¿Apuesta realmente la moda por la diversidad de tallas? Las cifras que avivan el debate

The Fashion Spot realiza cada temporada un repaso por los desfiles que han tenido lugar para investigar los avances (o retrocesos) que la industria de la moda ha tenido en cuestiones de raza, tallaje y edad, y en la temporada invernal del 2022 ha señalado un avance en el apartado de las tallas al apostar por un récord sobre las pasarelas, que han contado con 103 apariciones ‘plus size’.

Dicho así parece un número muy llamativo, pero estamos en realidad hablando de que el 2,34% de los castings se escapan al tallaje habitual. En la temporada estival, el porcentaje era de un 81%, mientras que en la temporada de la primavera del año 2020 los castings de modelos 'plus size' marcaban un 86%. Llama la atención la negativa de la industria a apostar por tallas diferentes, pues Christian Siriano ha triplicado sus resultados desde que ha añadido a su marca el apartado de las tallas grandes.

Hasta hace poco, la única forma en la que las personas que pertenecen a este universo podían participar en el mercado de lujo era a través de los accesorios, por lo que este avance supone un paso más para las marcas y para sus negocios, amén de para la diversidad. Por más que en los desfiles sea ya habitual que modelos como Paloma Elsesser y Precious Lee se hayan hecho con las pasarelas y con las revistas, las tallas que superan la 38 siguen siendo excepcionales. De hecho, en 2020, la estilista Fran Burns subió a sus redes una imagen de una modelo intentando subirse unos pantalones que era incapaz de abotonar.

“¿Podemos por favor hacer las tallas de muestrario algo más grandes, por favor? No quiero que nadie jamás en mi presencia se sienta menos”, escribió la estilista. En abril de 2022 volvió subir la imagen para indicar que las cosas apenas habían cambiado. “Hace casi 18 meses desde que compartí mi impresión sobre las tallas de muestrario y la visión tan limitada que la industria de la moda tiene en cuestiones de belleza. ¿Ha cambiado algo? En realidad, no. Las tallas de muestrario siguen siendo imposiblemente pequeñas y la diversidad en la pasarela sigue siendo la excepción, no la norma”, señaló.

Precisamente ahora asistimos al regreso de la delgadez y son varios los artículos estadounidenses que han desatado las señales de alerta al haber asegurado que “la delgadez vuelve a estar de moda”, como si los cuerpos de las mujeres fueran completamente moldeables y aptos para adaptarse a los caprichosos vaivenes de una industria que nos vende diversidad, cuando lo cierto es que las diferencias, a día de hoy, siguen siendo notables excepciones. La imagen más viral de la temporada de las tendencias ha sido la de Bella Hadid en el desfile de Coperni, firma que creó un vestido para la modelo en directo empleando un espray especial durante nueve minutos en los que vimos a Bella en bragas cubriéndose los pechos.

El problema de este mágico momento es que nos hemos habituado tanto a ver a tops de tallas 'normativas' hacerse con las pasarelas que ya no nos llama la atención su silueta, pero si la modelo en cuestión hubiera sido Paloma Elsesser, se habría hablado menos de los avances tecnológicos que de la talla de la modelo. “En el instituto, comía tres frambuesas y una rama de apio en el almuerzo. Ahora tengo una relación más sana con la comida, pero me cuesta mirarme al espejo”, declaró la propia Bella en una entrevista, demostrando que la moda siempre ha tenido un problema con la báscula.

Launchmetrics señaló que esa imagen de Hadid en lencería ha generado un impacto mediático de 20 millones de dólares, por lo que aunque hemos indicado que las marcas ganan dinero al ampliar su tallaje, también hemos de aclarar que la delgadez sigue siendo una carta vencedora en la moda. A 2023 le pedimos que la diversidad sea real y no una herramienta de marketing.