Moisés Nieto, la Nouvelle Vague y las 24 anfitrionas de una soirée en el jardín

Más allá del jardín no se encuentra, ni por asomo, Palmira Gadea; protagonista de la obra homónima del escritor Antonio Gala. Más allá del jardín, en este caso el del Hotel Santo Mauro Autograph Collection, aguarda Moisés Nieto parapetado por un escuadrón de 24 modelos de apariencia algo inusual. Más allá del jardín también se transmite una lección: la de que la moda española necesita salir de su zona de confort para encontrar nuevas narrativas que le devuelvan el lustre de antaño. Una vuelta de tuerca que resulte tan revolucionaria como la forma en que Jean-Luc Godard transformó la manera de hacer cine hasta la década de los 60. Época en que se estrenó ‘Pierrot le fou’ y se instauró una nueva corriente cinematográfica: la Nouvelle Vague.

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La misma que ha inspirado la colección primavera-verano 2019 del modisto jienense y que invita al espectador a sumergirse en una trama diferente, fresca, sencilla y que huye, eso sí, de los shows convencionales. Una concatenación de ideas diferentes que condensan el cine que hace 50 años predicaba el director francés y que, durante la noche del miércoles, sirvió a Nieto para apelar a la conciencia visual de sus invitados, para expresar de forma libre cómo entiende él la forma de hacer costura.

“Esto no es un jodido desfile”, tercia una modelo rubia y de ojos azules. Lo hace a través de una pantalla, ejerciendo de holograma y ataviada con una de las nuevas propuestas de Nieto. Ella es solo la mujer que pone voz a otras muchas que conforman el nuevo estético universo del modisto. “Me apetecía volver a los inicios de la marca. Tras años de apostar por el ‘feísmo’, hemos querido volver a esas prendas de apariencia sugerente y naíf”, explica a este medio.

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Y con la factura a la hora de hacer cine de Godard, Nieto irrumpe en su vídeo performance, se mezcla con maniquíes de carne y hueso, y demuestra que la moda también necesita innovación, huir de los clichés preestablecidos y poner de manifiesto que más allá del jardín -de nuevo parafraseando a Gala- caben hasta 24 formas de interpretar una colección y que esta, como no podía ser de otro modo, queda expuesta bajo los frondosos árboles de los alrededores del citado hotel. Una estampa romántica, mediterránea y con altas dosis de frescura. ¡Bienvenidos a la fiesta de Moisés!

Godard, mon amour

A medida que la noche transita sobre el patio trasero de este establecimiento, los 24 maniquíes de plástico sobre los que reposa la colección del couturier se convierten en las 24 protagonistas de una soirée a la francesa. El nobilísimo distrito de Almagro tiene algo de París y quizá también respire algo de esa nueva corriente estética que persigue Moisés Nieto.

La indumentaria utilizada por Anna Karina, protagonista del filme de Godard, sirve como fuente de inspiración al modisto. “De la película hemos rescatado la estética propia de los años 60. Aquella que ensalzaba los vestidos cortos, cómodos y veraniegos”, explica Nieto. Una serie de propuestas que “invitan a disfrutar de un verano ocioso” y en la que el color es, sin duda, su gran protagonista. “No faltan azules o rojos, así como otros más ácidos que van desde los rosas hasta los amarillos”, especifica el jienense.

Pero ¿y qué hay de las siluetas? Busca la sofisticación en los cuellos camiseros tanto para el día como para la noche. Nieto regresa a su pasado sporty a través de mallas y camisetas que generan un contraste de colores entre unas prendas y otras. Aunque no solo de apariencia casual vive la colección de Nieto. La noche vira hacia diseños con trabajadas texturas en algodón, triple organza o punto que pasan por conjuntos de dos piezas con volantes o sofisticados minivestidos en negro.

Queda claro que este es el sueño de una noche de primavera-verano. La de 2019. A la que aspira el jienense quien enciende la velada acompañado de sus 24 creaciones. Una nómina de 24 maniquíes que cobran vida gracias al leitmotiv que persigue Nieto: esquivar los convencionalismos y gozar del éxito de experimentar lo diferente. Como el fugaz ósculo entre Karina y Belmondo.