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Diez años del rumor sobre Charlène de Mónaco que condicionó todo su matrimonio
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ANIVERSARIO DE BODA

Diez años del rumor sobre Charlène de Mónaco que condicionó todo su matrimonio

Desde que diera el 'sí, quiero' al príncipe Alberto, la sudafricana ha estado acompañada por la sombra de este rumor, por el que muchos se explicaban su actitud en público

Foto: Charlène y Alberto, en su boda. (Getty)
Charlène y Alberto, en su boda. (Getty)

Este jueves se cumple el décimo aniversario del enlace entre Alberto y Charlène de Mónaco. Una boda de la que se puede hablar en cifras: más de 4.000 invitados, más de 45 millones de euros de gastos y tres días de festejos, además de sonadas ausencias. Pero si algo quedará para el recuerdo serán las lágrimas de la novia, esa sudafricana alta, rubia y deportista que conseguía que el soltero de oro de la realeza pasara por el altar. Aunque algunos las interpretaban como lágrimas de felicidad, para muchos eran de pura amargura. Parecía que la novia no quería estar ahí. Una teoría que se veía reforzada con un surrealista rumor sobre Charlène de Mónaco que ha condicionado todo su matrimonio que surgía unos días antes y que la ha acompañado desde entonces: la princesa había intentado escaparse horas antes de su boda. Y no una, sino hasta tres veces.

Es verdad que los comienzos de la sudafricana en el principado no fueron especialmente fáciles. La diferencia de cultura y de idioma y, sobre todo, la hostilidad que encontró en sus dos cuñadas no convirtieron su llegada en un camino de rosas. Tampoco era fácil el hecho de que su futuro marido hubiera reconocido a dos hijos ilegítimos y que los medios apuntaran que podría haber otro, nacido durante su noviazgo. Eso se unía a la presión que tenía encima para dar un heredero al príncipe Alberto, algo que incluso se estipuló en un contrato que Charlène tuvo que firmar antes de casarse. Hostilidades, hijos ilegítimos, presiones o todo junto. El caso es que la futura princesa debió verse algo desbordada por la situación, ya que varios diarios del momento recogieron cómo estuvo a punto de escapar a su destino y de provocar que hoy no estuviéramos hablando de su décimo aniversario de boda.

placeholder Alberto y Charlène, recién casados. (Getty)
Alberto y Charlène, recién casados. (Getty)

Fue el semanal 'L´Express' el primero que habló de Charlène de Mónaco como una novia a la fuga en hasta tres ocasiones. La primera habría sido dos meses antes de la boda, en Francia. Mientras estaba en la capital para preparar sus atuendos nupciales, intentó -siempre según este periódico- refugiarse en la Embajada de Sudáfrica. Un poco más tarde volvía a intentarlo, durante el Gran Premio de Mónaco. No sabemos cómo se resolvieron, pero desde luego no fue a su favor, puesto que aún hubo una tercera intentona, la que más cerca estuvo de lograr su objetivo. Estaba a punto de llegar al aeropuerto de Niza para tomar un avión a su país de origen cuando el personal de palacio la interceptó, le quitó el pasaporte y la persuadió para que volviera y hablara con el príncipe Alberto, quien finalmente la convenció para que se quedara.

placeholder Alberto y Charlène, durante la ceremonia civil. (Getty)
Alberto y Charlène, durante la ceremonia civil. (Getty)

El rumor se hubiera quedado en eso, rumor, chisme, habladuría -quizá por lo increíble que sigue resultando a día de hoy- si no hubiera sido por la actitud de su protagonista durante la ceremonia. A nadie le pasó por algo que su mirada no era de felicidad, su actitud no parecía la de una persona que vivía el día más feliz de su vida, y las lágrimas no parecían precisamente de emoción, a pesar de que apareció radiante y ha sido calificada como una de las novias más espectaculares. Pero todo eso hizo que sus supuestos intentos de fuga se dieran automáticamente por ciertos.

Nadie diría diez años y dos hijos después que ese rumor que ha acompañado a Charlène de Mónaco durante todo su matrimonio fue cierto. La princesa parece más enamorada y entregada que nunca a su príncipe. El último gesto romántico ha sido compartir en sus redes sociales un avance del documental que se emitirá en varios capítulos con motivo de su décimo aniversario, acompañado de una declaración de amor, que tan frecuentes han sido en el último año. En ese vídeo, que es un pequeño resumen de su relación -incluyendo su noviazgo-, salen además varias imágenes de la boda, especialmente bien escogidas, en las que se muestra a una pareja feliz, convencida de lo que está haciendo y que no parece, en absoluto, que haya estado a punto de separarse días antes por una novia a la fuga.

Este jueves se cumple el décimo aniversario del enlace entre Alberto y Charlène de Mónaco. Una boda de la que se puede hablar en cifras: más de 4.000 invitados, más de 45 millones de euros de gastos y tres días de festejos, además de sonadas ausencias. Pero si algo quedará para el recuerdo serán las lágrimas de la novia, esa sudafricana alta, rubia y deportista que conseguía que el soltero de oro de la realeza pasara por el altar. Aunque algunos las interpretaban como lágrimas de felicidad, para muchos eran de pura amargura. Parecía que la novia no quería estar ahí. Una teoría que se veía reforzada con un surrealista rumor sobre Charlène de Mónaco que ha condicionado todo su matrimonio que surgía unos días antes y que la ha acompañado desde entonces: la princesa había intentado escaparse horas antes de su boda. Y no una, sino hasta tres veces.

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