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¿Has engordado en Navidad? Lo que debes hacer (y lo que no) para recuperar tu peso
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¿Has engordado en Navidad? Lo que debes hacer (y lo que no) para recuperar tu peso

Has disfrutado de las fiestas pero ahora la ropa te aprieta un poco. Que no cunda el pánico: recuperar tu peso habitual solo requiere tiempo, fuerza de voluntad y no cometer errores

Foto: Pásate a las frutas y a los cereales y haz de ellos tus mejores aliados para tu periodo de dieta. (Imagen: Alexander Mils)
Pásate a las frutas y a los cereales y haz de ellos tus mejores aliados para tu periodo de dieta. (Imagen: Alexander Mils)

Puede que hayas seguido el mismo precepto de todos los años. A vivir, que son dos días y vía libre al turrón, a las comidas calóricas, a los aperitivos, al cava y a comer a todas horas. O puede que hayas controlado un poco pero no lo suficiente. Pertenezcas al primero o al segundo grupo, lo cierto es que por muy saludables que sean nuestros hábitos de comida durante el resto del año, la Navidad los dinamita sin reparos. Y pasados Reyes, llega la hora de entonar el mea culpa con soluciones drásticas que nunca nos llevan a buen puerto.

Lo que nunca hay que hacer...

Empezar una dieta exprés. Hay que recordarlo una vez más porque es muy tentador querer perder en unos días los kilos que hemos ganado: estas dietas no sirven para nada que no sea pasar hambre, tener déficit de algunos nutrientes y recuperar hasta el último gramo, y seguramente alguno más, una vez finalizada. Por no hablar de lo frustrante que resulta.

Entregarse en cuerpo y alma a los smoothies. Mala idea. En principio, un smoothie de frutas y verduras parece perfecto porque incluye un montón de vitaminas y antioxidantes. Pero al triturar los alimentos eliminamos la fibra, imprescindible para el buen funcionamiento del organismo, por no hablar de que ingerir de una vez dos o tres piezas de fruta y vegetales crudos resulta difícil de digerir y aportan una sobredosis de azúcar. Por último: no contienen proteínas, grasas ni hidratos, así que sustituirlos por las comidas principales durante varios días se acerca bastante al disparate.

No comer: la decisión más radical (y absurda). Es un clásico en momentos críticos. Si me salto la cena o la comida y desayuno solo un té, compenso los excesos de la Navidad y en unos días empiezo de cero. Error. El cuerpo no se compensa con estas decisiones; la única forma de conseguirlo es empezar, o retomar, una dieta sana y equilibrada. Lo que si te pasará es que te morirás de hambre con el riesgo de asaltar la nevera en cualquier momento y de poner en peligro tu metabolismo.

...Y lo que siempre deberíamos hacer

Es un camino más lento, algo que no encaja en esta cultura de 'quiero esto y lo quiero ya', pero también es la forma de perder los kilos ganados y de conservar el peso y la salud.

Haz ejercicio (sí, es lo que hay). Si eres deportista, posiblemente solo hayas alterado tu rutina de ejercicio y no te costará mucho retomarla. Lo malo es que no lo seas. Tendrás que empezar desde cero. En este caso, una sugerencia: no te eches a la calle para correr ocho kilómetros el primer día o te recluyas en el gimnasio porque el sobreesfuerzo es el mejor camino para abandonar la empresa. Ponte objetivos prudentes, que puedas cumplir. ¿El más sencillo? Camina. Media hora, a buen ritmo, todos los días y dentro de un par de meses tu silueta habrá cambiado. No hay excusa: tenemos media hora y parques a nuestro alcance.

Bebe agua (pero no ocho litros). La mejor aliada del organismo para eliminar el exceso de alcohol y comida de estos días. Si te aburre, tómala en infusiones frías o calientes que, además, tienen un ligero efecto saciante.

Come bien y un poquito menos. En este apartado no hay secretos ni milagros. Comer bien significa contar con frutas y verduras, cereales, pescado, legumbres y, un par de veces a la semana, carnes blancas. Y cocinar los alimentos a la plancha, hervidos, al horno o al vapor. Puede que no sea muy sexy pero funciona.

Aprovecha para introducir en tus hábitos uno nuevo: come un poquito menos. Según los expertos, reducir el consumo de calorías en un 20% mejora la salud y creen que prolonga la vida. Lo que sentirás casi de forma inmediata es un cuerpo más ligero y una mayor sensación de bienestar.

Puede que hayas seguido el mismo precepto de todos los años. A vivir, que son dos días y vía libre al turrón, a las comidas calóricas, a los aperitivos, al cava y a comer a todas horas. O puede que hayas controlado un poco pero no lo suficiente. Pertenezcas al primero o al segundo grupo, lo cierto es que por muy saludables que sean nuestros hábitos de comida durante el resto del año, la Navidad los dinamita sin reparos. Y pasados Reyes, llega la hora de entonar el mea culpa con soluciones drásticas que nunca nos llevan a buen puerto.

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