Fiesta sólo para ricos en casa de los Cisneros
La hermana de Gustavo Cisneros organizó una velada para 200 invitados en su casa. Preysler, Marta Gayá o Cristina Macaya, entre las invitadas vip
Marion Cisneros forma parte del llamado club de las grandes fortunas venezolanas con casa abierta en Madrid, París, Nueva York y Miami. A diferencia de otros ricos globales, siempre ha preferido pasar de puntillas por el mundo mediático y mantener a raya la vanidad pública. En muchos casos enseñar las mansiones, los barcos y las haciendas acaba por volverse en contra, como le sucedió a una importante dama de la oligarquía colombiana cuando apareció en Vanity Fair acompañada de las doncellas negras como si fuera una estampa de Lo que el viento se llevó.
Marion, arquitecta de profesión, al igual que su marido Noel Vanososte, funciona de otra manera, y así lo confirman a Vanitatis los muchos amigos que acudieron a la cena organizada en su casa de Madrid este jueves. Un impresionante piso de 1.500 metros cuadrados con vistas a El Retiro y muy diáfano, porque aún la anfitriona no ha hecho el cambio completo de su anterior vivienda, situada también en la misma zona.
Los salones estaban decorados con peonías fucsias que se alternaban con maceteros y jarrones de hortensias que iban del rosa al lila. Flores y juego de luces fue lo único que utilizó la arquitecta para crear un ambiente despejado donde se colocaron las mesas redondas para más de 200 invitados, entre los que se encontraban la infanta Pilar y todos sus hijos, con sus respectivas mujeres. La relación de la tía del rey Felipe VI con el matrimonio Cisneros Vanososte viene de muy atrás y tiene que ver con la afición por los caballos de ambas familias. Además, un hijo de la duquesa de Badajoz, a través de su empresa, se encargó de rehabilitar el edifico y de ofrecer el impresionante piso en el que se desarrolló la velada.
Como era de esperar, no hubo referencia a la imputación de su sobrina Cristina y en cambio la infanta si agradeció a los invitados que se acercaban para felicitarla por la proclamación del príncipe Felipe como nuevo jefe del Estado. Por razones obvias no hubo comentarios más allá de los estrictamente sociales.
Isabel Preysler, entre las invitadas
Entre las invitadas destacaron Cristina Macaya y Marta Gaya, dos mujeres elegantes y discretas que controlan Mallorca. Mientras iban llegando las amistades, los camareros del catering Ciboulette sirvieron un cóctel a base de blinis de caviar, croquetas de varios tipos, jamón y champán. Después cena aparentemente ligera: fetuccini a la trufa, lubina en lecho de pisto y de postre pastela. Cuando terminó el festín, hubo baile hasta pasadas las dos de la mañana.
Otros amigos que acudieron a la cita fueron Isabel Preysler, vestida a la última con un mono, tendencia de esta temporada, igual que hicieron la anfitriona Marion y Begoña García Vaquero, esposa de Pedro Trapote, que también acudió. Y no faltaron miembros de las familias March, Fierro, Entrecanales, la ganadera Mari Camacho, los marqueses de Mondéjar, Mayte Arango, Marcial Gómez Sequeira, la empresaria venezolana Lilia López, Mayte Spínola, César Álvarez -El Corte Inglés-, Chon Gómez Monche y amistades internacionales que iniciaban en Madrid su periplo vacacional.
Marion Cisneros forma parte del llamado club de las grandes fortunas venezolanas con casa abierta en Madrid, París, Nueva York y Miami. A diferencia de otros ricos globales, siempre ha preferido pasar de puntillas por el mundo mediático y mantener a raya la vanidad pública. En muchos casos enseñar las mansiones, los barcos y las haciendas acaba por volverse en contra, como le sucedió a una importante dama de la oligarquía colombiana cuando apareció en Vanity Fair acompañada de las doncellas negras como si fuera una estampa de Lo que el viento se llevó.