Elena, el ojito derecho de Juan Carlos I: el cumpleaños y otros ejemplos de complicidad

El 60 cumpleaños de la infanta Elena, celebrado este pasado miércoles 20 de diciembre, provocó lo que debería ser una estampa familiar normal, pero que en el caso de la familia real se torna en inusual e incluso sorprendente.

Los escándalos protagonizados por Iñaki Urdangarin y los que salpicaron al Rey emérito supusieron un antes y un después, no solo en las relaciones entre Felipe VI y sus allegados, sino también en las reuniones familiares en fechas destacadas. Todo cambió desde entonces y empezó a resultar misión imposible retratar a todos los Borbón juntos, en amor y compañía, sin tensiones.

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Jorge C. Parcero

El paso del tiempo suele calmar las aguas y parece que ahora existen menos reticencias por parte de Felipe VI y Letizia a la hora de dejarse ver en público con don Juan Carlos o doña Cristina, la parte de la familia que más ha podido perjudicar su reinado y manchar la imagen del mismo.

La presencia de don Juan Carlos en España desde que protagonizara su sonado exilio forzado a Abu Dabi siempre es noticia, pero hay motivos de peso para el emérito que le empujan a venir, y más si se trata del 60 cumpleaños de la infanta Elena, una hija por la que siente adoración y con la que tiene una especial complicidad.

La hermana de Felipe VI consiguió que este y su esposa compartieran mesa y comida junto a los eméritos, Froilán y Victoria Federica, la infanta Cristina y los hijos de esta, además de otros miembros de la familia. Lo hicieron en el restaurante Pabú, situado en la madrileña calle Panamá de Madrid.

A la salida, Elena y su padre protagonizaron un divertido momento. Ambos se despidieron con un saludo personalizado, con gestos coordinados y rápidos que realizaron a la vez: una señal mutua de la cruz en la frente, varios y variados estrechamientos de manos y unas palmaditas finales de cada uno en el pecho del otro.

La anécdota reflejaba la complicidad que ambos tienen y que ya habían mostrado, de la misma manera, este verano, cuando don Juan Carlos y doña Elena se dijeron adiós en Sanxenxo.

Fuentes autorizadas nos aseguran que el peculiar gesto es un juego familiar que viene desde los años de juventud de los tres hermanos Borbón y Grecia. Nos dicen, además, que no es habitual que lo veamos en público, pero que quienes conocen a la familia se lo han visto a hacer en muchísimas ocasiones. Sin embargo, esta vez, don Juan Carlos no tuvo reparos en que las cámaras captaran este divertido momento. Elena se lo pidió, y por ella, lo que haga falta.

La madre de Victoria Federica y Froilán no solo comparte aficiones con su padre, como la vela, los toros o la buena gastronomía, algo que la une mucho a su progenitor, sino que también ha sido un gran apoyo para el emérito en sus momentos más difíciles.

Fue la primera que viajó en secreto a los Emiratos, tres meses después de que don Juan Carlos se instalara allí, en pleno cisma familiar entre él y su hijo Felipe y en mitad de la pandemia. Un gesto de amor que demostró que su padre estaba por encima de todo.

Las visitas a Abu Dabi, desde entonces, se fueron sucediendo hasta que esos viajes a finales de verano se convirtieron en una especie de tradición, tanto para ella como para su hermana Cristina, y un bálsamo para don Juan Carlos.

Antes de este apoyo de Elena en los momentos más tristes de su padre, fue este quien le ofreció su mano a su hija cuando atravesó situaciones vitales complicadas. Así, cuando se gestó su divorcio de Jaime de Marichalar, la reina Sofía presionó a la Infanta para que perpetuara ese matrimonio indeseado, por el bien de sus hijos. Sin embargo, fue don Juan Carlos quien mostró más empatía y comprensión ante los sentimientos de su hija, a quien recomendó que viviera su vida.

Además de todo esto, han sido numerosas las ocasiones en las que hemos visto a Elena y al emérito compartir risas y charlas mientras disfrutaban juntos de las aficiones que comparten. En las gradas de plazas de toros o en entornos náuticos donde han practicado la vela, se han dejado ver relajados y cariñosos muchas veces.

A finales de mayo del 2022, Elena hizo, incluso, un viaje exprés a Sanxenxo para mostrar su apoyo a su padre. Fue un viaje de 24 horas que realizó porque quiso estar a pie de pista en el aeropuerto de Vigo para recibir a don Juan Carlos. Cuando este llegó club náutico de la localidad, fue Elena quien lo acompañó antes de viajar a Sevilla para atender un compromiso hípico. La Infanta era consciente de que para su padre era muy especial regresar a Sanxenxo dos años después de su forzado exilio y ahí quiso estar ella, con su reverencia incluida ante él y ante las cámaras, deseando recalcar la figura monárquica de don Juan Carlos por encima de cualquier circunstancia.

Uno de los últimos gestos cariñosos entre padre e hija antes del cumpleaños de la infanta Elena se produjo en el mes de septiembre. Tras su paso por las regatas de Sanxenxo a finales del pasado mes de julio, el rey Juan Carlos visitó la isla de Wight, donde se iba a disputar el Mundial de Vela de la clase 6m. Lo hizo en compañía de su inseparable hija.

Felices de poder disfrutar juntos de esta experiencia, se intercambiaron miradas cómplices y el emérito no dudó en besar con cariño la mano de la Infanta ante los fotógrafos.