Qué es el ‘doomscrolling’ y por qué te está robando tu descanso antes de dormir
Si no ponemos límites, ese gesto aparentemente inofensivo de revisar una pantalla puede quitarnos horas de descanso
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdad%2Fb5b%2F907%2Fdadb5b907b456c655c09091e680425e2.jpg)
- Un experto en salud pública alerta: las medidas drásticas que deberíamos tomar contra los móviles en niños
- Diseño premium y triple cámara: este móvil es el compañero perfecto para cualquiera de tus planes
Lo haces sin pensar. Es tarde, estás en la cama, luces apagadas, quizás ya habías decidido dormir. Pero aún así, sigues deslizando el dedo por la pantalla. Noticias, tragedias, conflictos, debates y más noticias. Una historia terrible tras otra. Este hábito tiene un nombre: doomscrolling. Se trata del acto compulsivo de navegar por redes sociales o portales de noticias, especialmente por contenido negativo o angustiante, durante largos periodos de tiempo. Aunque nació como término popular durante la pandemia, el fenómeno es más antiguo y más común de lo que parece.
El problema no está solo en la cantidad de tiempo que pasamos frente a la pantalla, sino en el tipo de contenido que consumimos justo antes de dormir. Según investigaciones publicadas en la revista Sleep Health, este comportamiento estimula nuestro sistema de alerta, justo cuando deberíamos estar relajándonos.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F51a%2Ff56%2Fd4b%2F51af56d4bf2ec509ea29ebc85dff6ddf.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F51a%2Ff56%2Fd4b%2F51af56d4bf2ec509ea29ebc85dff6ddf.jpg)
La exposición prolongada a noticias alarmantes retrasa la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, y altera el ritmo natural del cuerpo. El resultado es una mayor dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche y una sensación de agotamiento constante al despertar.
Más allá de la biología, también hay una dimensión emocional. En contextos de incertidumbre —crisis sanitarias, guerras, problemas económicos o personales—, muchas personas buscan información como forma de sentirse en control. Sin embargo, el tipo de información que suelen encontrar en redes o medios no siempre brinda certezas, sino que alimenta la ansiedad.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F62c%2F685%2F2a5%2F62c6852a57119f760194d298303d3628.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F62c%2F685%2F2a5%2F62c6852a57119f760194d298303d3628.jpg)
Esto genera un círculo vicioso. Nos sentimos inquietos, buscamos noticias para calmarnos, encontramos más cosas que nos preocupan, dormimos mal, y al día siguiente estamos más cansados y más vulnerables al mismo hábito. Aunque puede parecer un problema menor, el doomscrolling afecta directamente nuestra salud mental y física, disminuye la calidad del sueño y afecta el estado de ánimo, la concentración y la productividad.
Romper con este hábito requiere pequeñas pero firmes decisiones. Una de las más efectivas es establecer una “hora sin pantallas” al menos 30 o 60 minutos antes de dormir. También ayuda crear un ritual nocturno sin tecnología: leer un libro, escribir un diario, practicar respiración consciente o simplemente conversar. Alejar el cargador del móvil de la cama, desactivar notificaciones nocturnas y cambiar intencionalmente el tipo de contenido que consumimos —optando por lecturas positivas, inspiradoras o relajantes— son otros pasos que pueden marcar la diferencia.
- Un experto en salud pública alerta: las medidas drásticas que deberíamos tomar contra los móviles en niños
- Diseño premium y triple cámara: este móvil es el compañero perfecto para cualquiera de tus planes
Lo haces sin pensar. Es tarde, estás en la cama, luces apagadas, quizás ya habías decidido dormir. Pero aún así, sigues deslizando el dedo por la pantalla. Noticias, tragedias, conflictos, debates y más noticias. Una historia terrible tras otra. Este hábito tiene un nombre: doomscrolling. Se trata del acto compulsivo de navegar por redes sociales o portales de noticias, especialmente por contenido negativo o angustiante, durante largos periodos de tiempo. Aunque nació como término popular durante la pandemia, el fenómeno es más antiguo y más común de lo que parece.