Los reyes de Suecia se sueltan la melena: su baile en un concierto a ritmo de ABBA

Su popularidad marcó un antes y un después en el mundo de la música. Todo empezó en 1974, cuando ABBA, el cuarteto formado por los suecos Agnetha Fältskog, Anni-Frid Lyngstad, Benny Anderson y Björn Ulvaeus, se apoderó de la fama internacional tras ganar el Festival de la Canción de Eurovisión con la canción ‘Waterloo’.

Tras aquel hit mundial, llegaron un sinfín de canciones que acapararon tocadiscos, radiocasetes y algún que otro walkman. ‘Dancing queen’, ‘Mamma mia’, ‘Take a chance on me’ y ‘The winner takes it all’, entre muchos otros, o lo que es lo mismo: éxitos de ayer y de hoy que siguen sonando sin parar, ahora en los dispositivos más modernos.

De todas ellas hay una que tiene una historia muy real, literal y figuradamente. Hablamos de ‘Dancing queen’, la canción que el grupo sueco cantó en 1976 durante la velada previa a la boda del rey Carlos XVI Gustavo y la reina Silvia de Suecia. Un supuesto regalo de boda que con el que los cantantes deleitaron a los enamorados y a los 200 invitados que asistieron al encuentro. Algunas de las teorías más populares sobre este hit aseguran que la letra de la canción cuenta la historia real de amor entre los reyes. Aunque desconocemos qué hay de cierto en esta fábula, lo que sí está claro es que la canción repite una y otra vez ‘dancing queen’, o lo que es lo mismo, ‘reina del baile’ en español.

Y si hay una reina que haya demostrado sus dotes para bailar, esa ha sido la reina Silvia de Suecia. Lo ha hecho durante un concierto retransmitido por el canal de televisión SVT, en el que algunas de las estrellas más relevantes del panorama musical sueco han rendido homenaje a ABBA en el 50º aniversario de la mítica banda. La noche comenzó con agradecimiento a los cuatro integrantes del grupo, todo ello bajo la atenta mirada de los reyes de Suecia, que estuvieron presentes durante toda la gala, acompañados por la princesa Christina de Suecia y su esposo, Tord Magnuson.

Una noche musical que fue retransmitida en vivo desde el Cirkus, punto de encuentro para muchos amantes de la música en Estocolmo, la capital sueca. Fue una velada cargada de magia y emoción que no solo tuvo a los cantantes como protagonistas, sino que puso el foco en sus invitados más especiales: la reina Silvia de Suecia y el rey Carlos XVI Gustavo. Y es que cuando empezó a sonar ‘Dancing queen’, los reyes se levantaron de sus asientos y empezaron a bailar el hit que casi 50 años antes sonaba en la fiesta previa a su boda. La producción del programa no dejó de enfocar en ningún momento al matrimonio, que no paró de dar palmas al son de la música.