Carla Bruni y Pamela Anderson acompañan a Jacquemus en su desfile más tecnológico

Ayer domingo, Jacquemus inauguró la Semana de la Alta Costura en París con un desfile que destacó por su combinación de minimalismo y tecnología, reafirmando su posición como uno de los diseñadores más influyentes de la moda contemporánea. Bajo el título 'La Croisière', el evento se llevó a cabo en un exclusivo apartamento ubicado en el 16º distrito de París, diseñado por el arquitecto Auguste Perret en 1932, un espacio histórico que alguna vez fue epicentro del arte y la cultura parisina al que no quisieron faltar algunas de sus amigas y fans.

En una innovadora y curiosa colaboración con Apple, Jacquemus optó por grabar el desfile íntegramente con iPhones 16 Pro Max, eliminando la necesidad de camarógrafos y aportando una perspectiva íntima y accesible. Con solo 50 invitados selectos, el evento enfatizó la exclusividad, transformando la experiencia en algo más personal y directo. Se realizaron dos pases del desfile, permitiendo a los asistentes disfrutar de una visión más detallada de la colección.

En redes sociales, la colaboración despertó opiniones de todo tipo. Mientras que muchos destacaron la creatividad de combinar moda y tecnología, valorando cómo el iPhone logró plasmar la esencia de la alta costura, otros mostraron reservas, dudando de si un smartphone estaba a la altura de un evento tan exclusivo. A pesar de estas divisiones, la propuesta cumplió con su propósito: generar debate y colocar a Jacquemus y Apple en el foco de la atención pública.

En este piso parisino, Pamela Anderson, Carla Bruni, Audrey Tautou, pudieron disfrutar de un tributo al minimalismo y la versatilidad, trabajado sobre líneas puras y siluetas muy Jacquemus. Simon presentó una colección que abarcaba desde piezas utilitarias hasta diseños de alta sofisticación. Sobresalieron conjuntos de dos piezas, americanas recortadas y vestidos midi con detalles arquitectónicos. Los tonos neutros dominaron la paleta, con blancos, negros y beige claro, aunque el rojo hizo una aparición destacada como acento vibrante.

El uso de materiales como algodón, sarga y piel efecto coco añadió un aire artesanal, mientras que los detalles como los volúmenes inesperados y las aberturas en vestidos hicieron eco de su capacidad para fusionar la funcionalidad con lo vanguardista.

La apuesta de Jacquemus por un lugar histórico no solo resalta su aprecio por la herencia cultural de París, sino que también establece un diálogo entre la tradición y la innovación. Al incorporar elementos tecnológicos como la filmación con dispositivos móviles, el diseñador desafía las normas tradicionales del formato de los desfiles de alta costura, haciendo la moda más accesible sin sacrificar su exclusividad.

Este desfile marcó un nuevo capítulo para Jacquemus, reafirmando su relevancia en la industria y su habilidad para capturar la esencia de la moda actual: un equilibrio entre simplicidad, modernidad y narrativa visual.