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Palito Dominguín, nueva estrella de los Bosé: "Mi apellido abre unas puertas maravillosas"
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HA DEBUTADO en LA PASARELA EN LA MBFW MADRID

Palito Dominguín, nueva estrella de los Bosé: "Mi apellido abre unas puertas maravillosas"

En realidad se llama Lucía, pero ella misma se puso Palito de pequeña. Es hija de Lucía Dominguín, hermana de Bimba Bosé y nieta de Lucía Bosé. Lleva el arte en su ADN y ha debutado esta semana en la pasarela Cibeles de la mano de Montesinos

Foto: Palito Dominguín y Bimba Bosé en un fotomontaje realizado en Vanitatis
Palito Dominguín y Bimba Bosé en un fotomontaje realizado en Vanitatis

Que es una chica joven, alocada, alegre y nerviosa se hace evidente desde el primer momento. Habíamos acordado la entrevista a las dos de la tarde, pero Lucía Tristancho Dominguín no había tenido en cuenta que Vanitatis hablaba de hora española. “Perdona, pensaba que eran las dos de aquí (Londres). Definitivamente, estoy un poco descontrolada”, se disculpa. La sinceridad con la que posteriormente responde a cada una de las preguntas bien merecieron la espera.

La joven, de 20 años, es la última Bosé en demostrar que ninguno de los miembros del clan oposita para inspector de Hacienda o sueña con ser notario. El arte parece ir en su ADN y ella, como su hermana Bimba o su primo Nicolás Coronado, ha nacido para subirse a las pasarelas. Cumplió su sueño precisamente este sábado desfilando para Francis Montesinos en la Mercedes-Benz Fashion Week. Un desfile que se convirtió en su debut como modelo y que la ha sacado de ese anonimato en el que hasta entonces vivía.

Lucía es hija de Lucía Dominguín y de su segundo marido, Carlos Tristancho, y, por ende, es hermana de Bimba y Olfo Bosé y de Jara Dominguín. Pero los parentescos famosos no terminan ahí. Si tiramos de árbol genealógico también es sobrina de Paola Dominguín y Miguel Bosé y nieta de Lucía Bosé. Ahí es nada.

Con personalidad propia

Como si de una cuestión genética se tratara, como otros miembros de su familia, Lucía es clara. Y tajante: desde hace unos años no responde al nombre de Lucía. Su nombre artístico es Palito Dominguín y así nos lo hace saber ella y algunos miembros de su familia.

¿Por qué Palito?”, pregunta Vanitatis de manera obligada. “¡La gran pregunta! Me la hacen tanto que el otro día dije que me iba a hacer una camiseta con la historia del por qué. Lo creas o no el nombre me lo puse yo de pequeña y simplemente por que me gustaban los palos. Tanto que los confundía con las flores o con los espárragos y cuando me preguntaban cómo me llamaba decía que Palito. Se ve que hizo gracia la palabra por aquel entonces, porque ya me quedé con ese mote. De hecho toda mi familia me llama Palito y muchas veces no contesto cuando me llaman Lucía. ¿Que por qué lo uso también como nombre artístico? Pues porque la gente tiene tanto lío con las Lucías en mi familia que no quería liarla más”, vacila la joven.

Desde el primer momento, Palito –no nos acostumbramos a llamarla así– relata con naturalidad quién es y de dónde viene. A diferencia de otras 'hijas de', es consciente de que su apellido llama la atención y ella ha sabido gestionar los pros y los contras que eso supone. Reconoce que su llegada al mundo de la moda se debe a la buena relación que mantienen su madre y su tía con Francis Montesinos. Esa amistad fue su trampolín, pero luego ella saltó al vacío y no todo el mundo se atreve a ello. “Un día fui con mi madre y mi tía a ver a Francis Montesinos y en cuestión de días ya estaba ahí, practicando para arriba y para abajo por el pasillo de su estudio con unos tacones kilométricos. Hice tres desfiles con él y luego ya me dijo que me quería en la Fashion Week. Ya puedes imaginar mi euforia al enterarme. Francis es una bellísima persona y diseñador y que me haya proclamado su nueva musa es para mí un sueño hecho realidad y un honor”, explica.

Parece obvio que en su caso apellidarse Dominguín ha sido un gran impulso y ella, falsas modestias aparte, no lo niega: “Mi apellido es fantástico y abre unas puertas maravillosas. Creo que siempre depende de la manera en la que lo lleves”, dice la misma joven que confiesa haber tenido una infancia bastante normal a pesar de la fama de su familia: “Mis padres nos criaron en el campo y, de hecho, no me di cuenta de verdad de lo que mi familia representaba hasta que me metieron en el colegio y los niños hacían comentarios sobre ello. Yo no entendía nada”.

El divorcio de sus padres

Efectivamente, sus padres la criaron en el campo. Lucía Bosé tuvo dos hijas (Lucía y Jara, que es diseñadora de zapatos) con el actor Carlos Tristancho, después de separarse de su primera pareja, Alessandro Salvatore, un italiano con el que tuvo a los conocidísimos Bimba y Olfo Bosé. Se instalaron en Extremadura y allí se hicieron propietarios del hotel monasterio Rocamador, un precioso enclave pacense que un día se convirtió en su peor pesadilla. La gestión del hotel terminó en ruina y además dio al traste con el sólido matrimonio de Lucía y Carlos tras 26 años juntos. La hermana de Miguel Bosé declaró entonces que no conocía la situación financiera del hotel porque su marido se la ocultó. Sin embargo, el tiempo limó asperezas y actualmente tienen una relación cordial. “La relación entre mis padres es fantástica. Los quiero muchísimo y son como mis mejores amigos. Hay una relación de confianza y cariño que hemos ido construyendo con los años y ahora que soy más mayor es incluso mejor”, se sincera Palito.

Precisamente porque Lucía Bosé sufrió las consecuencias de depender económicamente de su marido, ha aconsejado a sus hijas que no lo hagan “por mucho que el amor las ciegue”. Tanto Jara como Palito han seguido al pie de la letra sus consejos y mientras Jara sigue creciendo con su marca de zapatos, Palito prosigue con sus estudios de arte al margen de las pasarelas. “Mi amor es el arte y fue decisión mía estudiar en la universidad. Cuando tenía 16 años le dije a mi madre que quería aprender inglés y estudiar arte. Lo conseguí, hice el bachillerato allí y ahora estudio Bellas Artes (Fine art) en AUB (Arts university of Bournemouth). La verdad es que mi madre siempre nos ha apoyado en todo lo que quisiésemos hacer”, explica.

Ese apoyo familiar también lo ha tenido a la hora de desfilar. Su madre y su tía son sus más fieles admiradoras, y su primo Nicolás Coronado y su hermana Bimba Bosé, sus referentes. “¿Qué te dijeron antes de debutar?”, le pregunta Vanitatis. “Que lo disfrutase mucho y que no me preocupase. La verdad es que estaba muy nerviosa”, responde la joven. ¿Y hasta dónde quieres llegar en el mundo de la moda? “Bueno, hay tanta información pasando por mi cabeza ahora mismo que aún estoy decidiendo cómo hacer todo esto para poder disfrutarlo al máximo. En cuanto lo sepa, te lo haré saber”, se ríe. Palito Dominguín solo acaba de despegar. La nueva estrella de los Bosé llega pisando fuerte.

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Que es una chica joven, alocada, alegre y nerviosa se hace evidente desde el primer momento. Habíamos acordado la entrevista a las dos de la tarde, pero Lucía Tristancho Dominguín no había tenido en cuenta que Vanitatis hablaba de hora española. “Perdona, pensaba que eran las dos de aquí (Londres). Definitivamente, estoy un poco descontrolada”, se disculpa. La sinceridad con la que posteriormente responde a cada una de las preguntas bien merecieron la espera.

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