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Esta crema es una ruina: por qué triunfa la de Mila Ximénez y no la de Isabel Preysler
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a examen los cosméticos de preysler, Ximénez, ana rodríguez y paola Dominguín

Esta crema es una ruina: por qué triunfa la de Mila Ximénez y no la de Isabel Preysler

No ser la más bella no significa que tu línea de belleza no triunfe en el mercado. Los números hablan y la colaboradora de 'Sálvame' es ya nuestra nueva musa 'beauty'

Foto: Mila Ximénez e Isabel Preysler en un montaje elaborado por Vanitatis
Mila Ximénez e Isabel Preysler en un montaje elaborado por Vanitatis

No hay septuagenaria que no envidie el cutis eternamente terso de Isabel Preysler (Manila,1951), una mujer que parece haber hecho un pacto con el diablo -o con sus cirujanos- para mantener su eterna juventud. Tanta es la admiración que genera que la 'it granny' (abuelita) filipina decidió lanzarse de cabeza a crear su propia línea cosmética. El resultado fue My Cream, una línea de tres productos: un contorno de ojos, un sérum y una crema antiedad, que rondan los 50 euros cada uno de ellos. La apuesta de Preysler se lanzó el 17 de febrero de 2015 (Miguel Boyer falleció en septiembre de 2014) y fue la presentación en sociedad después del luto por la muerte de su marido. Aunque la expectación estaba garantizada, las ventas no han acompañado la aventura cosmética de la ahora pareja de Mario Vargas Llosa, según los datos a los que ha tenido acceso Vanitatis.

El declive de su negocio comenzó a hacerse evidente a través de sus redes sociales. De esa ilusión con la que su community manager promocionaba sus productos en Twitter e Instagram ya no queda rastro y la prueba es que ambas plataformas no se actualizan desde hace más de seis meses. No hace falta ser un experto para deducir que en la nueva era de las tecnologías cualquier promoción en redes sociales es un gran filón a la hora de vender un producto, pero Isabel ha decidido dejar de explotarlo y abandonar así a sus más de 30.000 seguidores. Bueno, ella o el equipo que se esconde detrás de su marca y que está liderado por Ana Boyer Preysler, su hija menor. En el Registro, el nombre de la filipina no aparece en ningún lado y es la benjamina la que figura como administradora única de la sociedad Jacaranda Cosmética S.L.

Según los datos del Registro Mercantil, dicha empresa arroja unas tímidas pérdidas en el depósito mercantil de 2014. Sin embargo, en el ejercicio de 2015 el Registro sigue a la espera de que Preysler y su retoño presenten la contabilidad actualizada.

Los números rojos de la ex de Bono

Pero Isabel Preysler no es la única que ha fracasado al lanzar un producto cosmético en nuestro país. La exmujer de Bono, Ana Rodríguez Mosquera, también bella entre las bellas, tampoco ha triunfado con su línea 'beauty', que lanzó tras su divorcio, en diciembre de 2014. Los resultados de Oceanyx Cosmetics SL, la sociedad a través de la cual factura sus productos, no son positivos: -34.189,87 euros. Aunque, eso sí, ella sí está al frente de su negocio como administradora única de la empresa (consciente de que el patrimonio familiar de los Bono está siempre bajo la lupa de la opinión pública).

Sus cremas diseñadas por una mujer con piel atópica no se han recuperado de las pérdidas de 2014 (-28.167,84 euros). Y eso que sus productos, que beben del océano, son para hombres y mujeres. Ana ofrece en su web una línea de sérums más amplia que la de Isabel, con gamas para mayores de 25, 35 y 45 años. Los precios van de los 60 a los 160 euros, de su producto más maduro: el Sérum Celular Platinum Regenerador.

Paola Dominguín y su Flor de Roca

La que arroja más pérdidas con el negocio de la cosmética es la exmodelo y diseñadora Paola Dominguín. La exmujer de José Coronado ha madurado profesionalmente como diseñadora y por eso se ha ocupado hasta de hacer el logotipo de su línea Flor de Roca, que atiende tanto a pieles jóvenes y maduras como a sensibles, que es su caso. Ella misma ha declarado que estuvo ocho años detrás de estas cremas que fabrica en un laboratorio de Valencia, su ciudad adoptiva.

Su gama de precios es más ajustada que las dos anteriores; sin embargo, su venta online no termina de cuajar. Paola factura sus productos a través de Imaginando Nuevos Sueños Sl, que tiene como administrador único a Ignacio Ibáñez, según aparece cuando se realiza una compra en su web. En este único ejercicio de vida, la sociedad arroja unas pérdidas de -103.515,47 euros, las más abultadas de todas las cremas de celebridades consultadas.

A diferencia de Preysler, Paola Dominguín sí tiene actualizadas sus redes sociales y su blog intentando posicionar su producto con mensajes evocadores y concursos, que ella ha creado como "un homenaje a las mujeres fuertes y bellas, que se adaptan a los cambios".

Mila Ximénez, la Cindy Crawford española

Aparentemente Mila Ximénez no destaca por tener un cutis de Afrodita, pero lo cierto es que sus cremas Kisé by Mila gustan y mucho. Lo explica ella misma en su web: "Os descubro la nueva línea de cremas personalizadas que seguro que os van a encantar; se llaman Kisé que es una palabra hebrea que significa silla/trono; en ella, se recoge todo el valor femenino de la vida. Todas ellas están elaboradas bajo control farmacéutico y han sido testadas por el Instituto Brain House en cuanto a actividad emocional; según estos estudios certificados podemos hablar de que la línea Kisé forma parte de una nueva dimensión en la cosmética; la denominada Cosmética emocional". Y es que Mila en eso de tocar el corazón es una experta y su línea beauty ( Kisé Sérum Acción Antimanchas, Kisé Día Crema Hidratante, Kisé Noche Crema Nutritiva y Kisé Contorno de Ojos) los ha conquistado.


Sus precios son ajustados, no superan los 40 euros y el contorno de ojos vale 25 euros. Pero el secreto no parece ser el bolsillo, sino que sus productos se venden online dentro de su página web, que aloja su club de fans, con lo que los parroquianos están asegurados. Es más, con la compra de sus productos, ella regala su libro 'What's else?'. La exmujer de Manolo Santana no está al frente de la sociedad que factura sus productos de belleza, pero sí su hija Alba Santana, que es la administradora de Alexal y Malube SL.

Aquí, la colaboradora televisiva ha optado por el modelo Preysler de negocio: mi hija al frente y yo doy la cara (nunca mejor dicho). La empresa nunca ha tenido pérdidas y va firme y segura. Este ejercicio arroja un balance que ronda los 20.000 euros de beneficios y el 2014, 10.050 euros. La cosa cosmética parece ser un buen filón para Mila, que hoy por hoy es nuestra Miranda Kerr (Kora Organics) o Cindy Crawford (Meaningful Beauty), que triunfan con sus productos de belleza.

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No hay septuagenaria que no envidie el cutis eternamente terso de Isabel Preysler (Manila,1951), una mujer que parece haber hecho un pacto con el diablo -o con sus cirujanos- para mantener su eterna juventud. Tanta es la admiración que genera que la 'it granny' (abuelita) filipina decidió lanzarse de cabeza a crear su propia línea cosmética. El resultado fue My Cream, una línea de tres productos: un contorno de ojos, un sérum y una crema antiedad, que rondan los 50 euros cada uno de ellos. La apuesta de Preysler se lanzó el 17 de febrero de 2015 (Miguel Boyer falleció en septiembre de 2014) y fue la presentación en sociedad después del luto por la muerte de su marido. Aunque la expectación estaba garantizada, las ventas no han acompañado la aventura cosmética de la ahora pareja de Mario Vargas Llosa, según los datos a los que ha tenido acceso Vanitatis.

Mila Ximénez Isabel Preysler
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