Los reyes don Juan Carlos y doña Sofía sí estuvieron juntos en Abu Dabi

Este 3 de agosto se cumplen dos años de la decisión que tomó don Juan Carlos de marcharse de España e instalarse en Abu Dhabi, sede del gobierno de los Emiratos Árabes Unidos. Un viaje por ahora sin vuelta definitiva a España y que fue aconsejado por el Gobierno y la Casa Real. La situación legal del rey emérito era muy complicada, con investigaciones sobre sus finanzas opacas, las comisiones que supuestamente había recibido de parte de Arabia Saudí y los chivatazos de Corinna Larsen.

El día anterior se había trasladado hasta Sansenxo para despedirse de su amigo Pedro Campos y de ahí tomó un vuelo a esta ciudad árabe que sigue siendo su cuartel general. Hasta que no llegó el comunicado del Palacio de la Zarzuela informando de su ubicación, las especulaciones fueron muchas y variadas. Por fin quien tenía que hablar habló y se supo cuál era el destino elegido por el exjefe del Estado, donde hasta nueva orden consensuada por Felipe VI y el Ejecutivo seguirá vigente.

Las tres investigaciones del Supremo se archivaron y fue el momento elegido para viajar en mayo a Sanxenxo. El motivo era participar en la regata de vela de la categoría 6M. Esta estancia se convirtió en un baño de multitudes y un despliegue mediático nunca visto, con más de trescientos periodistas presentes en la localidad gallega. Fue tal la repercusión (por otra parte esperada) y el enfado del Gobierno que solo pudo estar en Madrid unas horas, con prohibición expresa de no dormir en el Palacio de la Zarzuela, su hogar durante sesenta años.

Regresó a Abu Dabi después de un encuentro sin testigos con el rey Felipe y de participar en un almuerzo familiar. La agenda que había previsto don Juan Carlos en este primer viaje tras su exilio dorado era muy diferente a la que finalmente tuvo que adecuarse. Tenía intención de pasar unos días en Madrid y desplazarse a Barcelona para visitar a su íntimo y leal amigo Josep Cusí, de 88 años. Una de las personas que siempre ha estado cerca del monarca jubilado manteniendo un perfil casi invisible. No pudo ser y don Juan Carlos regresó a los Emiratos sin fecha de vuelta definitiva, aunque sí con la intención de hacer viajes esporádicos que podrían comenzar en otoño. Todo está por ver.

La elección de este país tuvo que ver con la intimidad y privacidad que se le ofrecía y que en otros lugares, como República Dominicana o Suiza, no habría podido mantener. Y otro aspecto importante y casi definitivo era la excelente relación desde siempre de Juan Carlos I con los mandatarios de ese país y en la actualidad con el actual presidente, el príncipe Mohamed bin Zayed Al Nahyan.

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Instalado en una lujosa villa en la isla de Nurai, recibe las visitas de amigos que prefieren que no se sepa de esos encuentros, de Carlos Herrera, que pronto publicará un libro que tiene como protagonista al rey jubilado, y de sus hijas y nietos. La duquesa de Lugo fue la primera en viajar a Abu Dabi y después, la infanta Cristina. Las dos hermanas han visitado a su padre al menos una vez al mes. Y aunque no hay constancia gráfica, Marta Gayá, que fue la primera mujer por la que el rey emérito quiso divorciarse, también le ha acompañado en su destierro.

Quien no ha hecho acto de presencia en Abu Dabi ha sido doña Sofía. Hay quien asegura desde el entorno de la Reina emérita que mantienen una relación telefónica fluida. Un dato difícil de comprobar. Las apariencias presentan otra imagen, con una esposa con pocas o nulas ganas de viajar para encontrarse con su marido.

No siempre fue así. En diciembre de 1981, el entonces Jefe del Estado y la Reina se trasladaban hasta los Emiratos en un viaje oficial. El motivo era establecer y mantener buenas relaciones con un país objetivo fundamental para todas las diplomacias del mundo, al ser uno de los principales productores de petróleo.

Los mandatarios se intercambiaron regalos. Por parte de la jefatura del Estado, una carabela de oro, una pistola Star damasquinada en oro y el collar de Isabel la Católica. El jeque hizo entrega de una escribanía de oro y plata con la bandera de los Emiratos. Asistieron a una cena de gala y recibieron a la colonia española.
Quién le iba a decir a los ilustres visitantes que Abu Dabi, la primera ciudad emiratí a la que llegaron, sería 39 años después el lugar elegido por don Juan Carlos para resguardarse.