Un repaso por todos los vestidos inaugurales de las primeras damas de EEUU

Ahora que la toma de posesión de Joe Biden es un hecho, las miradas se han posado en el look que Jill Biden ha elegido para la fiesta de celebración con la que América celebra la investidura de cada presidente electo. Biden va a seguir los pasos de Michelle Obama, ha apostado por un look consciente de Markarian. El azul ha sido el color elegido para “representar la confianza y la estabilidad”, tal y como asegura la nota de prensa de la firma de moda

Los vestidos de las primeras damas son tan relevantes que terminan por convertirse en piezas de museo, pues no hemos de olvidar que la primera dama de los Estados Unidos es una de las mujeres más visibles y analizadas del planeta. Tanto que en alguna ocasión son víctimas de su imagen, que se celebra o se emplea como un arma en su contra.

La CNN habla en la serie documental 'First Ladies', precisamente, de cómo la imagen de las primeras damas está vinculada de forma directa con su éxito y con el respeto que el mundo les otorga. “Al ser una mujer negra, sabía que me criticarían si apostaba por looks demasiado llamativos y fashion, pero también demasiado casual”, explica Michelle Obama, cuyos brazos se convirtieron en tema de debate al ser fuertes, una característica que no encajaba con la de la dulce damisela que muchos esperaban de la mujer del presidente.

Como señala Leah Wright Rigueur, profesora del Harvard Kennedy School, se espera de una primera dama que sea la representación de lo mejor de América. El documental habla de cómo Jackie Kennedy era consciente de que su imagen estaba siendo utilizada e hizo de la moda su armadura, mientras que Nancy Reagan fue vista como una reliquia del Hollywood dorado a su entrada en la Casa Blanca. Su vestido blanco asimétrico de James Galanos en la gala de inauguración de 1981 marcó un hito del glamour. Repasamos algunos de los vestidos más especiales de la historia de las Inaguration Balls de las primeras damas de los Estados Unidos.

Inolvidable es este arquitectónico vestido blanco de Hervè Pierre por el que Melania apostó en el baile inaugural tras la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

Michelle Obama dejaba claro con su vestido de Jason Wu que apoyaría a los diseñadores emergentes. Por aquel entonces, el diseñador no era conocido, y este vestido marcó un punto de inflexión en su carrera.

En su primera Inagural Ball, Michelle Obama ya había apostado por Jason Wu, cuyo vestido combinó con zapatos de Jimmy Choo.

No podemos dejar de hablar del primer vestido inaugural de Hillary Clinton, que apostó por Sarah Phillips, una diseñadora de Arkansas.

Para su segunda vez, Hillary eligió un vestido de tul largo bordado de Oscar de la Renta.

Laura Bush apostaba por un vestido rojo de encaje chantilly con pedrería bordada sobre georgette de seda de Michael Faircloth.

Para su segundo vestido inaugural, Laura Bush optó por Oscar de la Renta, que eligió un tono plateado para "resaltar los ojos de la primera dama".

Icónico es este diseño asimétrico de James Galanos, un vestido blanco asimétrico de chifón de seda con pedrería con el que Nancy Reagan enamoró al mundo.

Lady Bird Johnson se hizo con este vestido a prueba de supersticiones de John Moore a través de Neiman Marcus.

Icónico es también el diseño de Harvey Berin de Pat Nixon. Hoy, esta foto habría sido un selfi en el ascensor.

¿Cómo no íbamos a incluir en este listado el vestido de gasa combinado con una capa diseñada por Oleg Cassini de Jackie Kennedy?

Cerramos el listado con Rosalynn Carter, todo un ejemplo de sostenibilidad, pues eligió un conjunto azulado de gasa con capa bordada con hilo de oro que ya había lucido en la inauguración de Jimmy Carter como gobernador. Entonces fue muy criticada, pero hoy hemos de ensalzarla como toda una pionera.