De Serrat emocionado a las lágrimas de Ana Belén: lo que no se ha visto de los Premios Princesa de Asturias
Como cada año, la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias nos ha dejado muchas anécdotas y curiosidades, esta vez con dos protagonistas principales
Gaitas sonando, un Oviedo entregado y una fecha marcada para la Casa Real. Y, por qué no decirlo, también para los medios de comunicación. Un año más, la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias nos ha dejado numerosos detalles, curiosidades y anécdotas. Esta vez, con dos protagonistas principales. Uno, la princesa Leonor; otro, un Joan Manuel emocionado escuchándola y casi al borde de las lágrimas. Las mismas que no ha podido evitar la cantante Ana Belén desde el patio de butacas.
Como siempre, la tarde empezaba en Oviedo con el desfile de todos los invitados que llegaban al Teatro Campoamor. Un momento más distendido y que muchos de ellos utilizan para charlar o compartir su emoción en redes sociales. Dos de ellos han sido, por ejemplo, Feliciano López y Sandra Gago, que no han dudado en hacerse un 'selfie', felices antes de entrar.
Estos momentos más distendidos y espontáneos se acababan unos minutos antes de las 18:30, cuando estaba prevista la llegada de la familia real desde el hotel Reconquista. Los cinco, con la reina Sofía incluida, posaban ante los medios, desvelando entonces la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía sus looks.
Veíamos entonces otro detalle de esos que, en un primer momento pasan desapercibidos. La reina Sofía, que se encontraba por primera vez con sus nietas en Oviedo, las saludaba con un beso antes de acceder al palco que hay reservado para ella en el Teatro Campoamor. El paseíllo tambiémn nos dejaba otra anécdota, ya se hacían un pequeño lío en la alfombra azul y cometían un pequeño error de protocolo que la heredera al trono se apresuraba a corregir.
Pero en el patio de butacas había otra abuela igual de orgullosa. Hablamos de Paloma Rocasolano, que ocupaba su habitual lugar, muy cercano al pasillo por donde pasaban después los reyes Felipe y Letizia junto a sus hijas. Y unos y otros no dudaban en hacerle un pequeño guiño, percatándose de su presencia.
Pero si hay una palabra que puede definir esta ceremonia ha sido la emoción. La hemos visto en muchos de los premiados y en muchos de los invitados, algunos de ellos sin poder evitar las lágrimas.
Unos, como los cantantes Ana Belén y Víctor Manuel, con más contención al ver a su amigo Joan Manuel Serrat recogiendo un galardón que ha sido muy aplaudido. Otros, llorando sin ningún disimulo, como Toñi, la madre de Carolina Marín, orgullosa hasta el extremo viendo a la jugadora de bádminton en el escenario.
Pero es que el propio Serrat también ha protagonizado alguna de las curiosidades de la noche. En su discurso, evitaba decir "majestades", haciendo así una pequeña reivindicación de sus ideas políticas. Claro que la Princesa de Asturias 'ablandó' un poquito al cantante cuando tomaba ella misma la palabra, al recitar en catalán un verso de una de las primeras canciones que escribió.
En ese momento, bastante sorprendido por el detalle, Serrat no pudo evitar emocionarse, con unos gestos que evidenciaban sus nervios. Los mismos que, desde el patio de butacas, tenía Candela Tiffón, su mujer, de nuevo en un discretísimo segundo plano y sin perder detalle de lo que pasaba en el escenario con su teléfono móvil.
Pero el propio Serrat también sorprendía, ya que, tras su discurso de agradecimiento, no dudaba en acompañarse de una violinista para interpretar 'Aquellas pequeñas cosas', una de sus canciones más conocidas. Al terminar, el rey Felipe se saltaba el guion para agradecerle, muy cariñoso, el momento tan bonito que había brindado a premiados y espectadores.
Y la última parte de la ceremonia venía también con sorpresa, ya que era Leonor y no su padre quien despedía el acto, pronunciando esas conocidas palabras de "Quedan convocados los Premios Princesa de Asturias 2025", una fórmula que también fue protagonista de una divertida anécdota cuando la ceremonia se celebró por primera vez al asumir el trono don Felipe.
Y, tras el desfile de premiados y familia real, que de nuevo al son de las gaitas salían del Teatro Campoamor, llegaban más detalles de los que solo unos pocos pueden ser testigos. Antes de volver al hotel Reconquista, los Reyes y sus hijas comparten unos minutos en el hall del teatro, protagonizando algunas escenas dignas de analizar con un experto en lenguaje corporal.
El rey Felipe no dudaba en dar un abrazo a su hija, que minutos antes, al concluir la ceremonia, buscaba su aprobación. Era la reina Letizia la más habladora en ese momento, compartiendo algunas confidencias con su hija mayor. Se unía al grupo la reina Sofía, siempre orgullosa de sus nietas y felicitando a la heredera por su papel.
La jornada se daba por finalizada cuando, tras una calurosa despedida de los ovetenses, ponían rumbo de nuevo al hotel Reconquista, después de vivir una tarde mágica en la que la emoción ha sido el denominador común.
Gaitas sonando, un Oviedo entregado y una fecha marcada para la Casa Real. Y, por qué no decirlo, también para los medios de comunicación. Un año más, la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias nos ha dejado numerosos detalles, curiosidades y anécdotas. Esta vez, con dos protagonistas principales. Uno, la princesa Leonor; otro, un Joan Manuel emocionado escuchándola y casi al borde de las lágrimas. Las mismas que no ha podido evitar la cantante Ana Belén desde el patio de butacas.
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