Cuando Juan Carlos I advirtió a doña Sofía de un posible divorcio
Según el libro de Pilar Eyre, a finales de los 70 el Rey emérito avisó a su mujer de que podría separarse de ella, quitarle la corona y quedarse con su hijo, Felipe, entonces príncipe
Un torbellino, un seductor, un hombre apasionado, poderoso y algo caradura que encuentra el freno a su felicidad en su esposa, una mujer “amargada” y “reprimida”. Así podríamos resumir parte del retrato que hace Pilar Eyre de la relación entre Juan Carlos I y doña Sofía en ‘Yo, el Rey’. En su último libro, en los primeros puestos de las listas de venta desde que se publicara el pasado 12 de noviembre, la periodista y escritora hace un repaso exhaustivo de la vida del emérito desde pequeño hasta la actualidad y no deja títere con cabeza.
Incluso asegura que a finales de los años 70, en un enfrentamiento entre ambos por las infidelidades del Rey, don Juan Carlos avisa a doña Sofía de que podrían divorciarse y quedarse ella sin el título de reina. Una separación que, por cierto, también le ronda por la cabeza a la Reina, según escribe la periodista, que ha vuelto a protagonizar titulares por las declaraciones que vertió hace unos días en 'Sálvame Deluxe'.
Los detalles son fundamentales en ‘Yo, el Rey’, un libro que sigue el estilo habitual de Eyre, que suele entrar en la cabeza de los personajes a quienes retrata para recrear la realidad. Así, cuenta que la reina Sofía sabe desde siempre de las infidelidades de su marido aunque hay un punto de inflexión. Acepta estas relaciones con mujeres como Bárbara Rey y Marta Gayá, pero llega un momento en el que se cansa. Es a finales de la década de los 70, cuando Adolfo Suárez es presidente del Gobierno, que en una 'escapada' de don Juan Carlos, la Reina decide seguirle. Tras saltarse a varios vigilantes, entre amigos y escoltas, "Sofía abre la puerta. Ve una cama enorme y anticuada, un montón de ropa en el suelo, dos cuerpos, un rostro de mujer que emite un grito… La reconoce".
Un desencuentro vital
Eyre añade que doña Sofía decide entonces irse a la India, donde vive su madre, para "castigar a Juanito. ¡Al Rey! ¡Llevarse a los niños, que es lo que más dolor puede causarle! En realidad, las niñas no le importan, pero llevarse al heredero… eso sí que es una puñalada en el corazón, ¡si ese malnacido no tiene corazón!". Afirma que la Reina se plantea separarse cuando vislumbra el futuro que le espera: "Una cadena de infidelidades, una mujer detrás de otra, como todos los varones de esta maldita dinastía… Humillaciones públicas que tendrá que tragarse".
Ante el desplante de Sofía, el Rey llama a la India, habla con su suegra, Federica de Grecia, y le espeta: "Dile a Sofía que estoy empezando a cansarme de este numerito… Que se vaya contigo a la India me importa un huevo, ahora, que se despida de ser reina. Haré anular el matrimonio, diré que ella no estaba convencida de hacerse católica y a la mierda. ¡Y Felipe, conmigo!".
El nacimiento de los tres hijos de los Reyes son momentos en los que Eyre se explaya y parece que es el único objetivo que los Reyes eméritos han compartido en la vida: tener un hijo chico para garantizar el futuro de la Corona. "Sofía, más que ir a Grecia, huye de la Zarzuela y de su vida conyugal. Su convivencia con Juanito está lastrada por la necesidad de tener un varón, llevan tres años intentándolo, en esas fechas que saben que son las más fértiles. [...] No les apetecía ni a uno ni a otro, lo que para los demás es un placer, para ellos se ha convertido en una obligación onerosa y cargada de responsabilidades”.
Felipe, el deseado
Incluso añade detalles a la lucha de los entonces Príncipes para lograr un tercer embarazo que les dé un heredero. "La princesa ha leído un libro del doctor Iglesias Puga [sí, el padre de Julio Iglesias], un reputado ginecólogo. Para conseguir un embarazo aconseja guardar castidad el resto del mes y hacerlo solo dos días justo en medio del ciclo".
Según la periodista, el Rey, en una conversación con un primo suyo, se muestra crítico con su mujer y le comenta, ante la compleja situación marital en la que se encuentra: “¿Quién te crees que se me aparece en ese momento crucial? Comprenderás que no contribuye a que la cosa mejore, si aún fuera Marilyn Monroe...".
El desmayo del Rey
Cuando la princesa Sofía se queda finalmente embarazada de su tercer hijo, el rey Juan Carlos, al conocer la noticia, "en vez de alegrarse, un puño de hierro le retuerce el estómago: ¿Y será niño?". Cuando Felipe nació y don Juan Carlos supo que por fin había nacido el heredero, perdió el mundo de vista, según Eyre, quien escribe: "El mundo desapareció, mejor dicho, se volvió negro. Las piernas se convirtieron en arena y se cayó al suelo. Muerto, estaba muerto, su cabeza golpeó las losas blanquinegras de mármol y dejó de respirar. Pero parece ser que los muertos oyen, porque escuchó la voz del doctor, que, en tono bonachón, le dijo a la enfermera: ‘Pobrecillo, se ha desmayado. La tensión ha podido con él".
A lo largo de las 500 páginas del libro, la periodista habla de todos los recovecos de la vida del Rey emérito, de su amistad con la realeza saudí, de una "ambiciosa" doña Sofía, de un niño Felipe "mimado y consentido", de las amantes del Rey, de sus negocios, de sus caprichos. Todos los episodios importantes de la vida del monarca tienen aquí su espacio, como las difíciles relaciones que, según dice, han mantenido los eméritos desde el primer momento. Incluso desvela que doña Sofía sufrió un aborto y una depresión posparto. 'Yo, el Rey' es una atrevida y sorprendente biografía que sigue dando que hablar dos meses después de publicarse.
Un torbellino, un seductor, un hombre apasionado, poderoso y algo caradura que encuentra el freno a su felicidad en su esposa, una mujer “amargada” y “reprimida”. Así podríamos resumir parte del retrato que hace Pilar Eyre de la relación entre Juan Carlos I y doña Sofía en ‘Yo, el Rey’. En su último libro, en los primeros puestos de las listas de venta desde que se publicara el pasado 12 de noviembre, la periodista y escritora hace un repaso exhaustivo de la vida del emérito desde pequeño hasta la actualidad y no deja títere con cabeza.
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