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La historia de la boda de la realeza que dio origen al Oktoberfest
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La gran fiesta de Baviera

La historia de la boda de la realeza que dio origen al Oktoberfest

Convertido en todo un acontecimiento internacional, el inicio del Oktoberfest de Múnich tiene un romántico (y político) origen, la unión de los príncipes Luis y Teresa de Baviera

Foto: Retrato de Teresa de Sajonia-Hildburghausen, obra de Joseph Karl Stieler, la reina de Baviera que dio comienzo al Oktoberfest. (Cortesía/Palacio de Nymphenburg de Múnich)
Retrato de Teresa de Sajonia-Hildburghausen, obra de Joseph Karl Stieler, la reina de Baviera que dio comienzo al Oktoberfest. (Cortesía/Palacio de Nymphenburg de Múnich)

A lo largo del tiempo, ciertas festividades locales se han ido expandiendo por todo el mundo, creando acontecimientos de ámbito internacional. Así, la Navidad se celebra por todo lo alto en Japón (aunque no sea un país de tradición cristiana); San Patricio llena de verde las calles de todo el planeta, y el Oktoberfest invita a brindar con buena cerveza en España.

Por eso, nos encanta conocer cuáles son sus tradiciones, sus planes más originales o el origen de cada evento. Hoy, queremos hablar del Oktoberfest (el festival del otoño o de octubre). Una festividad que nació en Alemania y que está vinculada a la gastronomía y cerveza de Múnich. Sin embargo, más allá de sus barras, su curioso origen nos lleva hasta una boda de la realeza.

placeholder Cartel conmemorativo por el 200º aniversario del Oktoberfest en 2010, con una ilustración de los príncipes Teresa y Luis de Baviera. (Cortesía/Oficina de Turismo de Múnich)
Cartel conmemorativo por el 200º aniversario del Oktoberfest en 2010, con una ilustración de los príncipes Teresa y Luis de Baviera. (Cortesía/Oficina de Turismo de Múnich)

Nos remontamos al 12 de octubre de 1810, cuando se celebró la boda entre el príncipe Luis (Ludwig) de Baviera y la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. El joven era el heredero de la Casa Real de Baviera. Nacido el 25 de agosto de 1786 en Estrasburgo (actualmente Francia), era el hijo mayor del rey Maximiliano I y de la princesa Augusta Guillermina de Hesse-Darmstadt (su primera esposa).

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Criado entre Francia, Italia y Alemania, Luis I llegó a luchar en su juventud en las guerras napoleónicas. Primero en el bando de Napoleón Bonaparte y después uniéndose a los aliados tras la batalla de Leipzig, para poder mantener la integridad de su territorio. Un bando en el que también se encontraban royals como Désirée Clary, cuya historia es sorprendente. De hecho, su hermana Augusta de Baviera se casó con Eugenio de Beauharnais (hijo adoptivo de Napoleón).

placeholder Retrato de Teresa de Sajonia-Hildburghausen, obra de Joseph Karl Stieler, la reina de Baviera que dio comienzo al Oktoberfest. (Cortesía/Palacio de Nymphenburg de Múnich)
Retrato de Teresa de Sajonia-Hildburghausen, obra de Joseph Karl Stieler, la reina de Baviera que dio comienzo al Oktoberfest. (Cortesía/Palacio de Nymphenburg de Múnich)

Por su parte, Teresa de Sajonia-Hildburghausen era hija del duque Federico de Sajonia-Altemburgo y de la duquesa Carlota Georgina de Mecklemburgo-Strelitz. Siendo nieta del gran duque Carlos II de Mecklemburgo-Strelitz y sobrina nieta de la reina Carlota de Reino Unido. Su infancia se desarrolló en el castillo de Hildburghausen, situado en la ciudad alemana del mismo nombre, junto a sus 10 hermanos. Siendo una apasionada de las artes y de la cultura, lo que después se notó en el interés personal que puso en la educación de sus hijos e hijas.

Al llegar a la juventud, llegó a estar entre la lista de 'favoritas casaderas' que se manejaban en las cortes europeas para casarse con Napoleón Bonaparte, tras el divorcio del emperador francés de su primera mujer Josefina. Sin embargo, finalmente la elegida fue la archiduquesa María Luisa de Austria, iniciándose entonces los movimientos para el compromiso de Teresa con Luis de Baviera y provocando la unión entre dos de las casas reales alemanas más importantes.

La boda del Oktoberfest

La boda llegaría, como hemos mencionado antes, el 12 de octubre de 1810 en Múnich. Un 'sí, quiero' para el que se organizó una gran fiesta abierta a todo el pueblo en una de las zonas de campo de la ciudad. Allí, como hemos visto en los enlaces reales recientes como los de Meghan Markle y el príncipe Harry, los ciudadanos esperaban alrededor del Palacio Real de Múnich, el de Nymphenburg.

Aunque el entonces rey Maximiliano I había preparado algo más para todos los vecinos. Descrito en las crónicas de la época como muy cercano y sencillo (dicen que le gustaba caminar por las calles saludando a todos con amabilidad), decidió festejar estas nupcias por todo lo alto. Por ello, organizó en honor de su primer hijo y su nuera un gran festival con música, comida, bebida y una carrera de caballos. Unos actos que se celebraron en un prado que fue bautizado, en honor a la futura reina de Baviera, como Theresienwiese (prado de Teresa), abreviado también en la forma Wies’n.

El matrimonio de Luis y Teresa

Un año después, en 1811, se decidió repetir la celebración de la carrera de caballos, sumándole una feria de agricultura. Dando inicio a la tradición de la que participaría el Oktoberfest. Una fiesta bávara que desde hace más de 200 años se ha cancelado en contadas ocasiones (por guerras o epidemias). Una iniciativa que ha sido todo un éxito a lo largo de los años, aunque su triunfo no acompañó a la pareja real por la que comenzó.

A los pocos años de casarse ya eran más que públicas en toda la corte de Múnich las infidelidades del príncipe Luis a la princesa Teresa, especialmente la relación extramatrimonial que mantuvo con la bailarina irlandesa Lola Montez. Tras dejar su Irlanda natal, y codearse con la sociedad bohemia de Francia y Austria, Lola Montez llegó a Múnich siendo ya rey Luis I (tras el fallecimiento de su padre).

placeholder Retrato de Luis I de Baviera, obra de Joseph Karl Stieler. (Cortesía/Palacio de Nymphenburg de Munich)
Retrato de Luis I de Baviera, obra de Joseph Karl Stieler. (Cortesía/Palacio de Nymphenburg de Munich)

Las crónicas de la época narran el primer encuentro entre la bailarina y el rey, explicando que, tras ser despedida de un teatro, Lola acudió al Palacio Real de Múnich para denunciar al empresario teatral. Allí, el rey le habría preguntado delante de todos los presentes si su cuerpo "era obra de la naturaleza o del arte", a lo que ella respondió cogiendo unas tijeras y cortándose el vestido. Un acto tras el que inició su romance con el monarca, llegando incluso a ser nombrada condesa de Landsfeld.

Tras la abdicación de Luis I dos años después en su hijo Maximiliano II, por las revoluciones progresistas de 1848, Lola Montez marchó a Suiza para esperar la llegada del rey. Sin embargo, dejando a su amante, optó por irse a Niza, donde falleció en 1868.

placeholder Feria del Oktoberfest en 1905, detalle de las casetas y de la carrera de caballos. (Cortesía/Oficina de Turismo de Múnich)
Feria del Oktoberfest en 1905, detalle de las casetas y de la carrera de caballos. (Cortesía/Oficina de Turismo de Múnich)

Mientras, la reina Teresa de Baviera se mantenía volcada en las causas sociales y en sus hijos, haciendo oídos sordos a las amantes reales que rondaban la corte. En total, fueron 9 los descendientes de los reyes, entre ellos Adalberto, casado con la infanta española Amalia de Borbón.

La negativa de su marido, Luis I, a aceptar una monarquía constitucional provocó su exilio (como destacábamos hace unas líneas), pero no el de su mujer. La reina de Baviera se mantuvo como reina madre en la ciudad alemana, tras la ascensión al trono de su hijo, hasta su fallecimiento en 1854. Pudiendo ser testigo de cómo el Oktoberfest pasaba de su aniversario de boda, el 12 de octubre, al mes de septiembre en 1850, aprovechando que los días son más cálidos y largos. Una tradición que se mantiene desde entonces.

A lo largo del tiempo, ciertas festividades locales se han ido expandiendo por todo el mundo, creando acontecimientos de ámbito internacional. Así, la Navidad se celebra por todo lo alto en Japón (aunque no sea un país de tradición cristiana); San Patricio llena de verde las calles de todo el planeta, y el Oktoberfest invita a brindar con buena cerveza en España.

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