Así ha ganado la sostenibilidad los Oscar... y posiblemente la moda

No queríamos decirlo, pero lo vamos a decir porque nos merecemos, de vez en cuando, una palmadita en la espalda. Hace ya meses señalamos que los modelos vintage estaban destinados ser el futuro paradójico de la moda, y los Premios Oscar han venido a confirmar nuestras predicciones. Aunque en los Bafta, donde se invitaba a las invitadas a reciclar vestidos, solo fue Kate Middleton la que apostó por dar un segundo uso a un look de su armario, ahora comprendemos que la razón por la que todas parecieron ignorar el dress code fue que estaban reservando sus vestigios del pasado para la noche de los Oscar.

Jane Fonda no apostó por el vintage, sino que siguió la estrategia de Kate Middleton en los Bafta y reutilizó un vestido que ya había lucido en el Festival de Cannes.

Fonda, que ha sido arrestada en varias ocasiones por protestar contra el cambio climático, acompañó su vestido de Elie Saab con el abrigo rojo con el que la actriz ha sido detenida en diversas ocasiones. Fonda aseguró que su abrigo sería la última compra de moda que haría, y parece que no solo está cumpliendo su promesa, sino que su abrigo se ha convertido ya en todo un símbolo.

Teníamos claro que Margot Robbie iba a apostar por Chanel, pero lo que nos pilló por sorpresa fue que se decantara por un diseño de la colección de alta costura de la primavera-verano 1994.

Elizabeth Banks también ha rescatado de su armario un vestido rojo de Badgley Mischka que ya había lucido en la fiesta Vanity Fair de 2004. “Si es precioso y me queda bien, ¿por qué no iba a ponérmelo de nuevo? Feliz de ponerme el vestido de Badgley Mischka que ya lucí en la fiesta de los Oscar de Vanity Fair de 2004, reimaginado por las estilistas Wendi y Nicole con el fin de señalar la necesidad de que nos preocupemos por la sostenibilidad y por la forma en la que consumimos moda, cuyas consecuencias se reflejan en el cambio climático, en la producción, en el consumo, en la polución del océano y en las condiciones laborales y de las mujeres”, escribe la actriz en Instagram junto a la imagen en la que posa con su vestido. La pregunta real para nosotros es cómo demonios consiguen las celebs meterse en diseños del pasado sin necesidad de utilizar polvos de talco, como nos ocurre a nosotros.

Lily Aldridge apostó por un vestido de Ralph Lauren de la colección primavera 2013, convirtiéndose gracias a este buceo en el pasado de la moda en una de las modelos mejor vestidas de la gala.

Por su parte, Saoirse Ronan lució un llamativo vestido de Gucci cuyo top fue confeccionado utilizando la tela sobrante del diseño de Gucci que lució en los Premios Bafta. Kim Kardashian se puso un diseño de Alexander McQueen de 2003 del que tan solo existen dos unidades en el mundo. Se trata de un vestido tan especial que Andrew Bolton lo ha llamado “el vestido más importante del siglo XXI”.

Este vestido histórico fue un obsequio de Kanye West, que estas navidades regaló a su mujer diversos modelos vintage destinados a sorprendernos en la alfombra roja. Si Kanye West, cuyo olfato para las tendencias es indiscutible, ya ha llenado el armario de Kim Kardashian de prendas del pasado, lo que hemos de tener bien claro es que el vintage es la tendencia más potente del 2020. Aunque es posible que a Kim le importen poco las bondades que sus elecciones procedentes del archivo de las firmas de lujo más potentes del mundo puedan tener, lo cierto es que, como buen icono de moda, su afán por reciclar prendas servirá para que muchas personas sigan su ejemplo y se animen a apostar por looks del pasado.