Kate Middleton 'palace tour': estilo clásico, toques Ikea y lámparas de 1.000 euros
Que no te confunda: la sencillez de los duques de Cambridge no está reñida con la opulencia a la hora de decorar sus hogar. No en vano estamos hablando de un palacio, claro
Ya lo decía Alejandro Sanz: “No es lo mismo arte que hartar”, como tampoco es igual casa que hogar. Por eso, Kate Middleton y el príncipe Guillermo han intentado transformar el palacio de Kensington en un lugar donde poder hacer vida marital, criar a sus hijos o ver 'The Crown', si cuadra.
Para convertir la opulencia de un palacio en algo parecido al 'home, sweet home', lo primero que hicieron fue gastarse algo más de tres millones de euros en reformar el conocido como Apartamento 1A, un edificio dentro del complejo que da forma a todo el palacio de Kensington, en el que también residen otros miembros de los Windsor, como el duque y la duquesa de Kent o la princesa Eugenia y su marido.
Clásico versus minimal
La enorme casa familiar de la pareja se distribuye en cuatro pisos y cuenta con más de 20 habitaciones. Según publicaba hace un tiempo el británico 'Daily Mail', el lugar "cuenta con un espacio habitable generoso, que incluye cinco salas de recepción, tres dormitorios principales, vestidores y baños, una guardería nocturna y diurna, dormitorios para el personal y habitaciones auxiliares. El portal 'E! Noticias' ampliaba esta información describiendo el lugar con ese aire recargado típico de los palacios clásicos: “El hall de entrada es hermoso con intrincadas cornisas y enormes losas en blanco y negro. Hay grandes chimeneas abiertas en todas las principales salas de entretenimiento y preciosos ventanales con vistas al jardín". Las paredes están decoradas con cuadros de la Colección Real.
Sin embargo, esta opulencia contrasta (o se equilibra, según como lo queramos ver) con el empleo de mobiliario más práctico, actual y económico de firmas como la sueca Ikea. Cuando los duques de Cambridge visitaron ArkDes, el museo nacional de arte y diseño de Suecia, le contaron a Marcus Engman (jefe de diseño de la marca) que también ellos habían sucumbido al encanto del minimalismo escandinavo y que tenían piezas suyas aunque solo en los cuartos de los pequeños de la casa.
A pesar de que los duques de Cambridge han intentado mantener la privacidad de su hogar, la visita de algún jefe de Estado o, más recientemente, los trabajos realizados durante el confinamiento por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus nos han dejado entrever algunos detalles de la decoración que nos hacen pensar que el príncipe y la duquesa no son de gustos sencillos. Así que, si estás pensando adornar tu casa al estilo Kate's, vete sacando la calculadora (y la cartera).
Lamparita mágica
Cuando los Obama visitaron a los Cambridge, las fotos que se ofrecieron de ese encuentro dejaron bien claro que a los ingleses les gusta que haya luz, cuanta más mejor, suponemos que para equilibrar las pocas horas soleadas del cielo británico. Hasta seis lámparas se veían en la imagen en la que contemplamos a las parejas (y un aún soltero príncipe Harry) charlando. Fabricada por la marca de alta gama Vaughan Designs, la lámpara de mármol, que cuesta unos 1.000 euros, tiene plumas talladas en el cuerpo y una pantalla con abanico blanco tradicional.
La casa, decorada con muebles antiguos y algunas piezas más contemporáneas, también contiene pinturas pertenecientes a la Colección Real (esto lo puedes suplir con algún cuadrito de Ikea o Zara Home para que no se te dispare el presupuesto) y cuenta con impresionantes cortinas verdes hasta el suelo que sirven de contrapunto perfecto para los muebles más neutros de Kate, que fue la que decoró personalmente los espacios.
Por cierto, que desde la visita del expresidente y su esposa, la casa cuenta con otro pequeño objeto de deseo aunque se disfrace de juguete infantil: el caballito balancín que la pareja le regaló a George de inspiración victoriana es de la firma estadounidense Jackie Wilson y cuesta unos 1.200 euros. En caso de apuro, buena pieza para el Wallapop.
El office
La famosa imagen en la que vimos durante este confinamiento a los duques de Cambridge charlando por teléfono en lo que se suponía era el desempeño de sus funciones (en este caso apoyar una iniciativa a favor de la salud mental) fue muy criticada por lo impostado de la actitud de ambos. “Postureo real”, calificaron algunos en redes. Pero, mientras la mayoría se quedaba con la forma, el ojo más experimentado analizaba el fondo, es decir, el detalle.
Así podíamos ver a Kate sentada ante un escritorio de madera maciza (su precio empieza desde los 400 euros en materiales más sencillos y puede llegar los 1.600 con acabados en caoba) y bandejas nepalíes hechas a mano y una amplia colección de libros con una encuadernación colorida y cuyo precio (individual) ronda los 12 euros.
Un detalle que puedes copiar y que da una idea de que Kate es un madre 360 es que el sillón rosa está apoyado junto a la ventana para que los pequeños se puedan asomar.
En la misma serie de fotografías pudimos ver cómo el despacho de Guillermo tiene un estilo más sobrio y masculino, sin cojines ni tonos pastel. Simplemente un escritorio con tapa de cuero con una lámpara de porcelana china tradicional completada con alambres y cables enredados. De nuevo, el protagonismo de las lámparas.
Ya lo decía Alejandro Sanz: “No es lo mismo arte que hartar”, como tampoco es igual casa que hogar. Por eso, Kate Middleton y el príncipe Guillermo han intentado transformar el palacio de Kensington en un lugar donde poder hacer vida marital, criar a sus hijos o ver 'The Crown', si cuadra.