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Las vacaciones de los Agag/Aznar en su mansión de Guadalmina
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Las vacaciones de los Agag/Aznar en su mansión de Guadalmina

Ana Aznar y su esposo Alejandro Agag pasan estos días sus vacaciones de verano en Marbella junto a sus cuatro hijos. De esta manera el yerno

Foto: Las vacaciones de los Agag/Aznar en su mansión de Guadalmina
Las vacaciones de los Agag/Aznar en su mansión de Guadalmina

Ana Aznar y su esposo Alejandro Agag pasan estos días sus vacaciones de verano en Marbella junto a sus cuatro hijos. De esta manera el yerno de José María Aznar puede compaginar ocio y trabajo. Mientras reflota la artillería del club Billionaire junto al dueño, el empresario vallisoletano Juan Carlos Ferrero, tras el fracaso inicial de Flavio Briatore al frente del negocio, Ana y sus vástagos se dan chapuzones en la piscina del abuelo Aznar.

Hace ya varios veranos que el expresidente del Gobierno adquirió en Guadalmina una nueva residencia, concretamente en El Golf Guadalmina, una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, fundada por el Marqués de Nájera allá por los años sesenta. De esta manera, la hija del expresidente del Gobierno cambia en el periodo estival su vivienda unifamiliar en el selecto barrio de El Viso en Madrid y su casa de Londres por el exquisito reducto de Guadalmina, toda una reliquia de los Goizueta, que sigue siendo uno de los escasos exponentes de la dorada Marbella, prácticamente ya extinguida.

Se trata de una casa situada en el hoyo 18 del campo de golf. El edifico tiene vistas a Gibraltar, sierra Bejarana e incluso África. La importancia que está cobrando Guadalmina en algunos círculos políticos demuestra que el ‘Triángulo de oro’ de la Costa del Sol resurge de sus cenizas. Sus selectos residentes, capitaneados por los Aznar, Bárcenas, Matos, Álvarez-Cascos y González-Cavero hacen que muchos hayan a podado esta urbanización como el ‘Neguri andaluz’. Se trata de un lujoso complejo situado a diez kilómetros de Marbella que cuenta con hotel, centro comercial, piscinas y un gran campo de golf: el primero de hierba de toda Andalucía. Aquí, entre bola y bola, se han cerrado asuntos de Estado por algunos dirigentes del PP, que han encontrado la paz en el anonimato de la costa malagueña.

Bailes de Ana y Alejandro hasta la madrugada

El matrimonio Agag, por su parte, está encantado con su estancia en la ciudad de la Costa del Sol. Ana y Alejandro son la viva imagen de un matrimonio feliz en todas sus apariciones. La pasada noche del sábado fue toda para ellos. Dejaron a los niños en casa y salieron a divertirse a la Milla de Oro. La pareja estuvo bailando en el local de moda Billonaire. Ana compartió la velada con las nuevas amistades de su marido, el empresario Juan Carlos Ferrero y su novia, la modelo vallisoletana Laura Pérez, que son ahora asiduos de la pareja. A Ana se la ve relajada y aunque quisiera acompañar todas las noches a su esposo al club, sus deberes como madre se lo impiden. Los pequeños Alejandro, Rodrigo, Pelayo y Alonso ocupan toda su atención.  

De Cerdeña a Marbella

Hasta ahora las estampas de la época vacacional de los Agag pasaban por la isla italiana de Cerdeña, donde se evadían del estrés cotidiano. Pero la llegada de Briatore a Marbella les ha hecho cambiar su destino de vacaciones. Atrás han quedado los viajes a bordo del Force Blue, el yate de Briatore. Ahora navegaran con el suyo propio y se moverán de Marbella a Sotogrande. Ellos se convertirán de esta manera en los anfitriones que paseen a Flavio y su esposa, la modelo Elisabetta Gregoraci, por los recodos de la costa marbellí. Y es que a los Aznar les ha atrapado el Mediterráneo, aunque Ana siempre pasó sus estíos en Las Platjetas, en Castellón, donde se hicieron famosos los baños de sus padres, ella y sus hermanos correteando con los amigos de toda la vida por las playas del levante. Ahora el Mediterráneo de yates, lujo y sabroso pescaito también ha sabido conquistarla.

Ana Aznar y su esposo Alejandro Agag pasan estos días sus vacaciones de verano en Marbella junto a sus cuatro hijos. De esta manera el yerno de José María Aznar puede compaginar ocio y trabajo. Mientras reflota la artillería del club Billionaire junto al dueño, el empresario vallisoletano Juan Carlos Ferrero, tras el fracaso inicial de Flavio Briatore al frente del negocio, Ana y sus vástagos se dan chapuzones en la piscina del abuelo Aznar.