Máxima de Holanda estrena en Chipre un vestido midi en color rojo con este sencillo truco estilizador

Cuatro son ya los looks que hemos visto de la reina de Países Bajos en su visita de Estado a Chipre. Una maleta en la que Máxima de Holanda no se ha complicado demasiado y ha ido tras sus propios pasos, repitiendo truco estilizador en su cuarto vestido, un diseño de estreno que nos ha recordado mucho al del día anterior.

El martes, la argentina iniciaba el día con un vestido de terciopelo en color azul, con drapeado en el hombro y una característica cascada que caía desde un lateral de la cintura. La sorpresa ha llegado cuando, ni 24 horas después, ha lucido el mismo tipo de patrón, con ese elemento tan característico en un vestido muy similar, aunque de distinto color.

Tampoco en el tono Máxima ha innovado muchísimo, ya que elegía uno muy parecido al que lucía en su llegada a la isla mediterránea, el lunes por la noche, y al que escogió para la cena de gala del martes, con uno de sus diseños más originales.

Así, la reina de Países Bajos aparecía en esta segunda jornada del programa oficial en Chipre con un vestido de largo midi en color rojo, con los complementos en un tono más oscuro. Hablamos, por un lado, de unos stilettos de Gianvito Rossi, exactamente iguales que los que lucía el día anterior; por otro, de una de esas pamelas que son casi marca de la casa de Máxima. Ambos acompañados de guantes y cartera que seguían la línea cromática.

Pero sí hemos visto, al menos, un detalle diferente, uno con el que Máxima ha querido rendir homenaje al país anfitrión. Porque en su pecho veíamos prendido de nuevo un broche, complemento casi indispensable en sus looks. Se trata de una pieza en la que podemos ver un tulipán, símbolo por antonomasia de Holanda, y una rama de olivo, muy característico de Grecia.

Fue precisamente en el país heleno donde lo estrenó, hace unos años, y, aunque no está confirmado, todo apunta a que fue un regalo de las autoridades del país durante esa visita. Así que, a falta de símbolos chipriotas, parece que Máxima ha realizado este peculiar guiño por los lazos que unen a los dos países mediterráneos, que incluso comparten lengua.

El minimalismo del diseño de Natan, creador fetiche de la reina de Países Bajos y al que echábamos en falta en esta visita de Estado a Chipre, hacía que el broche, cuajado de brillantes de colores, tuviera todo el protagonismo, que además Máxima ha acentuado eligiendo esos complementos monocromáticos de los que hablábamos para que resaltase aún más.

Sí ha extrañado, desde luego, el hecho de que luciera un diseño muy similar al azul de Costarellos con el que iniciaba la parte oficial del viaje. Pero quizá la clave está en esa cascasa desde la cintura, un truco estilizador para cualquier silueta y con el que no hay duda de que Máxima se siente absolutamente segura y favorecida. De no ser así, no hubiera elegido un vestido tan parecido.

Rojo también ha sido el color elegido para sus pendientes, un diseño en forma de flor, con brillantes y un rubí central, que se aleja de esos originales pendientes tamaño XL que suele llevar en actos menos protocolarios.