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La infanta Elena, en su mejor momento: unos hijos encaminados y un padre integrado
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FAMILIA DEL REY

La infanta Elena, en su mejor momento: unos hijos encaminados y un padre integrado

La hija mayor de los Reyes eméritos se ha convertido en el puntal que ayuda a sus familiares, en especial al rey Juan Carlos I y a la infanta Cristina. Sus hijos ya vuelan solos

Foto: La primogénita de los reyes Juan Carlos y Sofía, en una imagen de archivo. (EFE/ Raquel Manzanares)
La primogénita de los reyes Juan Carlos y Sofía, en una imagen de archivo. (EFE/ Raquel Manzanares)

Como toda madre, la infanta Elena ha sufrido por el futuro de sus hijos. Desde hace años, sobre todo desde que los jóvenes Victoria y Froilán de Marichalar entraron en una adolescencia rebelde y complicada. Las idas y venidas de su hijo en la noche madrileña, a las que tantas veces le acompañaba su hija, eran un dolor de cabeza para la Infanta. Hasta que puso freno a todos esos desmanes gracias a la ayuda de su padre, el rey Juan Carlos I.

Ahora, con los hijos encarrilados, doña Elena vive uno de los mejores momentos de su vida: liberada, feliz y con las cosas claras. Así lo cuentan a Vanitatis quienes la conocen. La vimos hace unos días en una plaza de toros bailando ‘Paquito el Chocolatero’ y su cara de felicidad era una clara evidencia de su gran momento personal.

placeholder La infanta Elena, en la corrida de toros solidaria 'La sonrisa de María'. (Europa Press/J. Velasco)
La infanta Elena, en la corrida de toros solidaria 'La sonrisa de María'. (Europa Press/J. Velasco)

“Doña Elena es una persona de carácter muy marcado, muy fuerte, y eso hace que cuando se enfada sea complicada y que cuando está contenta sea maravillosa. Así está ahora y así lo sienten todos quienes la conocen”, señala a Vanitatis una persona de su entorno.

Solución a los problemas

La infanta Elena encontró una solución a los problemas que rodeaban a su hijo y que no le dejaban avanzar hacia el futuro que la familia anhelaba más que otra cosa. El traslado de Felipe Froilán a Abu Dabi fue una solución que en principio parecía temporal y que en estos momentos parece infinita. Allí está estos días la primogénita de los reyes Juan Carlos y Sofía, disfrutando de la compañía de su hijo y de su padre.

Foto: Felipe Juan Froilán, en una imagen de archivo. (Cordon Press)

El viaje, además, es un golpe en la mesa de la Infanta ante las informaciones que sitúan a su padre con residencia en Ginebra. Porque doña Elena se ha convertido además, de un tiempo a esta parte, en garante del bienestar de los suyos, en especial de don Juan Carlos y de la infanta Cristina. Con ambos está muy unida y hace todo lo posible por estar con ellos y darles el calor que considera que merecen en las circunstancias en las que viven. Don Juan Carlos, en Emiratos; y doña Cristina, recién divorciada. Ellos dos son ahora su prioridad.

Su hijo ha encontrado en Abu Dabi una vida plácida, en libertad, donde puede moverse sin la presión de la prensa, algo que le atormentaba en los últimos años, además de poder trabajar y aprender, que es lo más importante para él, según comentan a Vanitatis fuentes del entorno de la familia.

Foto: El rey Juan Carlos y Froilán, en el circuito de Baréin. (Gtres)

En junio termina su empleo en la Cumbre del Clima, un trabajo que continúa meses después de haberse clausurado la cita. Se trata de trabajo de despacho con carpetas que todavía quedan por cerrar. Una vez pase ese momento, el joven espera, como adelantó este medio, apuntarse a un máster para ampliar sus estudios. Y además quiere seguir trabajando en alguna empresa emiratí, algo que, señalan las citadas fuentes, seguramente logrará gracias a su experiencia en la cumbre y, cómo no, a los contactos de su abuelo.

Victoria arranca

También Victoria Federica ha encontrado su lugar en el mundo de la moda, una de sus grandes pasiones. Además, aparecerá dentro de poco en el programa ‘El desafío’, en el que espera poder sorprender a todo el mundo. Las grabaciones ya han empezado y, según ha podido saber Vanitatis, la joven se ha mostrado abierta y divertida, algo que ha sorpendido a algunos de sus compañeros de programa. “Es tímida y reservada pero divertida y poco a poco se acerca más”, señalan.

Foto: Victoria Federica, en Las Ventas. (EFE)

Con esta situación personal totalmente encarrilada, la infanta Elena se siente “muy satisfecha” y en uno de los mejores momentos de su vida. Porque otra de las cuestiones que le preocupaban profundamente era la vida de su padre en el llamado exilio. Don Juan Carlos se fue a Emiratos con malestar, porque no quería irse, y al principio su situación no era ideal, cuentan personas de su entorno.

placeholder La infanta Elena y Juan Carlos I, en Galicia en una cena.
La infanta Elena y Juan Carlos I, en Galicia en una cena.

Las mismas fuentes recuerdan que don Juan Carlos nunca ha sido alguien dado a quejarse, pero que su tono de voz aquellos primeros meses dejaba en evidencia su incomodidad ante la situación. Poco a poco ha ido encontrando su lugar, se ha aclimatado a la zona, ha hecho suya la residencia en la isla de Nurai y, sobre todo, ha conseguido poder volver a España de forma regular. Todo ello le ha aportado mucha seguridad y un equilibrio vital que su hija mayor también celebra.

Foto: Juan Carlos I, a bordo del Bribón el pasado fin de semana. (EFE/Lavandeira Jr)

Don Juan Carlos irá manteniendo su presidencia en Emiratos y allí pasa la mayor parte de su tiempo, pero con un ojo siempre puesto en España y en especial en Galicia, a donde viajará a lo largo de este año, casi una vez al mes, para participar en las regatas del club náutico. Y allí estará siempre que pueda la infanta Elena junto a su padre, el hombre de su vida.

Como toda madre, la infanta Elena ha sufrido por el futuro de sus hijos. Desde hace años, sobre todo desde que los jóvenes Victoria y Froilán de Marichalar entraron en una adolescencia rebelde y complicada. Las idas y venidas de su hijo en la noche madrileña, a las que tantas veces le acompañaba su hija, eran un dolor de cabeza para la Infanta. Hasta que puso freno a todos esos desmanes gracias a la ayuda de su padre, el rey Juan Carlos I.

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