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Charlène recupera su poder en Mónaco y acude sola a la misa de Santa Devota
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Charlène recupera su poder en Mónaco y acude sola a la misa de Santa Devota

La princesa ha acudido sin Alberto de Mónaco a la tradicional misa y lo ha hecho pisando fuerte con la única compañía de su nueva escudera, una prima de los Grimaldi

Foto: Charlène acude a la tradicional misa de Santa Devota. (Reuters/Eric Gaillard)
Charlène acude a la tradicional misa de Santa Devota. (Reuters/Eric Gaillard)

Charlène está de vuelta y por todo lo alto. Esta mañana de viernes acudía sola a la tradicional misa con motivo del día tradicional en Mónaco. Su marido, el príncipe Alberto, se ha contagiado de coronavirus por tercera vez y se perdía no solo esta misa, sino también la celebración de este pasado 26 de enero por la tarde en honor a Santa Devota, en la que sus hijos se convertían en los absolutos protagonistas tras encender con unas velas la embarcación que se quema cada año.

Era la princesa Charlène quien les acompañaba en soledad, irradiando una felicidad que hemos tardado en verle reflejada en la cara. Esta misma mañana de viernes, la princesa se plantaba sola y muy segura de sí misma en la catedral de Mónaco para atender la misa pontificia que se celebra cada año. Ha sido a primera hora de la mañana, a las diez, cuando la veíamos bajar del coche oficial enfundada en un elegante outfit formado por una chaqueta de solapas en color gris, que ha combinado con una falda de bajo desigual en color visón y jersey de cuello vuelto debajo, también en gris.

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Se la podía ver alegre y con rubor en las mejillas. Pisaba fuerte con un par de botas altas que la han protegido de esta mañana de enero, en la que no ha dudado en enfundarse un par de guantes de piel en color marrón. Lo más curioso de todo es que, justo hace un año, esperábamos la presencia de la princesa Charlène y no apareció. En su lugar, el príncipe Alberto estuvo junto a sus hijos, Jacques y Gabriella, y contó con la presencia y ayuda de su hermana Carolina de Mónaco, quien se mostró muy cariñosa y atenta con sus sobrinos.

placeholder La princesa Charlène, con un elegante look en Mónaco. (Reuters/Eric Gaillard)
La princesa Charlène, con un elegante look en Mónaco. (Reuters/Eric Gaillard)

Este año, muy al contrario, Charlène vuelve a estar fuerte y no solo aparece a la sombra de su marido, sino que en su ausencia, y debido a su contagio por coronavirus, se atreve a coger las riendas del acto por sí sola y defender el papel de la realeza monegasca. Signo de que se encuentra mucho más recuperada y de que su ‘annus horribilis’ quedó atrás.

Ha contado con una fiel escudera que no se ha separado de ella ni en la mañana de este viernes ni en la tarde del pasado jueves. ¿Pero quién es su inseparable compañera? Se llama Mélanie-Antoinette Costello de Massy y es una prima de los Grimaldi. Hija de la querida Elizabeth-Ann de Massy, quien fuera, hasta su fallecimiento en 2020, la prima preferida no solo de Carolina de Mónaco sino también de Alberto y, en su día, presencia fundamental para Grace Kelly.

Curiosamente, su hija está siendo un apoyo en estos últimos actos oficiales de la sudafricana, como su madre lo fue para Grace Kelly en un momento en el que no contaba con el respaldo de su suegra, Carlota Grimaldi, madre de Rainiero. Elizabeth-Ann se esforzó por tener una excelente relación con la actriz norteamericana siendo aún una niña, de hecho fue la dama de honor de su boda en Mónaco. A la muerte de Grace de Mónaco, fue un gran pilar para Carolina, Alberto y Estefanía.

placeholder Charlène y Mélanie-Antoinette de Massy, a su llegada a la catedral. (Reuters/Eric Gaillard)
Charlène y Mélanie-Antoinette de Massy, a su llegada a la catedral. (Reuters/Eric Gaillard)

Y ahora parece que su hija, tras la muerte de Elizabeth-Ann, se ha convertido en un gran apoyo para la exnadadora, quien se ha visto obligada a cumplir con los actos del día de la patrona de Mónaco sin su marido, quien se recupera sin mayor obstáculo de la enfermedad.

Lo mismo ocurre con Charlène, quien desaparecía de la vida pública durante un largo periodo de tiempo tras pasar largos meses en Sudáfrica y después ingresar en una clínica en Suiza. Un año prácticamente desaparecida que terminaba en la primavera de 2022, cuando comenzamos a volver a verla en diferentes actos con una mayor presencia cada vez. Hasta llegar al día de hoy, cuando ha tomado las riendas y ha vuelto por todo lo alto, retomando la agenda incluso sola de un evento importante para el principado como son las celebraciones de la patrona de la nación.

Hay que reconocer que Jacques y Gabriella se lo han puesto muy fácil a la mujer del príncipe Alberto, porque daba gusto ver lo bien que se llevan en la tarde del pasado jueves. Con abrazos y constantes muestras de cariño, los pequeños de ocho años demuestran que son todo amor y que han estado muy bien cuidados en ausencia de su madre, a la que también se mostraron muy unidos.

placeholder Poco después, la familia al completo seguía desde el balcón la procesión posterior. (Reuters/Eric Gaillard)
Poco después, la familia al completo seguía desde el balcón la procesión posterior. (Reuters/Eric Gaillard)

Poco después de la misa, la familia ya al completo se asomaba al balcón del palacio de Mónaco. El príncipe Alberto protegía a los suyos llevando una mascarilla para no contagiar ni a su mujer ni a sus hijos, con los que sí ha querido seguir la tradicional procesión de Santa Devota.

Volvíamos a ver entonces a los pequeños Jacques y Gabriella, bien tapados con sendos abrigos y de lo más elegantes, bajo el ala protectora de su madre, que les agarraba cariñosamente de los hombros. Jacques seguía la procesión abrigado con un jersey de cuello vuelto en color crudo, sobre el que lucía un abrigo azul marino. Por su parte, la pequeña Gabriella destilaba glamour con un abrigo de color verde con los hombros abullonados.

Charlène está de vuelta y por todo lo alto. Esta mañana de viernes acudía sola a la tradicional misa con motivo del día tradicional en Mónaco. Su marido, el príncipe Alberto, se ha contagiado de coronavirus por tercera vez y se perdía no solo esta misa, sino también la celebración de este pasado 26 de enero por la tarde en honor a Santa Devota, en la que sus hijos se convertían en los absolutos protagonistas tras encender con unas velas la embarcación que se quema cada año.

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