una propiedad privada y. según la cantante, que ha lanzado un comunicado en su página web, tuvo lugar “en la vía pública sin causa justificada bajo la atenta mirada de un fotógrafo y no en una propiedad privada como se ha dicho”. Así, Del Rosario asegura que “la versión contada a los medios por parte de este chico es totalmente falsa, la mía la daré ante un juez”.

En ese comunicado, la cantante explica su versión de lo sucedido aunque, según dice: “No me gusta entrar en conflicto con determinado tipo de prensa, siempre he intentado mantenerme al margen de especulaciones y mentiras”. Sin embargo, en esta ocasión escribe “para confirmarles que me encuentro bien, que la información difundida por los medios portugueses no es del todo cierta y que personalmente tomaré medidas legales ante el acoso y agresión a la que me he visto sometida durante los últimos días”.

De todos modos, y aunque reitera que “visto de fuera todo parece distinto, desde nuestra llegada a Puerto Santo hemos sido acosados y provocados para obtener imágenes morbosas y que nos desfavorecieran y tristemente los medios españoles solo se han hecho eco de esto”, también tiene una palabra amable para los habitantes de la isla que según dice, “nos han tratado genial desde nuestra llegada y les estoy muy agradecida”. Agradecimientos aparte, la polémica con la prensa portuguesa ya está servida.

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