Davinia Romero, experta en Feng Shui, revela por qué hacer la cama puede transformar tu día

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El Feng Shui, la filosofía oriental que busca armonizar los espacios para favorecer la calma y el bienestar, enseña que cada gesto en el hogar tiene un efecto en nuestro estado de ánimo. En esta práctica, el entorno físico refleja el orden interior, y mantenerlo equilibrado se convierte en una forma de cuidar también la mente. Bajo esta premisa, la experta en Feng Shui Davinia Romero destaca la importancia de hacer la cama cada mañana, un hábito tan simple como poderoso para empezar el día con claridad.

En uno de sus vídeos, publicado en su cuenta de Instagram, Romero explica que “hacer la cama no es solo una tarea del hogar, es un acto de intención para empezar cada día con claridad y propósito”. La experta anima a dejar entrar la luz natural nada más levantarse —“ya sea del sol o de la luna”— para que la energía se renueve durante unos minutos. “Haz tu cama para cerrar el ciclo del descanso y da la bienvenida a un nuevo comienzo”, añade.

Según el Feng Shui, la cama representa el centro del bienestar personal: es el lugar donde descansamos, recuperamos energía y alcanzamos el equilibrio. Por eso, mantenerla hecha cada mañana contribuye a ordenar tanto el espacio exterior como el mundo interior. “Haz tu cama todos los días para ordenar tu mundo exterior y también el interior”, recuerda Romero en su mensaje.

Más allá del simbolismo energético, hacer la cama tiene un efecto directo sobre el estado de ánimo. Empezar el día cumpliendo una pequeña acción refuerza la disciplina, aporta claridad mental y genera una sensación de logro inmediato. Además, regresar a casa y encontrar la habitación ordenada transmite calma y facilita la desconexión después de una jornada intensa.

Para Davinia Romero, este hábito diario es mucho más que una costumbre estética. Es un recordatorio de que la armonía comienza en los pequeños gestos y que cada acto de orden es una forma de cuidar la energía que nos rodea. Un gesto tan simple, apenas unos minutos cada mañana, que puede marcar la diferencia en cómo vivimos el resto del día.