La exclusiva escuela infantil de Jacques y Gabriella de Mónaco, a 25.000 euros al año

Mónaco es el segundo Estado más pequeño de Europa, después del Vaticano. Sin embargo, es el país con mayor densidad de población del mundo. Esto quiere decir que, a pesar de que la roca apenas ocupa dos kilómetros cuadrados, el principado cuenta con una buena red escolar. La educación, muy similar a la que se imparte en Francia, está supervisada por el Gobierno, es gratuita y obligatoria para los niños con edades comprendidas entre los seis y los 16 años. Hasta que cumplen esa edad los niños pueden estar en casa o acudir a uno de los jardines de infancia con los que cuenta Mónaco. Esta es la opción elegida por los príncipes Charlène y Alberto de Mónaco para sus hijos, Jacques y Gabriella, que esta semana empezaron sus clases en Le Petite Ecole, según 'Monaco Matin'.

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La escuela rezuma elitismo por los cuatro costados. Acaba de estrenar un nuevo local diseñado por un prestigioso arquitecto y situado "en el sobrecogedor puerto de Mónaco", y es la única de todo el principado que ofrece una enseñanza con arreglo al método Montessori. Esta filosofía, impulsada por la pedagoga italiana María Montessori a finales del siglo XIX y principios del XX, defiende que en la primera etapa de la vida es crucial que el niño aprenda a través de sus propios experimentos y de una forma lo más autónoma posible.

En lugar de impartir clase de la forma tradicional, los mellizos monegascos tienen un profesor que les guía de forma individual para que cada uno encuentre su propio camino de aprendizaje. "Todos nuestros profesores complementan el método Montessori con otros conocidos sistemas como el método matemático Singapur y los libros de fonética Jolly", presumen en su página web.

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La escuela además es ecofriendly. Las mesas y las sillitas en las que pintarrajean Jacques y Gabriella están fabricadas con madera sostenible. "El arce se cosecha a 500 millas de los talleres de nuestros fabricantes", anuncian. Los lápices, las pinturas y el resto del material que usan los niños son perfectamente saludables y respetan religiosamente el medio ambiente.

Otro de los detalles de los que presume este jardín de infancia donde el heredero del principado dará sus primeros pasos es de una nutrición sana y natural. La reina Letizia, amante de la comida ecológica, aprobaría sin duda la elección de Charlène y Alberto de Mónaco. La Petite Ecole de Monaco ofrece solo cocina orgánica, preparada con productos orgánicos locales. Olvídense del socorrido arroz con tomate, aquí triunfa el brócoli.

Los mellizos cumplirán próximamente cuatro años y ya están aprendiendo matemáticas, geografía, meteorología, arte, diseño y comprensión del mundo. No ha trascendido qué se le da mejor a cada uno, aunque sí que van bastante contentos a la escuela y que se encuentran perfectamente adaptados. El centro ofrece, además, algunas asignaturas extraescolares tan en boga como el yoga, ciencia para niños y, por supuesto, natación. Aunque teniendo en cuenta que su madre fue olímpica en este deporte, la clase es probable que la reciban en casa.

Todo por el módico precio de 25.000 euros al año por niño. Una nimiedad para una familia cuya fortuna se estima en algo menos de un billón -con b- de euros (según un informe publicado por Forbes hace un año).