El discreto llanto de Mette-Marit: se rompe en público tras cuatro meses de tensión por las polémicas de su hijo mayor, Marius
Aunque en este tiempo ha esquivado el escándalo tanto como ha podido, esta semana hemos visto tres situaciones que demuestran el mal momento por el que pasa la noruega
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Desde el pasado agosto, cuando su hijo mayor fue detenido por primera vez, la esposa de Haakon de Noruega ha esquivado todas las balas que ha podido, incluyendo preguntas de la prensa y hasta actos que estaban previstos en su agenda. Pero las lágrimas de Mette-Marit, al romperse en público tras cuatro meses de tensión por las polémicas de Marius, dejan claro el momento tan delicado por el que está pasando.
Y es que esta semana hemos visto tres situaciones que evidencian que no es la mejor época de su vida, ya que lógicamente se ha visto salpicada por el escándalo de su hijo. Ella misma ha protagonizado algunos de los titulares, ya que se supo que había limpiado el apartamento de Skaugum donde vivía el chiquillo al conocer su detención. Y, aunque finalmente la policía ha decidido no interrogar a la nuera del rey Harald, parece que la tensión ha podido con ella.
La primera de ellas se daba el pasado lunes, cuando Mette-Marit asistió a concierto de un coro navideño en la Catedral de Oslo. No sabemos si fue la música, las voces de los niños cantores o el ambiente tan mágico del lugar, pero la princesa no pudo evitar las lágrimas. Sentada en primera fila, se la vio llorar en varias ocasiones, aunque intentaba disimular y limpiarse el llanto.
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Al día siguiente, y ya acompañada del príncipe Haakon, un nuevo acto y una nueva imagen que nos da cuenta de lo delicado que es este momento para toda la familia. Con su hijo mayor en el centro de la noticia día sí día también, el resto de la familia se ha convertido en un colchón de seguridad para ella, especialmente cuando hablamos de apariciones públicas.
De hecho, cuando Marius fue detenido de nuevo el pasado noviembre, acusado de violación, Haakon se encontraba de viaje oficial en Jamaica y no tuvo en problema en admitir ante los medios que echaba mucho de menos a su esposa y que le hubiera gustado estar en ese momento en casa con ella, muy consciente de cuánto necesitaba Mette-Marit su apoyo.
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Y este martes, durante una visita a un centro de mayores, volvimos a ver un gesto que representa presisamente lo necesario que es su marido en estos momentos. Los dos estaban sentados escuchando algunas explicaciones de los responsables del centro, Mette-Marit agarraba fuertemente la mano del príncipe heredero, una actitud que no es muy habitual en royals.
En las imágenes se ve cómo ambos cogen sus manos, pero sin entrelazar sus dedos. Un pequeño gesto que, según los expertos en lenguaje corporal, está vinculado al deseo de protección, apoyo y guía.
Y llegamos a la tercera cita de la semana, la más navideña y que supuso tener a la familia al completo, con la única ausencia de Marius, al que probablemente no volvamos a ver en un acto público. Haakon y Mette-Marit, acompañados de sus hijos Ingrid y Sverre Magnus, ejercieron como anfitriones en un concierto de Navidad en el Palacio Real.
🎥 NRK pic.twitter.com/BT8pXRBI0w
— ChristinZ (@ChristinsQueens) December 18, 2024
Los cuatro se pusieron ante los micrófonos para dar la bienvenida a los invitados, la mayoría voluntarios y trabajadores sociales. Y lo mismo, no sabemos si por el ambiente navideño o puro orgullo por ver a sus hijos en el escenario haciendo la presentación, pero lo cierto es que la princesa Mette-Marit contuvo a duras penas la emoción, tal y como se pudo ver en las cámaras de NRK, la televisión noruega que se encargó de la emisión.
Una semana intensa, en agenda y en emociones que estaban a flor de piel, como hemos visto en las diferentes apariciones de la que será futura reina de Noruega. Lágrimas contenidas que dejan claro que no pasa por su mejor momento tras estos cuatro meses de tensión y un gran escándalo protagonizado por su hijo mayor.
Desde el pasado agosto, cuando su hijo mayor fue detenido por primera vez, la esposa de Haakon de Noruega ha esquivado todas las balas que ha podido, incluyendo preguntas de la prensa y hasta actos que estaban previstos en su agenda. Pero las lágrimas de Mette-Marit, al romperse en público tras cuatro meses de tensión por las polémicas de Marius, dejan claro el momento tan delicado por el que está pasando.