La extraña historia de Diego 'El Cigala', un cantaor gitano y ahora dominicano

Es la imagen del typical spanish. Cantaor de flamenco perteneciente a una conocida saga de artistas de etnia gitana. Así es Diego Ramón Jiménez Salazar, más conocido como Diego El Cigala. Hasta aquí todo perfecto si no fuera porque este representante de un arte tan español como el flamenco acaba de adquirir la nacionalidad dominicana.

El Cigala se trasladó a vivir a la República Dominicana en agosto del pasado año, cuando inició los trámites legales para cambiar su nacionalidad con el asesoramiento de su abogado local, Marcelino Ozuna. Para él, este paso ha sido decisivo a nivel personal y también a nivel profesional, ya que esta última parcela de su vida le preocupaba especialmente.

Vanitatis ha tratado de ponerse en contacto con el cantante pero ha sido imposible, ya que se ha establecido definitivamente en su nuevo hogar. Desde hace tiempo no tiene representante en España y es su propia mujer la que se ocupaba de esas funciones en los últimos tiempos. No obstante, este medio ha tenido la oportunidad de hablar con su círculo más próximo, desde donde no han tenido reparos en explicar los motivos que empujaron a Diego El Cigala a cambiar de bandera: “Se fue de España cansado de que no le saliesen suficientes contratos. La crisis ha afectado mucho a todos y él prefirió el año pasado marcharsey labrarse un futuro fuera. El tema de los beneficios fiscales que le ofrece su nuevo país tampoco es tan relevante en su caso, porque tampoco es que él sea Julio Iglesias”.

Otra fuente de su entorno reconoce en conversación con Vanitatis que la decisión “no fue fácil para él, pero el volumen de trabajo en Latinoamérica es mucho mayor que el que tenía en España. Al vivir en República Dominicana se ahorra tener que viajar constantemente hacia allí, lo que significa economizartiempo y dinero considerable”.

Este paso parece haber resultado fructífero, además de “especial” e “irrepetible”, en palabras del propio cantante. Desde que se instalase en tierra dominicana no ha parado de ofrecer conciertos y actualmente se encuentra inmerso en una gira mundial, que la semana pasada tuvo que aparcar para jurar lealtad a su nueva bandera, junto a otros 46 extranjeros de 17 países distintos.

“Quiero llevar por el mundo la bandera tricolor, ponerla en alto cada vez más y hacer que no se arrepientan nunca de haberme acogido bajo el cielo en el que vivió (el cacique taíno) Enriquillo”, reconocía El Cigala durante el acto celebrado el pasado 6 de marzo. En el mismo también mostró su determinación a comprometerse “con alegría a cumplir con mis deberes, sin pensar en ningunos de mis derechos”.

Interesantes beneficios fiscales

Entre los nuevos derechos a los que hace referencia Diego El Cigala, ahora un ciudadano dominicano legalmente reconocido, se aprecian una larga lista de beneficios fiscales los cuales, según el artista, son secundarios. Tal y como establece la Ley de Incentivo Turístico 158-01, a los “desarrolladores” –empresas o personas físicas que fomentan el turismo­–, que es como se ha distinguido a El Cigala, se les “exonera de todos los impuestos nacionales y municipales por 10 años, incluyendo la trasferencia de propiedad al primer adquiriente de un inmueble”. El cantaor también tendrá una dispensa de aquellos impuestos que “graven el pago de dividendos e intereses generados en el país o en el extranjero”, así como aquellos que pesan sobre bienes personales, impuestos sobre transferencias inmobiliarias o tasas sobre vehículos”. Esta exención de pago de tributos es total, pero también tendrá una reducción del 50% sobre impuestos de propiedad inmobiliaria, hipotecas y sobre ganancias de capital que no provengan de actividades comerciales o industriales.

A su llegada al país, también contó con generosas facilidades para obtener su residencia en suelo dominicano en un plazo máximo de 45 días, como así se establece en la citada ley. El cantante y su familia decidieron emplazar su nuevo hogar hace un año y medio en el exclusivo complejo Tortuga Bay de Punta Cana. Un paradisiaco enclave situado dentro de una reserva ecológica de más de 600 hectáreas y con cerca de cinco millas de playas privadas de aguas cristalinas. Un escenario de excepción donde el cantaor desea pasar el resto de sus días, como así ha declarado en numerosas ocasiones: “Estoy en mi casa”. Casa, que tan sólo un mes después de estrenar sufrió un robo. Según informan medios locales, al cantante se le sustrajo un teléfono móvil, diversos aparatos electrónicos y prendas personales. Poco después se identificó al autor del robo y los objetos fueron devueltos a su dueño. Ahora, un dominicano de pleno derecho, por muy flamenco, gitano y español que fuera hace tan sólo unos días.