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Upcycling en perfumería: cómo un mueble puede convertirse en una nota olfativa
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AROMAS SOSTENIBLES

Upcycling en perfumería: cómo un mueble puede convertirse en una nota olfativa

El sector de las fragancias da un paso adelante en el camino de la sostenibilidad regalando una segunda vida aromática a algunos residuos

Foto: Los perfumes apuestan por el upcycling para crear nuevos acordes. (Pexels)
Los perfumes apuestan por el upcycling para crear nuevos acordes. (Pexels)

Quién no recuerda esa fiebre por convertir palés en mesas o sofás para la terraza o el jardín... Más allá de una moda -que aún sigue vigente-, fue una de las primeras formas de upcycling que caló a gran escala. Bajo ese término en inglés, resultado de unir dos términos como reciclar (cycling) y mejorar (up), se esconde uno de los movimientos más interesantes de consumo y producción sostenible de los últimos años. Conocido también como suprarreciclaje, "permite aprovechar los restos de materias primas usadas en otros procesos de producción y darles un nuevo valor”, define Julia A. Boras, fundadora y directora de I+D de Bloometic, consultoría científica especializada en cosmética. Así, un palé se convierte en mueble de exterior. Una botella de vino, en jarrón. Antiguas redes de pesca o botellas se transforman en tejido para camisetas, o posos de café, pepitas de uva y huesos de aceituna desechados, en ingredientes cosméticos. Ahora, la perfumería también se suma a esta apuesta por la economía circular.

Pero ¿cómo se traslada la filosofía del upcycling a una fragancia? En términos generales, se trata de convertir algunas materias, consideradas ya por su industria como un residuo, en una nota olfativa. Guillaume Audy, director de comunicación corporativa y sostenibilidad del fabricante de fragancias Iberchem, contaba en un webinar organizado por la Fundación Academia del Perfume cómo Coty (grupo al que pertenecen Chloé, Gucci, Calvin Klein…) obtiene el etanol -básico para la difusión del aroma- a partir de las emisiones de carbono de la factoría.

Acordes de aprovechamiento

Givaudaun, multinacional suiza especializada en el desarrollo de ingredientes de perfumería y cosmética, ha patentado varios acordes en la senda del máximo aprovechamiento. Como una nota de melocotón y otra de manzana extraídas de los frutos que se emplean en la industria alimenticia para fabricar zumos. También han desarrollado un absoluto de rosa (que lleva por nombre Rose NeoAbsolute) que se obtiene el procesar de nuevo los pétalos que se emplean en otras creaciones. Ambas propuestas, junto con virutas de madera destiladas, las condensa I Am Trash-Les Fleurs du Déchet, de Etat Libre D'Orange. Una creación que desde su nombre ('soy una basura') es una declaración de intenciones a favor del suprarreciclaje.

placeholder I Am Trash, de Etat Libre d'Orange.
I Am Trash, de Etat Libre d'Orange.

Pero no se trata de una tendencia exclusiva de la perfumería nicho. Es cierto que en este segmento más 'outsider' encontramos muchos ejemplos de upcycling. El ya mencionado de Etat, o Salt, de Ellis Brooklyn. Una fragancia que combina sal marina, aceite de cedro extraído de serrín y jazmín procedente de ceremonias religiosas de la India. Sin embargo, los gigantes mainstream se han puesto las pilas. Mugler lo puso en práctica en Angel Nova, entre cuyos acordes se encuentra la rosa supranatural, un extracto procedente de los pétalos ya destilados.

placeholder Angel Nova, de Mugler, consigue su acorde de rosa de pétalos ya destilados.
Angel Nova, de Mugler, consigue su acorde de rosa de pétalos ya destilados.
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Mientras que Issey Miyake, uno de los máximos ejemplos de cómo las fragancias pueden ser sostenibles, lo hizo con el acorde de cedro de A Drop d’Issey. Que se obtiene recuperando la corteza procedente de la industria del mueble de Norteamérica.

placeholder A drop de Issey, de Issey Miyake, con un acorde de cedro procedente de la industria del mueble.
A drop de Issey, de Issey Miyake, con un acorde de cedro procedente de la industria del mueble.

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Otras ideas de upcycling

Si hablamos de aprovechar residuos y darles una segunda vida, no todo está relacionado con las notas olfativas. Existen otras ideas muy interesantes, como lo que hace Givadaun con el vetiver. "Las raíces de vetiver haitiano que se usan para producir esencias aromáticas se transforman en Vetivyne, un potente activo antiedad que luego se emplea en cosméticos antiaging", explica Valérie De la Peschardière, directora de Business Development Naturals de Givaudaun. La solución resulta especialmente reseñable si tenemos en cuenta, además, que el vetiver es una de esas materias primas que no siempre se obtiene de manera muy justa... Guillaume Audy planteaba en el pódcast que Haití es el principal productor de este ingrediente, muy empleado en aromas masculinos y unisex. "Sin embargo, la mayoría de quienes trabajan esta planta ganan menos de dos dólares al día (un cuenco de arroz cuesta allí medio dólar)", añadía. Por esa razón, otorgarle una nueva oportunidad como activo cosmético permite revalorizarlo.

La exclusiva firma francesa de perfumeria Sana Jardin también apuesta por devolver la revalorización a las comunidades locales. Para ello ha puesto en marcha una cooperativa en Marruecos de recolectores de azahar. La idea es que reciclen la cera sobrante para hacer velas y que creen agua de azahar a partir de también de los desechos de esta flor (cada año llegan 900 toneladas de sus residuos a los vertederos del país africano).

placeholder Nude Musk y Terracota Musk, de Adolfo Domínguez, con sus frascos-jarrón.
Nude Musk y Terracota Musk, de Adolfo Domínguez, con sus frascos-jarrón.

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Pero existen muchas formas de apostar por esta nueva forma de sostenibilidad. A veces, gestos tan sencillos como el que propone Adolfo Domínguez con sus perfumes Nude Musk y Terracota Musk es suficiente. En su lanzamiento, la marca gallega hacía hincapié en los frascos, "reciclados, reciclables y reutilizables de por vida". Y añadía: "Dejan su huella en ti, no en el planeta". Porque, como explica Valérie de la Peschardière, "no vemos el upcycling como una tendencia pasajera, sino como parte de una decisión vital que busca hacer un mejor uso de los recursos naturales y reducir el impacto ambiental”. La experta de Givaudaun también lo identifica como una ventaja competitiva muy alineada con los gustos del consumidor actual, dispuesto a pagar más por productos que sean demostradamente sostenibles.

Quién no recuerda esa fiebre por convertir palés en mesas o sofás para la terraza o el jardín... Más allá de una moda -que aún sigue vigente-, fue una de las primeras formas de upcycling que caló a gran escala. Bajo ese término en inglés, resultado de unir dos términos como reciclar (cycling) y mejorar (up), se esconde uno de los movimientos más interesantes de consumo y producción sostenible de los últimos años. Conocido también como suprarreciclaje, "permite aprovechar los restos de materias primas usadas en otros procesos de producción y darles un nuevo valor”, define Julia A. Boras, fundadora y directora de I+D de Bloometic, consultoría científica especializada en cosmética. Así, un palé se convierte en mueble de exterior. Una botella de vino, en jarrón. Antiguas redes de pesca o botellas se transforman en tejido para camisetas, o posos de café, pepitas de uva y huesos de aceituna desechados, en ingredientes cosméticos. Ahora, la perfumería también se suma a esta apuesta por la economía circular.

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