Marius Borg y su novia, la gran alegría de Mette-Marit en un momento muy duro
El joven royal y la modelo Juliane Snekkestad han consolidado su relación y disfrutan de un gran momento juntos
En una era en la que si traspasas cierta línea te pueden desposeer de tu título (su tía Marta Luisa no podrá utilizarlo, por ejemplo, para fines comerciales), el hijo de la princesa noruega tiene la suerte de no tener que regirse por ningún protocolo ni tiene ninguna obligación vinculada a la Casa Real, de tal forma que puede seguir sus pasos consciente de que, aunque puede ser criticado por ser el hijo de la mujer que está destinada a reinar en Noruega, sus actos no revisten mayor trascendencia.
La muerte de Ari Behn, exmarido de su tía, le llegó practicando los deportes de esquí con su familia y su novia, la modelo Juliane Snekkestad, en Uvdal, uno de los lugares más codiciados para practicar los deportes de invierno, desde el que su madre felicitó a todos las Navidades cuando aún no se había producido la tragedia que ha conmocionado a la opinión pública mundial y que ha sido un golpe durísimo para toda la familia.
Marius lleva una vida, dentro de lo que cabe, muy discreta y, de hecho, no alimenta su pefil de Instagram, algo que sí hace su pareja. Y precisamente por su falta de responsabilidades con la familia real puede pasearse por los photocalls con o sin su novia (el pasado octubre acudieron juntos al estreno de 'Maléfica 2'), sin miedo a ser juzgado.
Su nueva vida en Oslo está más que consolidada después de un 2018 muy duro en el que la familia real desvelaba que Mette-Marit padecía una fibrosis pulmonar que, como ha quedado demostrado por los acontecimientos, la ha limitado mucho menos de lo que parecía a primera vista, como ella misma ha dejado de manifiesto tanto en sus actividades públicas como privadas.
Su enfermedad coincidía casi en el tiempo con la noticia de que su hijo mayor, Marius Borg, fruto de una relación previa a su boda con el príncipe heredero Haakon de Noruega, había perdido su trabajo en Londres, ya que 'Tempus Magazine', la revista para la que trabajaba, había cerrado sus puertas, lo que le llevó a replantearse absolutamente su futuro, que le ha devuelto a sus raíces.
En un tiempo récord, 20 días después de haber perdido su puesto por cuestiones ajenas a su propio desempeño, ya ostentaba una nueva responsabilidad en Selvaag Bolig, una de las empresas del sector inmobiliario más grandes del país, una noticia que confirmaba Kristoffer Gregersen, vicepresidente ejecutivo de Comunicación y Mercado. El otro 'escollo' que había que solventar era qué ocurría con su relación sentimental con su novia, la modelo Juliane Snekkestad, que en ese momento permaneció en Londres, donde se estaba abriendo camino.
Finalmente, decidieron que la distancia no podía interponerse entre los dos y ella se trasladó a Noruega, donde se han comprado una casa juntos en la localidad de Tønsberg, situada al sur de Noruega, a unos cien kilómetros de Oslo y a una hora y cuarto en coche aproximadamente, como confirmaba el padre de ella, Jesper Snekkestad, a la publicación noruega 'Tønsbergs Blad': "Sí, se han comprado una vivienda juntos, pero no puedo decir más".
El pasado mes de agosto dieron un paso crucial cuando Marius acudió a la confirmación de su hermana de madre, la princesa Ingrid Alexandra, acompañado por su novia, lo que se consideró un gesto inequívoco de que la relación va estupendamente, algo que evidenciaron, una vez más, en el estreno de 'Maléfica 2', película, por cierto, en la que Juliane hace una pequeña intervención, ya que su deseo ahora es tener una carrera en la interpretación.
En una era en la que si traspasas cierta línea te pueden desposeer de tu título (su tía Marta Luisa no podrá utilizarlo, por ejemplo, para fines comerciales), el hijo de la princesa noruega tiene la suerte de no tener que regirse por ningún protocolo ni tiene ninguna obligación vinculada a la Casa Real, de tal forma que puede seguir sus pasos consciente de que, aunque puede ser criticado por ser el hijo de la mujer que está destinada a reinar en Noruega, sus actos no revisten mayor trascendencia.