Por qué todo el mundo lleva trenza baja en la Semana de la Moda de París
Mires a donde mires, un alto porcentaje de las asistentes a los desfiles parisinos coinciden en convertir la trenza -en un sinfín de interpretaciones- en el peinado más elegante
En una entrevista de trabajo me pidieron que propusiera una batería de temas para demostrar cómo podía mejorar los contenidos de su revista. Uno de ellos era un análisis de las trenzas que llegaban esa temporada, primavera en concreto. La responsable que le echó un vistazo a la propuesta me espetó: “Trenzas en primavera, ¡qué original!”. Por aquel entonces, mi juventud hizo que me llevara el juicio a casa y me desahogara entre lágrimas, en vez de contestarle que las trenzas siempre son tendencia, solo cambia la forma de llevarlas.
Igual que el bob se ha convertido en un corte de pelo institucionalizado, que simplemente aderezamos con ligeras modificaciones, las trenzas siempre son un peinado al que recurrir y con el que acertar. Lo vimos en las baby braids que Margot Robbie recuperó de Sharon Tate o en los moños boho con trenzas de Sara Carbonero. Este año, las trenzas que son tendencia son las bajas y muy muy largas. Cómo las hagas dependerá de tu estilo o del mensaje que quieras mandar.
El peinado ha surgido por casualidad, ya que no se trata de un estilismo que primero viéramos sobre la pasarela y acto seguido diera el salto a la calle. Como si de una pura casualidad se tratara, en los alrededores de los desfiles de moda de París, tanto en la alta costura como en el prêt à porter, influencers y modelos coincidían en recoger sus largas melenas en trenzas bajas, que partían de la nuca. Como si se tratara del sustituto lógico del clásico moño de bailarina, con el que conseguir un look minimalista, elegante y, sobre todo, cómodo, las trenzas bajas se multiplicaban en las calles parisinas convertidas en el peinado más chic de la temporada.
Aunque al haber surgido de forma espontánea, no exista una norma de lucirlas, sí observamos que comparten algunos rasgos. El primero es que siempre se trata de recogidos muy pulidos en los que la raíz del cabello parece fijada al cuero cabelludo, de tal modo que no hay lugar ni para el frizz ni para el efecto 'casual'. Si los moños bajos agradecen las texturas wet, las trenzas bajas también.
El largo de la melena es otra pieza fundamental para replicar el peinado, pues apenas vemos medias melenas con el cabello recogido atrás y sin que ningún mechón se suelte en el camino a la nuca. De este moño, la trenza parte con un grosor considerable y se va afinando hasta llegar a las puntas. Parece como si el peinado surgiera como consecuencia del movimiento de las melenas XXL, amparados por el mermaid hair o la inspiración setentera. Aquellos melenones deben poder recogerse y las trenzas bajas son la mejor opción, por el momento. No hay volumen, no hay mechones sueltos y el rostro está completamente despejado.
Sin responder demasiado a la dictadura de la Gen Z sobre la raya en medio, vemos recogidos muy pulidos, simplemente peinando todo el cabello hacia atrás, a la vez que también hay trenzas bajas en las que la raya en medio está perfectamente trazada. De nuevo, las interpretaciones son infinitas.
A diferencia de las trenzas tradicionales, francesas u holandesas, la versión parisina del socorrido peinado siempre parte de una coleta. Esto es, de nuevo, fundamental para comprender la comodidad del peinado. Tras cepillar el cabello, se recoge con pulcritud en una coleta baja, a la altura de la nuca y se pule la raíz con algún producto fijador. El hecho de que la trenza parta de una coleta baja, afianza mucho más el recogido. Y hasta aquí llegan las normas, la forma de trenzar el cabello es donde queda expuesta la creatividad de cada uno.
En la última Semana de la Moda de París hemos asistido a trenzas bajas rematadas en una trenza de cola de pez (o de dos cabos), en trenza lobulada, trenzadas al estilo tradicional, sustituyendo el trenzado por moñetes, accesorizadas o incluso recuperando la coleta medusa.
Especialmente habitual es ver las trenzas de tres cabos, las más sencillas y a las que estamos más acostumbrados, pero, para conseguir un giro en el peinado, la goma de pelo se esconde con un mar de mechones trenzados, lo que multiplica la sensación de volumen en la coronilla que se va degradando hacia las puntas.
Las trenzas lobuladas son otro de los estilismos más efectivos a nivel visual, además de resultar realmente sencillas de realizar. Basta con hacer una tradicional coleta baja e ir seccionándola con gomas de pelo, de tal modo que a cada partición se le vaya dando un volumen redondeado y listo. Algo más complicadas resultan las trenzas de cuatro cabos para las que, al partir en este caso de la nuca, es bastante probable tener que recurrir a un experto que la realice. Todo depende de la destreza de cada uno.
Pero las que más han llamado nuestra atención han sido las recién llegadas. El éxito de los coleteros con 'pendientes' permite incorporar a los mechones con los que se realizará la trenza, finas líneas metalizadas, lo que crea peinados muy futuristas y de alto impacto visual. También veíamos la trenza realizada con protuberancias, en la que cada mechón era de un grosor y se retorcía sobre sí mismo, incorporando también gomas de pelo. Hablamos en este caso del original recogido de Ellie Goulding en los desfiles prêt à porter de París.
Ahora, tras el repaso de la amplia variedad de trenzas bajas vistas en las calles de la capital francesa, invoco a Taylor Swift y su tema ‘I Bet You Think About Me’ (apuesto a que piensas en mí) y me imagino recogiendo su melena en una trenza baja y larga -como mandan las tendencias- a aquella persona que se mofó de mis propuestas temáticas cuando comenzaba mi carrera... Puede que no te acuerdes de mí, pero el tiempo me dio la razón: las trenzas SIEMPRE están de moda.
En una entrevista de trabajo me pidieron que propusiera una batería de temas para demostrar cómo podía mejorar los contenidos de su revista. Uno de ellos era un análisis de las trenzas que llegaban esa temporada, primavera en concreto. La responsable que le echó un vistazo a la propuesta me espetó: “Trenzas en primavera, ¡qué original!”. Por aquel entonces, mi juventud hizo que me llevara el juicio a casa y me desahogara entre lágrimas, en vez de contestarle que las trenzas siempre son tendencia, solo cambia la forma de llevarlas.
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