Los secretos de la reunión de Harry: 90 minutos, almuerzo previo y total privacidad
Aunque es una de las crisis más graves del reinado de Isabel II, la 'cumbre de Sandringham' se desarrolló en un muy buen ambiente y tras una comida que compartieron abuela y nieto
Este lunes, la residencia de invierno de la reina Isabel se convertía en el epicentro de la información en Reino Unido, al ser el lugar escogido para la llamada 'cumbre de Sandringham', la reunión del príncipe Harry con su abuela, su padre, el príncipe Carlos y su hermano, el príncipe Guillermo. Un escenario que no se eligió al azar, ya que se pretendía dar al encuentro un toque más familiar y menos formal que si hubiera tenido lugar en Buckingham, ya que se quería aclarar los términos de la nueva situación institucional y económica de los duques de Sussex.
Todo estaba dispuesto en la Long Library -la Biblioteca Grande- de Sandringham, un lugar estratégico del edificio por la privacidad que ofrecía a los participantes en la reunión, a la que también asistieron personas de confianza de la reina y asesores de los príncipes. Además, se había dado al personal del castillo un pequeño descanso, disponiendo que estuvieran todos en el lado opuesto de este, garantizando así que las conversaciones que se desarrollaran en la biblioteca no salieran a la luz. Un objetivo que, hasta el momento, se ha cumplido.
Uno de los pocos datos que se tienen es que el príncipe Harry disfrutó de un almuerzo con su abuela y con su padre; una comida que se dio en un ambiente familiar y relajado, a pesar de que es una de las crisis más graves del reinado de Isabel II. El príncipe Guillermo no llegó a Sandringham hasta las 13:45, unos minutos antes de la hora prevista para la reunión, en la que también se esperaba la participación de Meghan Markle vía telefónica desde Canadá, hasta donde viajó el pasado miércoles, a modo de avanzadilla para preparar el que será el futuro hogar de los Sussex.
Tras el paréntesis de hora y media que supuso la reunión familiar y el posterior comunicado que emitió la reina Isabel, la vida en el castillo volvió a la normalidad. Carlos, Guillermo y Harry volvieron a sus hogares, saliendo de Sandringham en vehículos separados. La monarca disfrutó después de la hora del té, una costumbre que intenta no modificar, y más tarde se celebró la llamada 'recepción de bebidas' para el personal de palacio. Aunque no han salido a la luz detalles concretos de las conversaciones, la propia Isabel II comentaba en su comunicado que habían sido "muy constructivas" y dejaba claro su total apoyo a la decisión que han tomado los Sussex, por lo que parece que la reunión fue bastante útil, al menos para los intereses de Meghan y Harry.
Este lunes, la residencia de invierno de la reina Isabel se convertía en el epicentro de la información en Reino Unido, al ser el lugar escogido para la llamada 'cumbre de Sandringham', la reunión del príncipe Harry con su abuela, su padre, el príncipe Carlos y su hermano, el príncipe Guillermo. Un escenario que no se eligió al azar, ya que se pretendía dar al encuentro un toque más familiar y menos formal que si hubiera tenido lugar en Buckingham, ya que se quería aclarar los términos de la nueva situación institucional y económica de los duques de Sussex.