Letizia se despidió de Marruecos con un vestido al alcance de muy pocos: 7.700 euros
Se trata de un vestido de Carolina Herrera New York color borgoña, confeccionado en seda, con escote transparente, mangas y cintura de terciopelo y aplicaciones joya
La visita de Estado de los Reyes a Marruecos dio para mucho. Vimos a doña Letizia rescatando el Armani de la pedida dieciséis años después o al rey Mohamed VI prestándole su selham (o capa) después de la cena de gala porque esta tenía frío. Sin embargo, en cuestiones de estilo lo que más nos ha llamado la atención ha sido el último vestido que llevó para la recepción con la colectividad española y la despedida posterior en el aeropuerto, y no precisamente por los detalles del diseño, sino por su elevado precio.
Se trata de un vestido de Carolina Herrera New York color borgoña, confeccionado en seda, con escote transparente, mangas y cintura de terciopelo, aplicaciones bordadas y una falda de organza de largo midi. Una creación de pasarela de la colección otoño-invierno 2017/2018 que desfiló en la New York Fashion Week. Y siendo un modelo tan exclusivo, además hecho en los Estados Unidos, no podía tener un precio menor a 7.764 euros.
Así lo vendían en la conocida web Moda Operandi, una tienda multimarca online con todas las garantías. Revisando la nueva colección de Carolina Herrera New York, vemos que el vestido de la Reina es quizás uno de los más caros, ya que los diseños de su línea de alta costura van de los 2.000 a los 5.000 euros, con excepción de alguna prenda, como un vestido de novia valorado en 13.000 euros o uno de gala que ronda los 5.500.
Desde hace un tiempo, la Reina se ha convertido en una gran fan de Carolina Herrera, pero existen dos líneas muy diferenciadas dentro de la marca y sus precios también lo son. Mientras que en CH Carolina Herrera las prendas o complementos no superan nunca los 1.000 euros, en Carolina Herrera New York, que es la colección que desfila en Nueva York, nos encontramos con diseños de por lo menos 2.500 euros.
Doña Letizia suele apostar para su día a día por CH, pero en ocasiones la hemos visto luciendo los grandes modelos de Carolina Herrera New York, como el vestido azul con rayas blancas que llevó en su visita de Estado a Perú y que se vendía en Net-a-Porter -un portal similar a Moda Operandi- por 2.900 euros. También tenemos como ejemplo el diseño negro decorado con lentejuelas blancas que le vimos por última vez en los Premios Mariano de Cavia y que se encontraba en Nordstrom por 5.500 euros.
Cabe destacar que en ningún momento puede asegurarse que la Reina desembolsó 7.764 euros por un vestido. Existen otras opciones, como que siendo una clienta tan distinguida la marca tenga con ella cierto acuerdo en forma de descuento, porque al fin y al cabo ellos también se benefician de que Letizia un día sí y otro también aparezca con sus modelos. Esta es la fórmula que utiliza Rania, tal como relató cuando la acusaron de despilfarrar mucho dinero en su vestimenta.
Lo que sí sabemos es que no podría tratarse de un obsequio de la propia firma, ya que, como deja claro la Normativa de Regalos de la Familia Real de 2015, "los miembros de la Familia Real no podrán aceptar regalos que por su alto valor económico, finalidad o interés comercial o publicitario, o por la propia naturaleza del obsequio, puedan comprometer la dignidad de las funciones institucionales que tengan o les sean atribuidas".
Aparte de tener un alto valor ecónomico, el vestido sí que tiene una finalidad o interés comercial por parte de la marca, por lo que se descartaría esta opción. Aun así, sigue existiendo un apartado de regalos que se consideran de cortesía que no está demasiado delimitado.
La visita de Estado de los Reyes a Marruecos dio para mucho. Vimos a doña Letizia rescatando el Armani de la pedida dieciséis años después o al rey Mohamed VI prestándole su selham (o capa) después de la cena de gala porque esta tenía frío. Sin embargo, en cuestiones de estilo lo que más nos ha llamado la atención ha sido el último vestido que llevó para la recepción con la colectividad española y la despedida posterior en el aeropuerto, y no precisamente por los detalles del diseño, sino por su elevado precio.