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28 días esperando el entierro de la Veneno
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PERMANECE EN EL DEPÓSITO DE CADÁVERES

28 días esperando el entierro de la Veneno

El pasado día 29, esa segunda autopsia volvía a confirmar la hipótesis del accidente, pero la familia sigue sin estar conforme con la decisión del juez

Foto: La Veneno en un fotomontaje de Vanitatis
La Veneno en un fotomontaje de Vanitatis

Una historia sin fin; un drama humano y policíaco para el cual ya se agotan los calificativos. Cristina Ortiz la Veneno fallecía el pasado 9 de noviembre. Tras permanecer unos días en coma, la que fuese musa de Pepe Navarro durante los 90 se iba de este mundo dejando tras de sí una estela de polémica digna de un thriller policíaco. Aunque una primera autopsia revelaba que había sido víctima de un accidente doméstico, la familia pedía un segundo análisis de su cadáver, algo a lo que accedía el juez. El pasado día 29, esa segunda autopsia volvía a confirmar la hipótesis del accidente, pero la familia sigue sin estar conforme con el resultado y se sigue haciendo muchas preguntas; unas dudas que mantienen a la Veneno en el Instituto Anatómico Forense, a la espera de nuevas aclaraciones, mientras en las discotecas gais se le rinde tributo y suena aquel noventero 'Veneno pa tu piel' y su figura se va convirtiendo en recuerdo. “¿Por qué la Fiscalía no se inmiscuye en este caso? Me preocupa mucho que el juez haga bien su labor. Para eso le pagamos todos”, exclama a Vanitatis, vía telefónica y considerablemente enfadada, Mari Pepa, hermana de la artista.

Lo cierto es que la disconformidad de la familia ha provocado que el cadáver de Cristina siga, después de casi un mes, sin descansar en paz. “No estamos conformes con la autopsia”, asegura Trini, otra de las hermanas de la Veneno. Esa disconformidad ha hecho que los familiares aseguren que pagan casi 360 euros al día porque su hermana permanezca en el Anatómico Forense pese a que el juez decretó lo contrario hace unos días. Sin embargo, fuentes del Instituto aseguran a este medio que, mientras las autoridades no digan lo contrario, la permanencia de un cadáver en ese lugar es “gratuita. Este es un servicio público de la Comunidad de Madrid. Si el juez dice que el cuerpo tiene que permanecer aquí, pueden pasar hasta meses. También te digo que no es habitual que se pida una segunda o una tercera autopsia”, asegura sin poner nombre a este caso en particular.

Sin embargo, muchos son los factores que determinarán que Cristina acabe o no descansando en paz. Valeria Vegas, su biógrafa, aseguraba a este medio que “su hermano me dijo que contarían conmigo para recoger la urna con sus restos mortales. Si no me han llamado, entiendo que el cadáver sigue en el mismo sitio que estaba. Es tremendo porque ya ha pasado casi un mes”. Sin embargo, la prueba de que el desacuerdo preside la actitud familiar la encontramos en Mari Pepa, que sigue recordando “el maltrato” al que dice ha sido sometida su familia durante todo el proceso desde el supuesto accidente de su hermana hasta la muerte o la posterior investigación. “¿Acaso mi hermana vale menos por ser un transexual? Si a la Fiscalía le compete este caso debería haberse mojado. Hubo vetos incluso para que presentásemos denuncias cuando vimos que mi hermana tenía hematomas y que aquello no podía ser un accidente normal. El trato que nos dio la policía, por ejemplo, fue denigrante. De los juzgados de plaza de Castilla nos mandaron a Tetuán y allí se rieron de nosotros cuando quisimos poner una denuncia”.

“Nos trataron como a paletos”

Mari Pepa también ve “raro” que, cuando su hermana llegó al hospital La Paz, tardasen tanto en llamarles y que al ver el estado y “los hematomas con los que fue ingresada”, no diesen parte a los juzgados. “Mi hermana estaba a las 12 y pico de la noche en el hospital y no es de recibo que nos llamasen a Adra a las cinco y media (…) ¿A quién estaba encubriendo el hospital La Paz? No creo que fuera al novio de mi hermana. Ahí tiene que haber algo más”. La hermana de Cristina también recuerda muchos de los datos que le dio el personal médico cuando su hermana llegó al centro médico, herida de muerte. “Me dijeron que tenía piojos y que por eso la habían tenido que rapar para operarla. Como si por eso fuese una persona de segunda. Hemos vivido situaciones de transfobia. Se han burlado de nosotros, nos han tratado como a paletos y han conseguido dividir a la familia. Ha habido irregularidades y creo que nos han escondido cosas”.

Otra situación controvertida tiene que ver con el 'bolo' realizado por Alin, novio de la Veneno, al módico precio de 300 euros. Para muchos, sobran los calificativos ante la explotación de la desgracia por parte de la pareja de la artista. Valeria Vegas, por ejemplo, lo tiene clarísimo a la hora de manifestar su opinión sobre el tema. “No sé si es peor él por hacerlo o el que lo contrata. A mí ya me dijo que qué había que hacer para ir a la televisión. Yo le dije que a mí me habían llamado; yo nunca dije de ir”.

A la espera de una nueva decisión judicial, parece que si finalmente Cristina es incinerada, se acabará respetando su último deseo: que las cenizas sean esparcidas en el parque del Oeste, ese lugar donde ejerció la prostitución y donde fue descubierta por los rastreadores de personajes de Telecinco hace algo más de dos décadas, cuando nadie, ni siquiera ella misma, podía imaginar un final y unas consecuencias policíacas que, hoy por hoy, solo merecen un calificativo: rocambolesco.

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Una historia sin fin; un drama humano y policíaco para el cual ya se agotan los calificativos. Cristina Ortiz la Veneno fallecía el pasado 9 de noviembre. Tras permanecer unos días en coma, la que fuese musa de Pepe Navarro durante los 90 se iba de este mundo dejando tras de sí una estela de polémica digna de un thriller policíaco. Aunque una primera autopsia revelaba que había sido víctima de un accidente doméstico, la familia pedía un segundo análisis de su cadáver, algo a lo que accedía el juez. El pasado día 29, esa segunda autopsia volvía a confirmar la hipótesis del accidente, pero la familia sigue sin estar conforme con el resultado y se sigue haciendo muchas preguntas; unas dudas que mantienen a la Veneno en el Instituto Anatómico Forense, a la espera de nuevas aclaraciones, mientras en las discotecas gais se le rinde tributo y suena aquel noventero 'Veneno pa tu piel' y su figura se va convirtiendo en recuerdo. “¿Por qué la Fiscalía no se inmiscuye en este caso? Me preocupa mucho que el juez haga bien su labor. Para eso le pagamos todos”, exclama a Vanitatis, vía telefónica y considerablemente enfadada, Mari Pepa, hermana de la artista.

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