La princesa Sirivannavari de Tailandia da el salto a la alta joyería: una declaración de amor eterno, una miss universo y diamantes blancos

Las monarquías han sabido relacionarse habitualmente con el mundo de la moda. Desde Grace Kelly a la reina Letizia o Kate Middleton, han apreciado el valor de sus diseños como forma de comunicar. Sin embargo, pocas se han involucrado también a nivel profesional, a excepción de la princesa Sirivannavari de Tailandia. La hija del rey Rama X fundó en 2008 su firma, la cual lleva su nombre, tras ser invitada por Pierre Balmain a la presentación de su colección en París.

Tras más de 15 años dedicada al reconocimiento de su firma, la princesa ha presentado su nuevo proyecto, en el que se embarca en la alta joyería. En colaboración con Beauty Gems, la marca más importante del país en este sector, ha lanzado una colección cápsula con más de 60 piezas, que cuentan con diamantes blancos y diferentes piedras preciosas como rubíes o esmeraldas. “Cada una de ellas es un testimonio de amor eterno”, expresa el anuncio, afirmando que su elaboración es artesanal.

El escenario para la presentación fue el palacio Bang Pa-In, el complejo residencial de verano de la familia real. El desfile tuvo lugar en el estanque con el Phra Thinang Aisawan Thiphya-art, un pabellón del S. XIX ubicado en el centro, iluminado. Para el acto, la princesa contó con 20 modelos, entre las que se encontraba Suchata Chuangsri, Miss Universo Tailandia 2024. Su relación con el certamen de belleza no es de extrañar, ya que también vistió a la representante de su país para el concurso en 2018.

Para la ocasión, la anfitriona escogió que todos sus invitados acudieran de blanco. La princesa optó por un vestido largo de satén con drapeado y escote palabra de honor con detalles incrustados de pedrería. Asimismo, lo complementó con pendientes largos y dos pulseras.

Posteriormente, los invitados pasaron al interior de la mansión neoclásica para disfrutar de una cena de gala. Esta parte tan solo se reserva para la familia real, por lo que ha sido una de las pocas ocasiones que se ha abierto para recibir a sus invitados. El resto, rodeado por jardines, sí que es visitable para el público, siendo uno de los monumentos más visitados de la ciudad de Ayutthaya. Hasta ahora, París había sido el refugio para la princesa, pero ha escogido Tailandia para presentar su diversificación empresarial en esta ocasión.