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Iñaki Urdangarin: así ha visto la prensa internacional su ingreso en prisión
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Está en una cárcel de Ávila

Iñaki Urdangarin: así ha visto la prensa internacional su ingreso en prisión

“Una rotunda decepción familiar y una esposa mártir que inicia su vida sola y lejos de los suyos”. Esto es lo que piensan fuera de nuestras fronteras de la condena al cuñado del Rey

Foto: Periódicos de prensa internacional en un kiosko. (Istock)
Periódicos de prensa internacional en un kiosko. (Istock)

Ayer tenía lugar el ocaso de libertad al que Iñaki Urdangarin estaba destinado desde hacía una semana. Unos días que habrían supuesto un calvario para él y su esposa, la infanta Cristina, que veían cómo en un errado intento de exilio social suizo, tenían que volver a plantar cara a la realidad: el excampeón de balonmano era juzgado a cinco años y diez meses de prisión a causa de delitos como malversación de fondos públicos, evasión fiscal y tráfico de influencias por el caso Nóos.

Desde anoche duerme en el presidio femenino de Brieva, Ávila. De esto se ha hablado mucho y de forma cruda fuera de nuestras fronteras. Un punto de vista quizás mas neutral y ecuánime que no ha dudado en tachar esta coyuntura como “un escándalo sin precedentes en la monarquía europea”.

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Así, en las líneas de la agencia de noticias Expática se leían titulares como “De yerno ideal a oveja negra de la familia”, mientras que la BBC se atrevía a culpar al ahora preso mediático de dinamitar una crisis monárquica en España que acabó ensombreciendo los últimos años del reinado de don Juan Carlos y su abdicación en 2014. Titulares amables que se recrudecen en otras naciones que no entienden del todo el proceso judicial que ha vivido la familia de Felipe y Letizia.

placeholder  Noticias sobre Urdangarin en la prensa internacional.
Noticias sobre Urdangarin en la prensa internacional.


Del mismo modo, ‘Paris Match’, el afamado medio de crónica social galo, se decantaba por reunir las mejores instantáneas del matrimonio y sus cuatro retoños en un artículo titulado ‘Iñaki y Cristina, en tiempos de felicidad y libertad’. Un irónico ejercicio que recopila los momentos álgidos de un álbum familiar que no ha logrado disolverse ni en las horas más oscuras. Algo que acentúan con un contundente paralelismo dedicado a la Infanta: “Por él perdió su título de duquesa de Palma de Mallorca. Por él acordó no aparecer en público junto a la familia real española, su familia. Por él vendió su casa en Barcelona. Por él se exilió en Ginebra, Suiza, lejos de los paparazzi. Por él se sentó en el banco de un tribunal y también aceptó ser juzgada”. Poco más que añadir.

Del trato respetuoso al titular duro

Pero pensar que el resto de opiniones internacionales iban a jugar con una figura literaria y enaltecer el tesón de la esposa malparada era esperar demasiada afabilidad. Sobre todo en Alemania, donde el medio ‘Bunte’ hacía hincapié en la cantidad sustraída durante 2004 y 2006: “Unos seis millones de euros que habría usurpado ilegalmente a través de su organización benéfica Nóos”, mientras que la prestigiosa revista ‘Gala’ iba más allá y emitía un duro juicio de valor: “Cristina y sus hijos no verán a Iñaki fuera de la cárcel hasta 2024. Su hija menor, Irene, tiene 13 años y, al igual que sus tres hermanos, de entre 16 y 18 años, está extremadamente decepcionada con su padre”.

Su hija menor, Irene, al igual que sus tres hermanos, está extremadamente decepcionada con su padre

Asimismo, ‘El Corriere della Sera’, el periódico con más tirada en Italia, se hacía eco de este zafarrancho real con un artículo titulado “El cuñado del rey de España va a prisión por una condena de fraude”, afirmando que Cristina seguirá viviendo su vida en Ginebra. Un trato respetuoso y escueto que parece no ahondar en lo polémico del asunto, como sí descubre el diario ‘Il Giornale’: “Es todo un privilegio el que ha vivido Iñaki pudiendo elegir entre los 82 centros penitenciarios de su país. El talento y la codicia acabó traicionándolo y humillándolo”.

placeholder  Urdangarin, en una imagen entrando en los juzgados. (Gtres)
Urdangarin, en una imagen entrando en los juzgados. (Gtres)

Y desde el otro lado del charco, nuestros allegados latinoamericanos no dudan en narrar el drama monárquico vivido en España con un tono novelesco al más puro estilo culebrón televisivo: “En 1997, cuando se anunció por sorpresa la boda de la pareja, se habló de él como ‘el chico perfecto’. Al lado de una radiante princesa, este elegante marido que aún conservaba un rostro juvenil, a sus 29 años, se casaba en la catedral de Barcelona con la flor y nata de la aristocracia internacional, mientras que le guiñaba el ojo a Felipe, que es solo quince días más joven que él”. Ahora poco queda de este príncipe azul en México, según recoge la revista social ‘Vanidades’.

Aunque también rotundos y férreos han sido en el medio británico ‘The Times’, que ya hace unos meses parecían tener claro el futuro aún incierto del malogrado exduque. En sus líneas escribían las vicisitudes del proceso legal con un claro mensaje: el trato de favor hacia el malhechor fastidiaba a una España que además de presenciar este espectáculo bochornoso tenía que ocuparse de una colosal crisis económica. Así, se podía leer: “Hasta tres jueces españoles han provocado una gran indignación al otorgarle libertad sin fianza económica al cuñado del rey Felipe a pesar de haber sido sentenciado a seis años de prisión por fraude fiscal y lavado de dinero”. Y citaban a Íñigo Errejón, diputado de Podemos: "Típico. Te sentencian por tráfico de influencias, evasión de impuestos y fraude, pero te vas a Suiza como si no hubieras hecho nada malo”.

Así se entendía un caso que el prisma internacional ha seguido de cerca. Un romance o alboroto social, según la pluma que escribiera, que hace flaquear la imagen de una monarquía hoy relegada al silencio y que ha vivido un momento único que probablemente se estudie en los libros de Historia.

Ayer tenía lugar el ocaso de libertad al que Iñaki Urdangarin estaba destinado desde hacía una semana. Unos días que habrían supuesto un calvario para él y su esposa, la infanta Cristina, que veían cómo en un errado intento de exilio social suizo, tenían que volver a plantar cara a la realidad: el excampeón de balonmano era juzgado a cinco años y diez meses de prisión a causa de delitos como malversación de fondos públicos, evasión fiscal y tráfico de influencias por el caso Nóos.

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