Meghan Markle y la biografía que desmonta, una a una, las supuestas mentiras sobre su vida

Meghan Markle siempre ha tratado de destacar dos aspectos que forman parte, asegura, de su esencia y de sus experiencias vitales. Ambos poseen un carácter activista.

La duquesa de Sussex se ha erigido en numerosas ocasiones como defensora de los derechos de las personas que son tratadas de manera injusta por su color de piel y de las personas más desfavorecidas. Por otro lado, siempre se ha declarado feminista y luchadora por los derechos de las mujeres. Todo ello alegando en diversas declaraciones que en su infancia vivió de cerca el racismo, la pobreza y la discriminación.

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Carla Hernández

En 2015, en una publicación que ella misma realizó en su blog en ese momento, Meghan hablaba de un viaje a Malta en el que había tratado de encontrar sus raíces. Recordaba a su abuela diciendo que la tatarabuela de su padre, Mary, vivía en Malta con un soldado británico llamado Thomas Bird. Se casaron y tuvieron un hijo nacido en 1862. También insinuaba que Mary podía haber trabajado como cocinera en el Castillo de Windsor.

Sus raíces raciales y un vínculo familiar con Reino Unido eran destacados en su historia.

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Pero según el escritor de investigación Tom Bower, autor de un explosivo libro sobre la duquesa y el duque de Sussex que verá la luz esta próxima semana titulado 'Revenge: Meghan, Harry And The War Between The Windsors', Meghan "nunca tuvo ascendencia en Malta". El soldado del siglo XIX Thomas Bird se casó con Mary, pero en Dublín, "claramente excluyendo cualquier empleo en el castillo de Windsor".

'Daily Mail' realiza un adelanto de algunos estractos de este libro que resultan muy reveladores del poder de fabulación que podría poseer Meghan Markle. Según su autor, Bird “fue enviado con su esposa a la India y brevemente a Malta. Poco después nació un hijo y se mudaron a Canadá, donde murió Thomas”.

Bower añade que incluso el padre de Meghan, Thomas Markle, negó después “que su madre alguna vez contara la historia sobre la conexión de los Markle con Malta".

Bower también destaca los recuerdos familiares, opuestos entre sí, que, según afirma, ha descubierto en relación con los disturbios raciales de Los Ángeles de 1992 que provocaron grandes protestas en las calles e incendios en algunos vecindarios.

Meghan Markle ha narrado en alguna ocasión cómo ella fue testigo de esas protestas raciales y cómo recuerda la ceniza en el aire por los incendios. "Recuerdo el toque de queda y recuerdo correr de regreso a casa y ver caer cenizas del cielo y oler el humo y ver a la gente salir corriendo de los edificios cargando bolsas y saqueando".

Sin embargo, Bower dice que el padre de Meghan, para entonces divorciado de su madre Doria, tomó medidas inmediatas para proteger a su hija de diez años. "Durante la tarde en que comenzaron los disturbios, él condujo con ella a Palm Springs". Añade que "hay serias dudas de que Meghan haya visto violencia. (...) Después de cinco días se levantó el toque de queda y regresaron a Los Ángeles”.

Bower afirma que que Thomas Markle se mostró "incrédulo cuando leyó la versión de su hija sobre esos hechos".

Por otro lado, en un artículo de 2015 para la revista 'Elle', Meghan afirmó que todas las semanas de su vida había sido preguntada que cuál era su procedencia. Sin embargo, su padre le dice a Bower que “la raza nunca fue un problema durante la infancia de Meghan o sus años en Hollywood. Me sorprendió cuando lo mencionó”.

Otra parte de la narrativa de Meghan Markle sobre su adolescencia incluye el episodio en el que afirma que tuvo que aceptar un trabajo de cuatro dólares la hora en una tienda de yogures en Beverly Hills, asegurando que "creció en la barra de ensaladas de $4,99 en Sizzler", una cadena de comida rápida estadounidense. Su padre cuenta, sin embargo, a Bower que la versión de su hija "es enfática". “Ella nunca trabajó cuando estaba en la escuela. Yo no lo hubiera permitido. Y no necesitaba hacerlo”.

Un último ejemplo de cómo Meghan habría supuestamente mitificado episodios de su vida, exagerándolos, es lo vivido, según ella, con 11 años. Asegura que escribió a 'Procter & Gamble', así como a la entonces primera dama Hillary Clinton, quejándose de la forma en que un anuncio sexista estereotipaba a las mujeres con su lema "las mujeres de todo Estados Unidos están luchando contra las ollas y sartenes grasientas".

Según la duquesa de Sussex, después de semanas de protestas, la corporación cambió la palabra 'mujeres' por 'gente', algo de lo que ha presumido por considerar que fue su primer éxito como aspirante a activista.

Sin embargo, Bower afirma que cuando Meghan no recibió respuesta de 'Procter & Gamble' o de Clinton, fue su padre el que escribió cartas 'exigiendo' que reconocieran las peticiones de su hija, pero “no pasó nada”.

La conclusión de Bower es que Meghan Markle es una mujer "egocéntrica, manipuladora y exigente". Harry no sale mejor parado y lo describe como "mimado, maleducado, ingenuo y exigente". Juntos, afirma el biógrafo, son “agentes de destrucción”.

Para escribir este libro, Bower ha entrevistando a más de 80 personas y asegura que todas las revelaciones mostradas en esta biografía pertenecen a testigos oculares.