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Las primeras horas del rey Juan Carlos en Sanxenxo: velada casera y comida de la tierra
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Las primeras horas del rey Juan Carlos en Sanxenxo: velada casera y comida de la tierra

El padre de Felipe VI cenó productos gallegos en casa de su amigo, de la que no salió tras un largo viaje de unas ocho horas

Foto: El saludo del emérito al llegar al domicilio de Pedro Campos. (EFE/Lavandeira Jr.)
El saludo del emérito al llegar al domicilio de Pedro Campos. (EFE/Lavandeira Jr.)

La llegada del rey Juan Carlos a Sanxenxo no ha variado de la agenda prevista. El monarca jubilado llegó al aeropuerto Peinador de Vigo en un vuelo privado. Lo hizo tras ocho horas de viaje a bordo de un avión modelo Gulfstream G700, considerado en el mundo de la aviación como el Ferrari de los jets privados y con una autonomía de vuelo de 13.890 kilómetros. Cuentan que don Juan Carlos se emocionó cuando el comandante comunicó que ya estaban sobrevolando el espacio aéreo español. Y lo mismo sucedió cuando el personal de cabina abrió la puerta y sintió el olor a Galicia.

Su amigo y compañero de regatas, Pedro Campos, le esperaba a pie de pista, así como su mujer, Cristina. También le esperaba la infanta Elena, y padre e hija, tras la reverencia de rigor, se fundieron en un abrazo. Tras saludar a los allí presentes, rápidamente se subieron al coche de Campos, desde donde el emérito saludó a los medios que se arremolinaban a las puertas del aeropuerto.

placeholder El rey Juan Carlos llega a España. (Gtres)
El rey Juan Carlos llega a España. (Gtres)

Desde allí pusieron rumbo al domicilio familiar del empresario en Nanín. Se trata de un desplazamiento de media hora, de unos 60 kilómetros. Al llegar, hizo un gesto de aprobación ante la mirada de docenas de fotógrafos mientras la mujer de Campos grababa con su teléfono móvil a los reporteros. El chalé es el lugar donde se instala desde hace años don Juan Carlos y, tal y como explicaba el propietario, Pedro Campos, “no se ha hecho ninguna remodelación ni se ha reestructurado la casa. Lo único que se hace, como el resto de los vecinos, es mantenerla en buen estado".

"El clima no favorece y por eso cada cierto tiempo hay que hacer un lavado de cara. Este año, por ejemplo, hemos cambiado la madera, que se había estropeado después de tantos años de lluvias. Hemos arreglado el jardín, que con los temporales del invierno estaba hecho un desastre. Y respecto a los paneles solares de los que se ha hablado, los tenemos desde antes de que don Juan Carlos viniera a Sanxenxo. Somos ecologistas y cuidamos el medioambiente. Los paneles son para el agua caliente”, aseguraba a este medio.

El presidente del Club Náutico mantiene que su vida no ha cambiado y que sus hábitos y sus gustos son los mismos: “Llegaron a decir que vivía en un pazo impresionante de miles de metros cuadrados. Mi casa es la de siempre y para nosotros recibir a don Juan Carlos es un honor”. Cuentan amistades del armador que el Rey no pide nada fuera de lo común de un ambiente familiar. Desayunan todos juntos y después se trasladan al Náutico para las regatas. Esa era la agenda habitual para Campos y el Rey.

Don Juan Carlos ha tenido la opción, durante estos últimos años, de instalarse en cualquiera de los hoteles de Sanxenxo e incluso de alquilar su propia vivienda. Sin embargo, nunca ha querido. Prefiere el ambiente familiar de los Campos. El armador y empresario vive en un chalé de dos plantas a pocos kilómetros de Sanxenxo, con su mujer y su hijas. Las niñas estudian fuera y vuelven en vacaciones.

placeholder Llegada del emérito a España. (La Sexta)
Llegada del emérito a España. (La Sexta)

Pedro Campos explica a Vanitatis que la vida en la casa es muy doméstica: “Todos los dormitorios están en la planta superior y el del Rey también. Nunca quiso que se hiciera ningún cambio y así se ha mantenido. En la planta baja están el cuarto de estar, la chimenea, la cocina y el comedor. Y abajo un cuarto de juegos con un futbolín y mesa de ping-pong. Al Rey le gusta jugar y solemos pasar buenos ratos”.

La primera cena en suelo español

La primera noche de don Juan Carlos ha sido muy intensa. Al menos, emocionalmente. Se reencontraba con sus amigos después de dos años desde que salió del mismo aeropuerto rumbo a otro país. No hubo fiesta multitudinaria en su honor, pero sí una cena informal a base de productos gallegos. El emérito siempre ha sido un amante de la gastronomía española. De hecho, es habitual que cuando viaja a las diferentes regatas, tanto en Sanxenxo como en Palma, visite algunos de sus restaurantes favoritos de la zona. A menudo acude con amigos, como Rafa Nadal. Y otras en solitario e intentando mantener un perfil bajo ante los medios.

En esta ocasión, y tras un viaje tan largo, no es de extrañar que el emérito haya optado por un plan relajado de cara a un fin de semana cargado de apariciones públicas. Ya lo adelantaba Pedro Campos a Vanitatis unas horas antes de la llegada de don Juan Carlos a Vigo. “No se va a hacer una gran reunión. Estaremos aquí en casa tranquilos”. Y así fue. Al día siguiente, estaba prevista la llegada al Club Náutico a las 12 de la mañana.

placeholder El rey Juan Carlos (izda) llega al aeropuerto vigués de Peinador en un avión privado a las siete y cuarto de este jueves. (EFE)
El rey Juan Carlos (izda) llega al aeropuerto vigués de Peinador en un avión privado a las siete y cuarto de este jueves. (EFE)

Antes de la pandemia y de su destierro, don Juan Carlos viajaba más de lo que se sabía a la localidad gallega. Pasaba desapercibido porque la vida que hacía no era social. Salían a navegar por la ría y llegaban a mediodía a Beluso o a la isla de Oms para almorzar en alguno de los restaurantes familiares de la zona.

La llegada del rey Juan Carlos a Sanxenxo no ha variado de la agenda prevista. El monarca jubilado llegó al aeropuerto Peinador de Vigo en un vuelo privado. Lo hizo tras ocho horas de viaje a bordo de un avión modelo Gulfstream G700, considerado en el mundo de la aviación como el Ferrari de los jets privados y con una autonomía de vuelo de 13.890 kilómetros. Cuentan que don Juan Carlos se emocionó cuando el comandante comunicó que ya estaban sobrevolando el espacio aéreo español. Y lo mismo sucedió cuando el personal de cabina abrió la puerta y sintió el olor a Galicia.

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