Iñaki Urdangarin: de príncipe azul a preso número uno
Sigue manteniendo que todo ha sido un complot para acabar con la monarquía. El mejor consejo que dio a los niños fue que hablaran lo menos posible fuera de casa
Ni en sus peores sueños Iñaki Urdangarin intuyó que acabaría cumpliendo condena por el caso Nóos. Cinco años y diez meses para el que fuera el yerno preferido de los Reyes eméritos y del resto de la primera familia. Desde su imputación por las tropelías cometidas desde su privilegiada situación pasó al bando de los invisibles.
El famoso 'cordón sanitario' marcado por Zarzuela para alejar al 'duque em-pal-ma-do' (como él mismo se catalogó) y su mujer del círculo real se convirtió en una de las peores afrentas. La pareja nunca ha reconocido sus errores y sigue manteniendo que todo ha sido un complot para acabar con la monarquía. En la hemeroteca figura como recordatorio de esa falta de humildad. Sobre todo su famosa frase en febrero del 2012 en su primera comparecencia ante el juez Castro: “Vengo a defender mi honorabilidad”, dijo.
Cristina a los 53 años: el peor momento del verso suelto de la familia real
Muy diferente de su actitud el miércoles pasado al presentarse en la Audiencia Provincial de Palma para recoger el auto donde se le indicaba su ingreso en prisión en el plazo de cinco días. Esa mañana no hubo saludos.
"Tío Miguel ha engañado a papá"
Cuando el caso Nóos se convirtió en pieza separada y llegaron las imputaciones, a los hijos les dijeron que el "tío Miguel había engañado a papá”, que por eso papá se encontraba en esa situación y que no hicieran caso de lo que se publicaba en internet. Todo eran falsedades y por lo tanto cuando tuvieran dudas que preguntaran. El mejor consejo que dieron a los niños fue que hablaran lo menos posible fuera de casa.
La situación penal y el alejamiento impuesto por la Corona han hecho que los Urdangarin de Borbón sean una piña y que la infanta Cristina sea cabeza de familia tanto en la parte económica como afectiva. La filtración de los correos afectivos que Urdangarin enviaba a la mujer de uno de sus mejores amigos durante 2003 y 2004, y que se publicaron en el 2013, tampoco hicieron mella en el matrimonio. Don Juan Carlos planteó el divorcio como mal menor y Cristina se mantuvo firme: “No, no y no” a la hoja de ruta marcada por Zarzuela para salvar la institución y a la propia Infanta una vez que la implicación de exduque en asuntos delictivos era un hecho.
La 'no novia' y el ancestro mártir
Se fijó la fecha de la boda el 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís. El jugador brillante de balonmano entró por la puerta grande en la vida de los Borbón. Frente al desmadejado Marichalar, con un perfil mucho menos atractivo tanto por su físico como por su trato más silencioso, aparecía el príncipe azul de Disney, rubio, de ojos azules, deportista, encantador y de apellido impronunciable en aquellos primeros momentos. Y además caía bien a la prensa.
El día de la presentación oficial en los jardines del palacio de la Zarzuela como futuro marido de la Infanta, Txiqui (como le llamaban en casa) se presentó humilde y sin quejarse por la persecución de los fotógrafos cada vez que salía de su piso en Barcelona. Llegó a decir que quería seguir jugando con su equipo.
Aquellos días se desconocía casi todo de su currículum familiar y afectivo. Menos aún que existía Carme Camí, con la que se iba a casar tras cinco años de relación. La joven se enteró por televisión mientras se encontraba en el gimnasio de que se convertía en 'no novia'. Iñaki no dio la cara.
La biografía inicial se engalanó con un dato sorprendente. No era universitario, pero había un santo en su familia, San Valentín de Berriochoa. La vida para el descendiente del misionero dominico y arzobispo mártir en Vietnam se presenta complicada. El próximo lunes es la fecha tope para entrar en prisión.
Ni en sus peores sueños Iñaki Urdangarin intuyó que acabaría cumpliendo condena por el caso Nóos. Cinco años y diez meses para el que fuera el yerno preferido de los Reyes eméritos y del resto de la primera familia. Desde su imputación por las tropelías cometidas desde su privilegiada situación pasó al bando de los invisibles.