Compras en la Milla de Oro, footing en El Retiro y café en el barrio Salamanca: así ha sido el año en Madrid de Amalia de Holanda

La Casa Real holandesa ha confirmado por fin la información de la que Vanitatis lleva hablando desde hace meses: la princesa Amalia ha estado viviendo en Madrid “alrededor de un año”. “Todo ello fue posible gracias a la afectuosa dedicación de un gran número de sus conciudadanos y de Sus Majestades”, agradecía en su discurso de bienvenida el rey Guillermo de Orange a Felipe VI y la reina Letizia aprovechando su viaje de Estado.

El amor que sienten sus padres, Máxima y Guillermo, por España lo han transmitido a sus hijas. Los monarcas, que se conocieron en la Feria de Abril de Sevilla de 1999, tienen un vínculo especial con nuestro país y nuestra Casa Real. Un vínculo que su hija Amalia ha heredado y que la ha llevado a pisar el recinto hasta en dos ocasiones.

Vino buscando una vida normal, o todo lo normal que puede llevar una princesa, alejada de las amenazas a las que la mafia la tiene sometida en su país desde 2022. “Voy a ser muy sincera, todavía lo estoy pasando muy mal. Echo de menos la vida de estudiante. Andar por la calle, poder ir a una tienda”, explicaba Amalia en la entrevista que puso fin a su gira por el Caribe el año pasado.

Las amenazas hicieron que su vida diera un giro de 180 grados. Tuvo que dejar su piso de estudiante en Ámsterdam y volver con sus padres al palacio de Huis ten Bosch en La Haya.

Un golpe duro para una joven de 19 años que se independiza y empieza a vivir su vida distanciada de la presión de sus padres. La solución que encontraron para que pudiera disfrutar de libertad fue mudarse a Madrid.

Como ya adelantó Vanitatis, la heredera al trono de los Países Bajos ha pasado un año viviendo en la capital gracias a un programa de intercambio entre el IE y la Universidad de Amesterdam. En Madrid, se la ha visto haciendo actividades de lo más cotidianas, como pasear a su perro Mambo cuando se lo ha traído su madre o comparar en el supermercado, alejada de miradas indiscretas y disfrutando de su anonimato.

Lo que despertó los rumores de su mudanza fueron las fotos que le tomaron junto a su madre en enero del año pasado y desde entonces han sido habituales las imágenes de la royal paseando por la Milla de Oro o tomando un café cerca del Retiro. Este es el motivo por el que Máxima ha viajado varias veces a España: para visitar a su primogénita.

Un paseo por el Retiro

Si recreamos uno de sus días, podría empezar con un paseo por el parque de El Buen Retiro o un desayuno en alguna de sus terrazas cercanas, uno de los puntos que más visita la princesa de Holanda.

Por allí se la ha visto comer o tomar un café con su madre y amigos. Uno de los que más frecuenta es la conocida cafetería Cappuccino Grand Café, favorita de la jet set. Allí se la vio las últimas Navidades junto a una amiga conversar animadamente durante horas.

Pero no solo le llaman la atención sus terrazas. Amalia ha salido a correr en distintas ocasiones acompañada por sus escoltas. Su naturalidad es tanta qué vecinos y estudiantes de la zona contaban a Vanitatis que ven a la joven royal "como a una vecina más, que sale a pasear con su perrito y compra por las tiendas de la zona".

Comida tradicional en el barrio Salamanca

Si llega la hora de comer, a Amalia siempre le viene a la mente el mismo restaurante del barrio Salamanca. Con nombre de pasodoble, Amparito Roca se centra en la comida tradicional española con huevos rotos con jamón, fabada o gazpacho en la carta.

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Á. Mora

El restaurante nació en Guadalajara hace ya 30 años, donde tuvieron su primera sede, aunque cerró. El local cuenta con un txoko privado para grupos al que Amalia de Orange no acude mucho. La princesa prefiere sentarse en el comedor mientras le sirven torreznos o pescado, según contó ‘El Mundo’.

De compras por la Milla de Oro

En la tarde cambiamos los árboles por el hormigón y las tiendas de lujo. Como dos turistas más por medio de una de las calles más exclusivas y céntricas de Madrid, pasearon Máxima y Amalia el año pasado. Con gafas de sol y escolta, pero sin ser reconocidas.

Fue una tarde de compras madre e hija por la Milla de Oro donde se encuentran tiendas como Gucci, Louis Vuitton, Prada o Chanel. No sin olvidar a su pequeño y blanco peludo, Mambo, que Amalia llevaba con correa. Terminaron la tarde disfrutando de un almuerzo en Cristina Oria con un grupo de amigos.

De fiesta a Recoletos

Y para rematar, una noche de fiesta. No muy lejos del barrio Salamanca, exactamente en la zona de Recoletos.

Allí se la vio acudir con un grupo de amigos a una discoteca en febrero de este año, tal y como informó Vanitatis. Estuvo en el local hasta la madrugada rodeada de amigos españoles y holandeses. Toda una royal haciendo una vida normal y alejada de las amenazas de la mafia. Justo como desea.