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Las escandalosas confesiones de Espartaco Santoni sobre la vida privada de Tita Cervera, "La Tarzana"
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Las escandalosas confesiones de Espartaco Santoni sobre la vida privada de Tita Cervera, "La Tarzana"

Los hijos de Espartaco Santoni han llegado hasta el Tribunal Supremo para litigar con Tita Cervera, que se casó en 1974 en Nueva York con el

Foto: Las escandalosas confesiones de Espartaco Santoni sobre la vida privada de Tita Cervera, "La Tarzana"
Las escandalosas confesiones de Espartaco Santoni sobre la vida privada de Tita Cervera, "La Tarzana"

Los hijos de Espartaco Santoni han llegado hasta el Tribunal Supremo para litigar con Tita Cervera, que se casó en 1974 en Nueva York con el playboy. Le recriminan haber acusado a Santoni de bigamia, es decir, de haber estado casado con dos mujeres a la vez: ella misma y la actriz mexicana Tere Velázquez. Sin embargo, Santoni tampoco dejó en muy buen lugar a la ahora baronesa Thyssen. Escribió unas memorias antes de morir tituladas No niego nada en las que aireaba todo tipo de intimidades acerca de las mujeres que habían pasado por su vida. Los detalles contados en esta publicación fueron recibidos con indignación por las afectadas. Una de las más indignadas fue precisamente su quinta esposa, Carmen Cervera, a la que denomina en su capitulo XI “La Tarzana”. 

Lindezas sobre ella pueblan esas páginas, como que “sufría de hemorroides que parecían un ramo de uvas” o que había presenciado como protagonizaba “diálogos eróticos, casi pornográficos” a través del móvil. Incluso explica como Tita y él mantuvieron relaciones sexuales cuando aún estaba casado con Tere Velázquez, la madre de Paola Santoni. Estas memorias fueron escritas en la última etapa de la vida del actor. Espartaco fallecía a los 61 años, en Marbella, aquejado de una dolencia pancreática. Santoni había fijado su residencia en la Costa del Sol, al lado de su amigo Jesús Gil, donde regentó con éxito varios locales nocturnos. Al mismo Gil le reconoció que había luchado contra la muerte y había perdido, pero que ahí estaban sus memorias para que todo el mundo supiese como había sido su vida. Gil justificó este libro indicando que el actor lo escribió porque recibió a cambio 30 millones de pesetas, "en un momento en que los necesitaba". Los relatos eróticos en el libro fueron el motivo principal de las desavenencias con sus esposas cuando se publicaron las memorias.

Las hemorroides de Tita   

En No niego nada salen a relucir todas sus peculiaridades amatorias en el lecho. Santoni, más conocido por su vida amorosa que como cineasta, cuenta cómo era cada una de sus mujeres en la cama. Su currículo matrimonial fue extenso. A los 17 años, Santoni se casó en Venezuela con María de los Ángeles Seijo, con la que tuvo dos hijos. Tres años más tarde, en 1958, se casó con la cantante española Marujita Díaz, quien le introdujo en el cine. También estuvo casado con la actriz mexicana Tere Velázquez, con la que tuvo tres hijos. En 1975 se volvió a casar, esta vez con Carmen Cervera. Al año siguiente fue detenido por un delito de presunta estafa y falsedad documental, por lo que permaneció 35 días en la cárcel de Carabanchel, de la que salió en libertad provisional tras pagar una fianza de un millón de pesetas. Dos años después, se separó de Carmen Cervera. Y es precisamente la baronesa Thyseen la que marca uno de los principales objetivos de las memorias del galán.

En uno de los párrafos narra sin más: “Esa noche hicimos el amor como nunca. Nuestra relación sexual era insuperable. Al día siguiente me levanté temprano y fui a mi despacho, donde tenía mucho trabajo esperándome. No había transcurrido una hora cuando Tita me llamó alarmada. Ven pronto, por favor. No me siento nada bien. Creo que me voy a morir, me dijo. Sorprendido por el tono lastimoso de su voz, no lo dudé un instante y corrí a su lado para ver qué le sucedía. La encontré llorando, desesperada a causa del insoportable dolor que le producían unas hemorroides sumamente inflamadas; parecían un ramo de uvas, Salí disparado hacia la farmacia. Allí me recomendaron varias cremas desinflamatorias. Compré todas las que había, aunque finalmente resultaron inútiles. Lo único que la aliviaba era permanecer con la cabeza entre las rodillas y el culo hacia arriba. No era una posición ni bonita ni cómoda, pero no le quedaba otra alternativa. Tita ya casi no tenía fuerzas para quejarse. Yo, entretanto, intentaba distraerla contándole chistes. Así pasamos tres días y dos noches. El dolor persistía y sus lamentos comenzaban a desesperarme. Por suerte, las medicinas hicieron su efecto y gracias a Dios su culo volvió a la normalidad”.

Diálogo erótico, casi pornográfico

En otra de las páginas del libro, el actor venezolano cuenta con pelos y señales que, en una conversación telefónica con Los Angeles, “Tita conversó con Kirk Kerkorian una hora, era un diálogo erótico, casi pornográfico. Parecían enfermos. Supuse que mientras hablaban él estaría masturbándose. Me puse furioso y le pedí que la próxima vez que conversara con Kerkorian no lo hiciera en mi presencia y, además, que él pagara la comunicación. El paso del tiempo nos ayudó a olvidar este desagradable episodio. Tita y yo comenzamos a sentirnos cada día más unidos. Su madre intentaba ahora congraciarse conmigo y, por suerte, dejó de molestarme”. Según Espartaco, Carmen Cervera siempre dominó la situación y detalla en el libro que “una noche, durante una fiesta que nos ofrecieron en la discoteca Mau Mau me dijo: No te enamores de mí, Espartaco, puedo hacer mucho daño. Ya lo hice una vez". Supuse que se refería a Lex Barker”.

Afinidad sexual

En cada ida y venida de Tita, en los dos años que duró el matrimonio, Espartaco narra sus artes amatorias: “Nuestros lamentos de placer fueron in crescendo hasta que el orgasmo no se hizo esperar. Retumbó, descontrolado, entre las paredes del cuarto. Su cuerpo se retorció debajo del mío…”. Otro de los aspectos que también quiso dejar claro en estas memorias era el carácter manipulador de la baronesa y se auspicia en una anécdota que le ocurrió supuestamente en Suiza: “Un día me mostró su colección de alhajas que guardaba (…). Tita solía sacarlas de la caja fuerte y en un juego enfermizo cubría con las joyas su desnudo. En uno de estos ataques, un día descubrí que mi Piaget de oro, supuestamente desaparecido en casa de Rubirosa, estaba en su caja fuerte. Cuando lo vi lo tomé en mis manos, Tita me lo arrebató furiosa. Evidentemente, había olvidado que lo ocultaba y no supo qué decir. Lo volvió a guardar mientras me gritaba que no era el mío. Me di cuenta de que todo había sido una obra de ellas para sacarme dinero. Comprendí que mi mujer estaba enferma”.

Los hijos de Espartaco Santoni han llegado hasta el Tribunal Supremo para litigar con Tita Cervera, que se casó en 1974 en Nueva York con el playboy. Le recriminan haber acusado a Santoni de bigamia, es decir, de haber estado casado con dos mujeres a la vez: ella misma y la actriz mexicana Tere Velázquez. Sin embargo, Santoni tampoco dejó en muy buen lugar a la ahora baronesa Thyssen. Escribió unas memorias antes de morir tituladas No niego nada en las que aireaba todo tipo de intimidades acerca de las mujeres que habían pasado por su vida. Los detalles contados en esta publicación fueron recibidos con indignación por las afectadas. Una de las más indignadas fue precisamente su quinta esposa, Carmen Cervera, a la que denomina en su capitulo XI “La Tarzana”.