Bernard Tapie, expresidente del Olympique de Marsella: una herencia llena de deudas
El pasado 3 de octubre fallecía el que fuera presidente del Olympique de Marsella, cuya fortuna está lastrada por sus grandes acreedores
El pasado mes de octubre fallecía una de las grandes figuras del mundo empresarial francés, cuya imagen trascendió fronteras. Y entonces quedaban pendientes muchos flecos respecto a su fortuna y a sus herederos. Bernard Tapie era en esas fechas el protagonista de las principales cabeceras digitales de la crónica social y también de las páginas económicas de un país que le vio llegar a la cima y también caer. Ahora vuelve a serlo por su herencia envenenada, como ha desvelado 'Paris Match'.
Bernard fallleció en su mansión de la rue des Saints-Pères de París, que había comprado en 1986, pero que, según desvelaba 'Liberation', no era de su propiedad desde hace unos meses, pues se la había comprado François Pinault, la sexta fortuna francesa, propietario de La Redoute, la Fnac, los emblemáticos almacenes Primptemps y de la sociedad Kering, que controla las firmas de moda Yves Saint Laurent y Gucci. Para más señas, marido de la actriz y productora mexicana Salma Hayek. Una venta, por cierto, que se cerró por 80 millones de euros que inmediatamente fueron a parar a las arcas de los liquidadores judiciales de las sociedad del propio Tapie.
La gran paradoja es que al empresario se le atribuían activos por un valor de 300 millones de euros, pero sus acreedores, entre ellos el ex Crédit Lyonnais, le reclaman 400 millones. Por este motivo, el Tribunal de Comercio en mayo de 2020 ordenó la liquidación inmediata de dos de sus principales empresas, Groupe Bernard Tapie (GBT) y Financière et Immobilière Bernard Tapie (FIBT), según subraya el rotativo francés, que recuerda que esta decisión había sido impugnada y se está a la espera de que el tribunal de apelación se pronuncie el próximo mes de diciembre.
Respecto a sus propiedades inmobiliarias debemos destacar una villa en Saint-Tropez, que está valorada entre 50 y 70 millones de euros, y una casa en Combs-la-Ville (Seine-et-Marne), que algunos cifran en 10 millones. Asimismo, hay que tener en cuenta su participación en el grupo de prensa Marsella Provence, que podría alcanzar los 50 millones de euros.
De su catálogo de propiedades se ha caído el yate Reborn, que vendió en 2014 por 44 millones de euros, y su jet privado, que también fue vendido para intentar bajar la factura mensual de mantenimiento de su patrimonio, según fuentes familiares. Su mujer, Dominique Tapie, a través de la empresa Dolol, es dueña de una mansión en Neuilly-sur-Seine (Hauts-de-Seine), que fue adquirida por más de 15 millones de euros.
Bernard Tapie no quería deshacerse de sus propiedades y por eso elaboró una estrategia que propuso a sus acreedores, pero estos no la aceptaron. Ahora la cuestión más importante es determinar si su viuda y sus cuatro hijos aceptarán o no la sucesión, pues aceptar su herencia conlleva graves riesgos económicos, en el caso de que se confirmara la liquidación judicial de los bienes.
Otra alternativa es que sus descendientes opten por aceptar la herencia "en beneficio de inventario", lo que les permitiría ganar tiempo para evaluar las consecuencias de un acuerdo o una denegación. En principio se cree que sería Laurent Tapie, uno de los hijos del empresario, quien se hiciera cargo de las cuestiones legales de su padre, algo que ya lleva un tiempo haciendo.
Una investigación periodística
Lo que desvela ahora 'Paris Match' es que su viuda, Dominique, tendría que pagar 600 millones de euros y que su abogado ha manifestado que esperaba que después de su muerte sus acredores fueran más indulgentes. La periodista Sophie des Déserts, que ha sido quien ha realizado esta investigación periodística, ha manifestado que no cree que la viuda estuviera al tanto del alcance de las deudas que había dejado su marido. En Francia tienen todavía muy presente los problemas que ha acarreado la herencia del mítico cantante Johnny Hallyday, fallecido en 2017, y Tapie tenía muy claro que quería que sus hijos salieran beneficiados del reparto de su herencia por igual: "Amo tanto a mis hijos que no podría desheredarlos, si eso fuera posible en Francia", manifestó en una entrevista con 'Le Point' en 2018. Pese a sus deseos, las cosas no le salieron mejor que al emblemático artista francés.
Como decimos, Bernard Tapie fallecía el domingo 3 de octubre a los 78 años, después de tres años luchando contra un cáncer, en su casa parisina, rodeado de sus seres queridos y de una manera apacible, según los medios locales. Una figura legendaria, pero también salpicada por numerosas polémicas e incluso sucesos. El pasado mes de abril, su mujer y él fueron agredidos y víctimas de robo en su domicilio, del que se llevaron algunas joyas y relojes de alta gama. Político en ocasiones y empresario a veces oportunista, todavía resuena su escándalo por la compraventa de Adidas.
El empresario había manifestado siempre que para él sus hijos eran prioritarios y que no vivía sino por ellos. Al final de sus días, sin embargo, se están encontrando con graves problemas a consecuencia de la gestión de sus finanzas. Fue, sin duda, un ídolo caído.
El pasado mes de octubre fallecía una de las grandes figuras del mundo empresarial francés, cuya imagen trascendió fronteras. Y entonces quedaban pendientes muchos flecos respecto a su fortuna y a sus herederos. Bernard Tapie era en esas fechas el protagonista de las principales cabeceras digitales de la crónica social y también de las páginas económicas de un país que le vio llegar a la cima y también caer. Ahora vuelve a serlo por su herencia envenenada, como ha desvelado 'Paris Match'.