¿Imagen impostada? Kate Middleton enseña su despacho y levanta las sospechas

Hace unos días, hablábamos en Vanitatis de cómo están trabajando los royals europeos. La mayoría están utilizando las redes sociales para dar muestra de lo que hacen durante su confinamiento, compartiendo imágenes en sus despachos y escritorios. Y los duques de Cambridge han querido unirse a esta lista, mostrando su apoyo a la iniciativa de emplear 5 millones de libras en favorecer la salud mental de los británicos, en un momento en el que la ansiedad por el confinamiento puede invadir a cualquier ciudadano, además de otros problemas mentales, como depresión.

Así, han querido compartir dos imágenes en el interior del palacio de Kensington, mientras el príncipe Guillermo y Kate Middleton mantenían una charla telefónica con los directores de Mind y Place2be, dos organizaciones benéficas que abogan por una correcta salud mental. Unas fotografías que hubieran podido pasar desapercibidas, sino fuera porque muestran lo que podrían ser sus respectivas zonas de trabajo. Y los diferentes detalles de una y otra no han pasado desapercibidos para los más espabilados. Los hay, incluso, que han acusado a los duques de Cambridge de hacer cierto 'postureo' para tomarse estas fotografías.

Por un lado, vemos a Kate Middleton frente a su escritorio, piernas cruzadas y teléfono en mano, mientras en la otra sostiene un bolígrafo, a punto de anotar algo en los papeles que tiene. Lo que más ha llamado la atención ha sido la colección de libros que preside su mesa de trabajo, varios nombres de grandes clásicos de la literatura, editados por Penguin y con una encuadernación colorida e inconfundible. En esta colección se pueden encontrar títulos como 'El retrato de Dorian Gray', 'Cumbres borrascosas' o 'La Odisea'. Hasta ahí, todo normal. Lo que no ha cuadrado demasiado es que la duquesa de Cambridge sostenga el teléfono en la mano derecha y el bolígrafo con la izquierda, cuando se sabe que es diestra. Un detalle que ha hecho que muchos afirmen que es una imagen impostada.

Lo mismo ha pasado con la que ha facilitado Kensington del duque de Cambridge. Misma postura y misma situación, es decir, hablando por teléfono frente a su escritorio. Pero hay un detalle que no ha pasado desapercibido para nadie. La maraña de cables que salen de la impresora y que quedan más que visibles, además de la cajonera sobre la que está colocada, con los tiradores mirando hacia el interior de la estancia y no hacia la persona que se sienta en el escritorio, ha levantado varias teorías, ganando puntos la que afirma que no es el despacho real de Guillermo y que esos pocos muebles y objetos que se ven se colocaron justo antes para hacer la fotografía. Ahora, si verdaderamente no es su oficina, falta saber por qué no ha querido enseñar un espacio de trabajo en el que seguro que hay decenas de detalles curiosos y familiares, como hay en el de su propia abuela, la reina Isabel II, o en un caso mucho más cercano, en el del rey Felipe VI.