Sofía Mazagatos, entre la adopción y la inseminación
No tiene pareja, pero eso no va a frenar sus deseos de ser madre. Asegura que en su día encontró al hombre perfecto para ello, pero no era el momento
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Ninguno de los hombres que han estado a su lado le mereció la suficiente confianza a Sofía Mazagatos como para decidirse a tener un hijo con ellos. Ni aquel José María Fernández de Caldas, mucho mayor que ella y con el que acabó discutiendo por la propiedad de un chalet, ni el tal Max Badiyi, que llenó su vida de mentiras, se ganaron la opción de llevar a la hoy empresaria al altar. Mucho menos de tener descendencia con ella.
Pero Sofía lo tiene muy claro. “No voy a dejar pasar la oportunidad de ser madre. Acabo de cumplir 40 años y no tengo un hombre a mi lado. Por eso, la opción a corto plazo es iniciar los trámites de adopción o recurrir a la inseminación artificial. No me quiero perder la maternidad”, asegura Mazagatos en conversación a Vanitatis.
Pregunta: Muy segura está.
Respuesta: Lo estoy. Es una decisión que llevo años meditando y ya es hora de llevarla a cabo.
P: ¿Es un sueño que le queda por cumplir?
R: Un gran sueño.
P: ¿Qué espera de ese hombre que aún está por llegar a su vida?
R: Ya lo encontré, pero no era el momento adecuado para vivir una relación.
P: ¿Era conocido?
R: No.
P: ¿Y qué valoras más en una pareja?
R: Que sea un hombre leal, honesto, con sentido común y divertido.
P: ¿A qué se dedicas ahora?
R: He sido modelo, actriz y al final me he reconvertido en empresaria. Tengo una tienda online de regalos originales, que combina salud, decoración, alimentación, cestas de frutas y verduras ecológicas y tropicales. Está teniendo muy buena acogida. Y también me muevo en el mundo de la comunicación y la organización de eventos, y en el de la intermediación en el campo de las celebrities.
P: ¿Se ha olvidado totalmente de su carrera de actriz?
R: No, tengo algunas ofertas que estoy estudiando, pero es pronto para adelantar nada.
P: ¿Guarda grandes recuerdos de su etapa artística?
R: Sobre todo haber trabajado con Arturo Fernández y Anthony Quinn, fueron dos maestros extraordinarios para mí. Son personas que te enseñan algo nuevo cada día.
Ninguno de los hombres que han estado a su lado le mereció la suficiente confianza a Sofía Mazagatos como para decidirse a tener un hijo con ellos. Ni aquel José María Fernández de Caldas, mucho mayor que ella y con el que acabó discutiendo por la propiedad de un chalet, ni el tal Max Badiyi, que llenó su vida de mentiras, se ganaron la opción de llevar a la hoy empresaria al altar. Mucho menos de tener descendencia con ella.