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Kate Middleton, las teorías de conspiración y el peligro de que Palacio guarde silencio
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FAMILIA REAL BRITÁNICA

Kate Middleton, las teorías de conspiración y el peligro de que Palacio guarde silencio

Las especulaciones sobre la princesa de Gales están haciendo cada vez más grande la bola de nieve. Y el peligro es que esta pueda acabar arrollando a la propia institución

Foto: La princesa de Gales, en una imagen de archivo. (Getty)
La princesa de Gales, en una imagen de archivo. (Getty)

Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio, decía Albert Einstein. Por lo tanto, ¿sería posible ahora creer que Kate Middleton realmente ha sido intervenida por un problema abdominal? ¿Podría ser cierto que evoluciona favorablemente? ¿Era en efecto ella la que aparecía esta semana en un coche con su madre? Pues no. Que no nos la cuelen.

Lo que realmente está pasando es que Kate sufre una depresión después de que Guillermo le haya pedido el divorcio para irse con su amante y que la joven que aparecía en un coche junto Carole Middleton era una doble, de la misma agencia además con la que trabaja la doble de Melania Trump. Las teorías de la conspiración sobre la princesa de Gales han llegado ya un nivel que al propio Einstein le costaría creer.

La rumorología se cuela por las grietas más inesperadas. En las reuniones de corresponsales internacionales presenciadas por esta periodista hasta los más serios cuestionan ahora incluso la línea de sucesión asegurando que el príncipe Guillermo tiene un hijo mayor fuera del matrimonio y que este tuvo un papel principal llevando la capa del rey en la ceremonia de coronación. Ver para creer.

Las teorías de la conspiración florecen en tiempos de paranoia, incertidumbre y miedo. Durante la pandemia, los investigadores de la Universidad de Oxford se mostraron “sorprendidos” al descubrir que este tipo de creencias estaban mucho más extendidas de lo que se podía imaginar. “Son criaturas resbaladizas”, explicaba entonces Daniel Freeman, profesor del Departamento de Psiquiatría. El experto recalcaba que había que contrarrestarlas directamente, reducir la propagación y presentar información “precisa de manera efectiva”. “La transparencia, los procesos de razonamiento y la equidad deben ser claros en las respuestas institucionales. La confianza es la piedra angular de las comunidades y en un momento de crisis se hace aún más evidente”, matizaba.

placeholder La princesa de Gales, en la coronación de Carlos III. (Getty)
La princesa de Gales, en la coronación de Carlos III. (Getty)

Y esto es precisamente lo que justifica por qué el Palacio de Buckingham está gestionando ahora erróneamente la crisis de imagen que padece la Casa Windsor. “Es el problema de proporcionar pequeños fragmentos de información, suficiente para generar más preguntas y no suficiente para dar respuestas”, recalcaba recientemente la propia BBC. “Hay una pregunta más importante sobre el secreto de una monarquía moderna. Necesita algo de misterio para mantener su mística. Pero la opacidad puede parecer ocultación”, añadía.

Las especulaciones sobre Kate, uno de los ases más importantes para la Corona, están haciendo cada vez más grande la bola de nieve. Y existe el peligro es que esta pueda acabar arrollando a la propia institución.

La Justicia británica dictaminó en su momento que el derecho a la intimidad se extiende a los miembros de la familia real y el Código Deontológico de los editores, bajo el que opera gran parte de la prensa británica, protege a todas las personas contra la intromisión injustificada en asuntos de salud física y mental.

Los periódicos del Reino Unido se han negado a publicar las fotografías que el pasado lunes sacaba la web americana 'TMZ' asegurando que eran las primeras imágenes de Kate desde que fuera hospitalizada. El 'Daily Mail' recalcó que no se publicaron porque el Palacio de Kensington, donde Guillermo y Kate tienen sus oficinas, “apeló para que ella pudiera recuperarse en privado”. Eso sí, el rotativo sí especuló sobre dónde y cómo se habían tomado, sugiriendo que fueron captadas el mismo lunes por la mañana poco después de que la princesa de Gales dejara a sus hijos en el colegio. ¿Tiene sentido no publicarlas pero hablar de ellas?

En definitiva, la bola de nieve sigue creciendo. Incluso el propio Gobierno británico ha contribuido a ello sin quererlo cometiendo un fallo difícil de entender. Pocas horas después de que el ministerio de Defensa anunciara que la princesa de Gales asistiría a una ceremonia del Trooping the Color en junio, la noticia se retiraba, creando aún más rumorología.

placeholder Kate Middleton. (Getty)
Kate Middleton. (Getty)

Exactamente igual que lo que ocurrió la semana pasada, cuando el príncipe Guillermo cancelaba a última hora su asistencia a la misa por el rey Constantino justificando “asuntos personales”. Hay cosas fuera del control para 'la Firma', como el cáncer de Carlos III (del que no se saben detalles) o la “intervención abdominal” de Kate. Pero hay otras cuestiones que sí se pueden gestionar y, según los expertos, no se está haciendo de la manera apropiada.

La única certeza en la saga de Kate es la participación de su tío, Gary Goldsmith, en el Gran Hermano VIP. En cualquier otro momento, su aparición en un programa de televisión podría haber supuesto un problema para los Middleton. Sin embargo ahora los expertos dicen que las payasadas del tío rebelde pueden proporcionar una “distracción bienvenida para los tabloides”.

El Palacio de Kensington no se mueve del guion: Kate no volverá a sus obligaciones reales hasta después de Semana Santa. Y de momento, la prensa británica sigue las normas. Es la segunda vez en cuatro meses que se niegan a publicar detalles sobre la familia real, incluso después de que hayan circulado por las redes sociales. En noviembre, los periódicos no publicaron los nombres de Kate y el rey Carlos III después de que fueran identificados en la edición holandesa de un nuevo libro como miembros de la familia que supuestamente habrían preguntado por el color de la piel del hijo del príncipe Harry y Meghan.

placeholder El rey Carlos III, junto a Kate Middleton el día de Navidad. (Reuters)
El rey Carlos III, junto a Kate Middleton el día de Navidad. (Reuters)

La noticia solo se hizo pública en el Reino Unido hasta que Piers Morgan, un controvertido presentador de televisión, reveló los nombres en su programa. El Palacio de Buckingham dijo entonces que estudiaría la posibilidad de emprender acciones legales, pero no actuó.

¿Sigue siendo adecuada la estrategia del silencio? Isabel II siempre abogó por “nunca quejarse, nunca dar explicaciones”. Pero la soberana también decía que había que “ser vistos para ser creídos” y que la supervivencia de monarquía dependía de su adaptación a los nuevos tiempos.

Tras siete décadas de reinado, la popular monarca ya no está. Y en plena transición, 'la Firma' está dejando que la bola se haga demasiado grande. Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio, repetimos la cita de Einstein. Pero igual Palacio debería al menos intentar poner algo de claridad porque la bola podría terminar arrasando todo lo que encuentre a su paso.

Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio, decía Albert Einstein. Por lo tanto, ¿sería posible ahora creer que Kate Middleton realmente ha sido intervenida por un problema abdominal? ¿Podría ser cierto que evoluciona favorablemente? ¿Era en efecto ella la que aparecía esta semana en un coche con su madre? Pues no. Que no nos la cuelen.

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