Eva Nasarre, mito televisivo y apoyo para Pedro Zerolo

“Gracias Pedro por tanto y por todo, y como tú me dijiste, “cuídate” y vive (sé que lo haces)”. Este mensaje público de ánimo para Pedro Zerolo no es de cualquiera, sino de Eva Nasarre, un nombre desconocido para muchos, pero muy popular para todos aquellos que veían la televisión matinal en los años 80. La ex gimnasta, que puso en boca de los ciudadanos anglicismos como ‘footing’, protagonizó el espacio de gimnasia rítmica más popular de la televisión española durante esa década pero, nada más finalizar el programa, desapareció. Enferma de artritis reumatoide, Nasarre se ha convertido en una amiga incondicional de Pedro Zerolo y uno de sus apoyos más visibles ante el cáncer que el político socialista está superando. “Gracias a Eva Nasarre x tan cariñoso artículo”, ha respondido él en las redes sociales. Lo cierto es que sus muestras de apoyo nacen de las que el propio Zerolo le ha brindado a ella en el pasado, ante lo terrible de la enfermedad que sufre la que hace más de treinta años ejerciese de impulso mediático para que los españoles supiesen qué significaba hacer ejercicio.

La enfermedad de Nasarre, poco conocida para gran parte del público que la vio en aquellos programas día tras día, la ha convertido en una luchadora infatigable por derechos hacia las personas dependientes. Por ejemplo, ejerce de portavoz de la Plataforma en defensa de la Ley de Dependencia en Castilla La Mancha. De todo ello, y casi siempre ejemplificando sus reivindicaciones con historias humanas, habla en un blog llamado Tu mejor día es hoy, en el que da buena cuenta del sufrimiento y las carencias que sufren las personas dependientes, siendo bastante ‘guerrera’ con la política de recortes en la sanidad pública. “Los recortes se han cebado con los enfermos y dependientes en especial y son los más vulnerables”, escribe en una entrada. También es bastante crítica con la clase política, a la que considera “ciega” ante las penalidades de muchos enfermos: “Vivir un mes. Sin trabajo. En un país “donde se nota la alegría en las calles”. Frase que pronunció justo ayer la Sra. Soraya Sáenz de Santamaría. Vaya a una cola de cualquier Banco de Alimentos y cambie la frase”.

Un mito de la televisión de los 80

Antes de convertirse en una luchadora infatigable por los derechos de las personas dependientes, Nasarre era la presentadora de Puesta a Punto, un programa que comenzó a emitirse en 1983 y gracias al cual los españoles de la época descubrieron lo que era el aerobic. Con sus mallas, su pelo rizado y los colores de su ropa deportiva, Eva se convirtió en uno de los rostros más populares de Televisión Española. Años después, y muy a su pesar, volvió al primer plano de la actualidad por las continuas declaraciones de su marido Chema, que acudió a varios programas de televisión a contar que se había metido en un grupo espiritual que la mantenía alejada no sólo de él sino de su hijo.

Al cumplir la mayoría de edad, su hijo Joan Marc acudió a un programa de televisión para ponerse en contacto con ella, y hubo un reencuentro entre ambos en directo. Sin embargo, poco tiempo después volvieron a romper lazos. En ningún momento dejó claro por qué se había ido a vivir con Víctor, otro joven de su edad, y se había alejado totalmente de su familia. Con el tiempo, la enfermedad la ha dejado prostrada en una silla de ruedas pero, lejos de venirse abajo, Nasarre se ha convertido en una incansable luchadora que aprovecha las redes sociales y su propio blog para decir lo que piensa y cargar contra un gobierno que considera insensible y ajeno a las necesidades de las personas como ella.

Fue precisamente esa lucha la que la unió a Zerolo, con el que se encontró durante una Marea Blanca y con el que conectó de forma especial. El concejal del Ayuntamiento de Madrid se interesó por su salud y, desde ese momento, ambos entablaron una cercanía que se ha visto reforzada a través del mensaje que ella le ha enviado mediante su blog. “Era invierno y coincidimos en una Marea Blanca, te acercaste, me diste dos besos y me preguntaste como estaba. ¡Tan vital!, me dijiste nos vemos luego. Luego a los pocos días anunciaste que tenías cáncer”, narraba la gimnasta en un blog en el que intenta demostrar que cada día es su ‘mejor día’ y que su paso por la televisión ha quedado como una aventura lejana y secundaria, por debajo de la lucha social a la que se ha entregado aquella chica con mallas, pelo rizado y envidiable forma física.